/ jueves 30 de diciembre de 2021

Al final del año

Este año que concluye ha sido bastante catastrófico, la mortandad que ha dejado el Covid-19 ha sido enorme y aunque ya no se mencionan las cifras reales, el número de infectados es alto y tras la tercera ola causada por la cepa Delta, que fue muy agresiva, ahora nos enfrentamos a Ómicron, que si bien no es tan mortífera, sí es altamente contagiosa, aún para los ya vacunados.

Si a eso le agregamos la gran cantidad de personas reacias a vacunarse, el peligro sigue inminente, atacando ahora a los niños, a quienes el gobierno se niega a vacunar, mientras que en países como Venezuela, Argentina, Cuba, Estados Unidos, Chile y otros, ya están vacunando a niños desde los dos años, mientras López-Gatell continúa alabando su fallido programa antipandemia.

El país continúa en detrimento, con una economía más raquítica, altos niveles de inflación, devaluación de la moneda, pérdida de empleos, cierre de empresas, salidas de capital e incertidumbre financiera, y ahora con una directora del Banco de México, puesta a modo para cumplir los caprichos del Ejecutivo. La inseguridad no tiene para cuándo controlarse a pesar de la participación del Ejército y de la Guardia Nacional. Los precios de los energéticos van al alza continuamente, lejos de las promesas de campaña, y ahora se espera un nuevo gasolinazo, mucho mayor que los que sucedieron en gobiernos anteriores, lo que agravará más la inflación, haciendo polvo el tan cacareado aumento del salario mínimo, que de por sí aumentan los costos de productos básicos y de otra índole, que se verá mayormente afectado por los aumentos al IEPS, que subirá desmesuradamente los precios de bebidas, cigarrillos y gasolinas. La aceptación de miles de migrantes fue un grave error del Gobierno al permitir oleadas de personas buscando llegar al sueño americano, que no se dará, pues no hay manera de que les permitan entrar a todos a Estados Unidos y nos han forzado a aceptar el programa “Quédate en México”, cuando aquí no hay fuentes de trabajo para los nacionales, entonces quién le dará trabajo a esos extranjeros que hay que mantener y que probablemente los han dejado premeditadamente para ser votantes en las futuras elecciones y consultas.

La sonada revocación de mandato, muy a la Hugo Chávez, se ha vuelto en una vacilada que será manipulada por el partido en el poder y es un pretexto para apoderarse del INE, para que quede bajo el control del Gobierno.

Por fortuna, en nuestra ciudad se va el estreñido que llegó, se sentó y no hizo nada más que devolver recursos al gobierno central. Será reemplazado por un hombre que hizo un buen papel como alcalde años atrás y que a pesar de su partido postulante, esperemos haga más por Xalapa que el que se va.

Por lo pronto, les deseo pasen un fin de año tranquilos y en familia, preparados para los nuevos retos del 2022, que serán bastante difíciles.

Este año que concluye ha sido bastante catastrófico, la mortandad que ha dejado el Covid-19 ha sido enorme y aunque ya no se mencionan las cifras reales, el número de infectados es alto y tras la tercera ola causada por la cepa Delta, que fue muy agresiva, ahora nos enfrentamos a Ómicron, que si bien no es tan mortífera, sí es altamente contagiosa, aún para los ya vacunados.

Si a eso le agregamos la gran cantidad de personas reacias a vacunarse, el peligro sigue inminente, atacando ahora a los niños, a quienes el gobierno se niega a vacunar, mientras que en países como Venezuela, Argentina, Cuba, Estados Unidos, Chile y otros, ya están vacunando a niños desde los dos años, mientras López-Gatell continúa alabando su fallido programa antipandemia.

El país continúa en detrimento, con una economía más raquítica, altos niveles de inflación, devaluación de la moneda, pérdida de empleos, cierre de empresas, salidas de capital e incertidumbre financiera, y ahora con una directora del Banco de México, puesta a modo para cumplir los caprichos del Ejecutivo. La inseguridad no tiene para cuándo controlarse a pesar de la participación del Ejército y de la Guardia Nacional. Los precios de los energéticos van al alza continuamente, lejos de las promesas de campaña, y ahora se espera un nuevo gasolinazo, mucho mayor que los que sucedieron en gobiernos anteriores, lo que agravará más la inflación, haciendo polvo el tan cacareado aumento del salario mínimo, que de por sí aumentan los costos de productos básicos y de otra índole, que se verá mayormente afectado por los aumentos al IEPS, que subirá desmesuradamente los precios de bebidas, cigarrillos y gasolinas. La aceptación de miles de migrantes fue un grave error del Gobierno al permitir oleadas de personas buscando llegar al sueño americano, que no se dará, pues no hay manera de que les permitan entrar a todos a Estados Unidos y nos han forzado a aceptar el programa “Quédate en México”, cuando aquí no hay fuentes de trabajo para los nacionales, entonces quién le dará trabajo a esos extranjeros que hay que mantener y que probablemente los han dejado premeditadamente para ser votantes en las futuras elecciones y consultas.

La sonada revocación de mandato, muy a la Hugo Chávez, se ha vuelto en una vacilada que será manipulada por el partido en el poder y es un pretexto para apoderarse del INE, para que quede bajo el control del Gobierno.

Por fortuna, en nuestra ciudad se va el estreñido que llegó, se sentó y no hizo nada más que devolver recursos al gobierno central. Será reemplazado por un hombre que hizo un buen papel como alcalde años atrás y que a pesar de su partido postulante, esperemos haga más por Xalapa que el que se va.

Por lo pronto, les deseo pasen un fin de año tranquilos y en familia, preparados para los nuevos retos del 2022, que serán bastante difíciles.