/ martes 5 de enero de 2021

AMLO y su monopolio gasolinero

Ya concluyó el 2020, un año muy difícil en todos sentidos, en el que llegó al país un virus que ha dejado vulnerable a todo el mundo y México ya traía encima una desaceleración económica, así como desaciertos ante la falta enorme de inversión, aunado al pésimo manejo de la pandemia, que indirectamente ocasionó un grave aumento del desempleo.

Si eso fuera poco, antes de que concluyera el año 2020, el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador (como es su costumbre) hizo de las suyas, no solo con la aplicación de políticas nada efectivas en cuestiones de salud, sino para continuar frenando el desarrollo de la energía en México.

Al viejo estilo de los regímenes de los “gobiernos anteriores”, los que tanto menciona y culpa de todo lo que pasa en el presente, impusieron su “madruguete” sin respetar reglas, sobre todo pasando por encima de la ley, pues aprobaron un acuerdo que restringe la importación y exportación de combustibles a empresas privadas.

La Secretaría de Energía, que dirige Rocío Nahle, restringió la exportación e importación de combustibles a empresas privadas, y en el acuerdo emitido redujeron de 20 a 5 años la vigencia de los permisos para importar y exportar petrolíferos e hidrocarburos, dejando fuera la competencia que beneficia al país y dando toda la preferencia a Pemex.

Según el acuerdo publicado en el Diario Oficial de la Federación, la vigencia máxima de los permisos para importar y exportar petrolíferos e hidrocarburos será de cinco años, desde el máximo previo de 20 años. Los permisos -de uno y cinco años- podrán prorrogarse una única vez por el mismo periodo tras agotarse su volumen o concluida su vigencia.

Acto terrible para la inversión, la economía, ya ni mencionar las reacciones negativas en los mercados, calificadoras e inversionistas del sector energético, y sin pretender ser agorero del desastre, nos ponen en la antesala de un desabasto de combustibles.

El 2020 no solo será recordado por el aumento en el número de pobres, con más de 11 millones de personas, sino también porque con esta restricción, importación y exportación de petrolíferos causará daños al consumidor, esos mismos a los que el Presidente les ha ocasionado infinidad de daños.

De acuerdo con analistas y expertos en el tema energético, dicha medida vulnera la ley, por no respetar los tiempos de consulta que marca la normatividad, es decir, que en caso de que se agote la vigencia de los permisos, sólo se podrá renovar una única vez por el mismo periodo.

Otra de las decisiones que tomó la Sener, aparte de modificar los criterios para emitir los permisos, es aumentar los requisitos para otorgarlos. Dichos requisitos no cuentan con una definición clara de cómo se podrían cumplir, si lo traducimos están diciendo “con letras chiquitas” que bloquean todo tipo de inversión.

Además de que se impuso facultades para modificar volúmenes solicitados, así como para revocar permisos, bajo estos criterios no se puede asegurar la participación de diferentes industrias que operen al mismo tiempo en la misma actividad, lo que no garantiza que el usuario tenga opciones de donde abastecerse, según sus necesidades.

Cabe destacar que la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) solicitó que no se emitiera el acuerdo por aprobarse de manera precipitada y con la consecuencia que esto dificultará la compra exterior de petróleo a las empresas privadas, siendo ésta la única forma de competir con Pemex.

Pero lo que busca este gobierno a través de sus cuestiones ideológicas, es crear su propio monopolio, de tal manera que el país se “autoabastezca” de combustibles, ya que con sus típicos abusos de autoridad dan preferencia a Pemex, cuando las cifras dicen que la IP importa y comercializa cerca de 66 por ciento de los petrolíferos que se venden en el país y el resto son de la paraestatal mexicana.

Tal parece que este gobierno busca a como dé lugar tener el control de todo, en esta ocasión del mercado de combustibles, y desestiman el impacto económico de un acuerdo a modo. Olvidan que Pemex cada día está más endeudado y lo único que están haciendo es provocar un atentado contra la seguridad energética nacional.

