/ miércoles 28 de abril de 2021

A-AMLO le estorba la ley

Estamos viviendo tiempos adversos, aciagos y hasta fatídicos, la llamada Cuarta Transformación no ha cumplido nada de lo que prometió en tantos años de campaña, sino todo lo contrario, ya no solo atenta en contra de las instituciones, sino también de la propia Constitución que juró respetar.

En menos de una semana, Morena hizo valer su mayoría en ambas cámaras, aprobó un dictamen de lo más aberrante, que por cierto no estaba dentro de la discusión de la reforma del Poder Judicial, y que se convirtió en una reserva que pasa por encima de la Constitución, en la cual prohíbe expresamente la extensión del mandato del ministro de la SCJN, así como de los consejeros.

Además de poner en entredicho la autonomía del Poder Judicial, el problema no es nada más una extensión de mandato del período del ministro presidente Arturo Zaldívar, sino la interpretación y el precedente que sienta para allanarle una reelección al propio presidente Andrés Manuel López Obrador, bajo un pretexto de ampliación del período.

La Ley Zaldívar, como ya es conocida en redes sociales, se basa en un artículo transitorio, que fue integrado de último momento a la reforma del Poder Judicial, que se discutía en el Senado de la República, y el cual ahora se puede usar para abrir la puerta a la extensión de periodos en cualquier poder.

Como ciudadano, pediría e invitaría a que la razón y la prudencia acompañen al ministro Zaldívar, que como representante del máximo tribunal constitucional del país defienda lo establecido en nuestra Carta Magna e hiciera comprender al presidente de la República, que al aceptar una extensión de mandato sería como someterse a la destrucción de uno de los tres poderes y faltaría a las garantías constitucionales que se comprometió a defender.

El ministro debe dejar en claro que no puede subyugarse a la ambición y servilismo de una persona que pisotea la Constitución, que juró y se comprometió a respetarla y no debe ser partícipe en consolidar sus caprichos; y él (Zaldívar) tiene que respetar la ley con mano firme y no con actos de tibieza, además de tener la obligación de mostrar una absoluta congruencia por respeto a la independencia de los poderes.

Si el presidente de este país pretende realizar un ensayo a través de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, lo primero que debe saber o que sus asesores le deben informar, es que un transitorio de una ley secundaria no puede ni debe pasar por encima de la Constitución, y el transitorio por definición es inconstitucional y transgrede el Estado de derecho.

También que su reforma aprobada la madrugada del viernes en San Lázaro, con 262 votos a favor, 182 en contra, va en contra de la Constitución por ser violatoria y privativa, al ir encaminada a una persona en particular y olvida que quienes eligen al ministro presidente son los integrantes del Pleno de la Corte y no el Poder Legislativo, y el plazo que marca la Carta Magna es de 4 años, periodo que es improrrogable.

Es decir, el artículo 47 dice que el presidente de la SCJN debe durar 4 años en la presidencia de la judicatura y que al terminar el periodo para el que fue electo, debe ser sustituido por otro ministro; asimismo, el artículo 100 menciona que la duración de los consejeros es por 5 años.

Pero como parece que al presidente de este país le estorba la Constitución y las leyes que de ella emanan, quiere “regalarles” 2 años más al presidente de la SCJN y a los consejeros, un acto claro de inconstitucionalidad, aprobado fast track, sin posibilidad de discusión tanto en la Cámara alta como en la colegisladora, y sus huestes solo obedecen la instrucción de su “jefe máximo”.

Tal parece que el Ejecutivo federal tiene muchos objetivos, no solo destruir las instituciones, ni seguir polarizando al país, sino destruir, aplastar y pasar por encima de la ley, y muchas veces lo ha reflejado, y más ahora en pleno proceso electoral, donde meses atrás ha provocado un trabajo legislativo atropellado y realizado con mucha velocidad.

Pero los mexicanos tenemos una gran oportunidad de detener todos los abusos, arbitrariedades e ilegalidades que el gobierno actual ha venido cometiendo. En los comicios del próximo 6 de junio, debemos de quitarle la mayoría al partido en el poder e iniciar un proceso de reconstrucción, recuperación y rescate, y acabar con ese virus que se llama Morena.

Senador por Veracruz del PAN

Estamos viviendo tiempos adversos, aciagos y hasta fatídicos, la llamada Cuarta Transformación no ha cumplido nada de lo que prometió en tantos años de campaña, sino todo lo contrario, ya no solo atenta en contra de las instituciones, sino también de la propia Constitución que juró respetar.

En menos de una semana, Morena hizo valer su mayoría en ambas cámaras, aprobó un dictamen de lo más aberrante, que por cierto no estaba dentro de la discusión de la reforma del Poder Judicial, y que se convirtió en una reserva que pasa por encima de la Constitución, en la cual prohíbe expresamente la extensión del mandato del ministro de la SCJN, así como de los consejeros.

Además de poner en entredicho la autonomía del Poder Judicial, el problema no es nada más una extensión de mandato del período del ministro presidente Arturo Zaldívar, sino la interpretación y el precedente que sienta para allanarle una reelección al propio presidente Andrés Manuel López Obrador, bajo un pretexto de ampliación del período.

La Ley Zaldívar, como ya es conocida en redes sociales, se basa en un artículo transitorio, que fue integrado de último momento a la reforma del Poder Judicial, que se discutía en el Senado de la República, y el cual ahora se puede usar para abrir la puerta a la extensión de periodos en cualquier poder.

Como ciudadano, pediría e invitaría a que la razón y la prudencia acompañen al ministro Zaldívar, que como representante del máximo tribunal constitucional del país defienda lo establecido en nuestra Carta Magna e hiciera comprender al presidente de la República, que al aceptar una extensión de mandato sería como someterse a la destrucción de uno de los tres poderes y faltaría a las garantías constitucionales que se comprometió a defender.

El ministro debe dejar en claro que no puede subyugarse a la ambición y servilismo de una persona que pisotea la Constitución, que juró y se comprometió a respetarla y no debe ser partícipe en consolidar sus caprichos; y él (Zaldívar) tiene que respetar la ley con mano firme y no con actos de tibieza, además de tener la obligación de mostrar una absoluta congruencia por respeto a la independencia de los poderes.

Si el presidente de este país pretende realizar un ensayo a través de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, lo primero que debe saber o que sus asesores le deben informar, es que un transitorio de una ley secundaria no puede ni debe pasar por encima de la Constitución, y el transitorio por definición es inconstitucional y transgrede el Estado de derecho.

También que su reforma aprobada la madrugada del viernes en San Lázaro, con 262 votos a favor, 182 en contra, va en contra de la Constitución por ser violatoria y privativa, al ir encaminada a una persona en particular y olvida que quienes eligen al ministro presidente son los integrantes del Pleno de la Corte y no el Poder Legislativo, y el plazo que marca la Carta Magna es de 4 años, periodo que es improrrogable.

Es decir, el artículo 47 dice que el presidente de la SCJN debe durar 4 años en la presidencia de la judicatura y que al terminar el periodo para el que fue electo, debe ser sustituido por otro ministro; asimismo, el artículo 100 menciona que la duración de los consejeros es por 5 años.

Pero como parece que al presidente de este país le estorba la Constitución y las leyes que de ella emanan, quiere “regalarles” 2 años más al presidente de la SCJN y a los consejeros, un acto claro de inconstitucionalidad, aprobado fast track, sin posibilidad de discusión tanto en la Cámara alta como en la colegisladora, y sus huestes solo obedecen la instrucción de su “jefe máximo”.

Tal parece que el Ejecutivo federal tiene muchos objetivos, no solo destruir las instituciones, ni seguir polarizando al país, sino destruir, aplastar y pasar por encima de la ley, y muchas veces lo ha reflejado, y más ahora en pleno proceso electoral, donde meses atrás ha provocado un trabajo legislativo atropellado y realizado con mucha velocidad.

Pero los mexicanos tenemos una gran oportunidad de detener todos los abusos, arbitrariedades e ilegalidades que el gobierno actual ha venido cometiendo. En los comicios del próximo 6 de junio, debemos de quitarle la mayoría al partido en el poder e iniciar un proceso de reconstrucción, recuperación y rescate, y acabar con ese virus que se llama Morena.

Senador por Veracruz del PAN