Senador por Veracruz del PAN

Ya concluyó el 2020, un año muy difícil en todos sentidos, en el que llegó al país un virus que ha dejado vulnerable a todo el mundo y México ya traía encima una desaceleración económica, así como desaciertos ante la falta enorme de inversión, aunado al pésimo manejo de la pandemia, que indirectamente ocasionó un grave aumento del desempleo.

Si eso fuera poco, antes de que concluyera el año 2020, el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador (como es su costumbre) hizo de las suyas, no solo con la aplicación de políticas nada efectivas en cuestiones de salud, sino para continuar frenando el desarrollo de la energía en México.

Al viejo estilo de los regímenes de los “gobiernos anteriores”, los que tanto menciona y culpa de todo lo que pasa en el presente, impusieron su “madruguete” sin respetar reglas, sobre todo pasando por encima de la ley, pues aprobaron un acuerdo que restringe la importación y exportación de combustibles a empresas privadas.

La Secretaría de Energía, que dirige Rocío Nahle, restringió la exportación e importación de combustibles a empresas privadas, y en el acuerdo emitido redujeron de 20 a 5 años la vigencia de los permisos para importar y exportar petrolíferos e hidrocarburos, dejando fuera la competencia que beneficia al país y dando toda la preferencia a Pemex.

Según el acuerdo publicado en el Diario Oficial de la Federación, la vigencia máxima de los permisos para importar y exportar petrolíferos e hidrocarburos será de cinco años, desde el máximo previo de 20 años. Los permisos -de uno y cinco años- podrán prorrogarse una única vez por el mismo periodo tras agotarse su volumen o concluida su vigencia.

Acto terrible para la inversión, la economía, ya ni mencionar las reacciones negativas en los mercados, calificadoras e inversionistas del sector energético, y sin pretender ser agorero del desastre, nos ponen en la antesala de un desabasto de combustibles.

El 2020 no solo será recordado por el aumento en el número de pobres, con más de 11 millones de personas, sino también porque con esta restricción, importación y exportación de petrolíferos causará daños al consumidor, esos mismos a los que el Presidente les ha ocasionado infinidad de daños.

De acuerdo con analistas y expertos en el tema energético, dicha medida vulnera la ley, por no respetar los tiempos de consulta que marca la normatividad, es decir, que en caso de que se agote la vigencia de los permisos, sólo se podrá renovar una única vez por el mismo periodo.

Otra de las decisiones que tomó la Sener, aparte de modificar los criterios para emitir los permisos, es aumentar los requisitos para otorgarlos. Dichos requisitos no cuentan con una definición clara de cómo se podrían cumplir, si lo traducimos están diciendo “con letras chiquitas” que bloquean todo tipo de inversión.

Además de que se impuso facultades para modificar volúmenes solicitados, así como para revocar permisos, bajo estos criterios no se puede asegurar la participación de diferentes industrias que operen al mismo tiempo en la misma actividad, lo que no garantiza que el usuario tenga opciones de donde abastecerse, según sus necesidades.

Cabe destacar que la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) solicitó que no se emitiera el acuerdo por aprobarse de manera precipitada y con la consecuencia que esto dificultará la compra exterior de petróleo a las empresas privadas, siendo ésta la única forma de competir con Pemex.

Pero lo que busca este gobierno a través de sus cuestiones ideológicas, es crear su propio monopolio, de tal manera que el país se “autoabastezca” de combustibles, ya que con sus típicos abusos de autoridad dan preferencia a Pemex, cuando las cifras dicen que la IP importa y comercializa cerca de 66 por ciento de los petrolíferos que se venden en el país y el resto son de la paraestatal mexicana.

Tal parece que este gobierno busca a como dé lugar tener el control de todo, en esta ocasión del mercado de combustibles, y desestiman el impacto económico de un acuerdo a modo. Olvidan que Pemex cada día está más endeudado y lo único que están haciendo es provocar un atentado contra la seguridad energética nacional.

Senador por Veracruz del PAN