/ domingo 28 de marzo de 2021

Aunque muchos lo nieguen, vamos de mal a peor

La situación económica que apresuradamente ha cambiado en el mundo por la crisis ocasionada por la pandemia del Covid-19, principalmente por los múltiples errores y contradicciones de gobernantes y dirigentes políticos, coludidos con los dueños de la riqueza y los líderes de la delincuencia y la criminalidad, se ha estacionado en México y generado una depresión social, que no se ve para cuándo ha de concluir.

Millones de mexicanos que no encuentran solución a sus problemas, afectados principalmente por el desempleo, pobreza, explotación, sumisión y abandono, están seriamente dañados en su “salud mental”, por haber padecido el contagio del coronavirus, sufrir sus secuelas y el confinamiento obligado, que los volvió dependientes de familiares, amigos, médicos y enfermeras de los sectores público y privado de la salud, y quienes tendrán que luchar con denodado esfuerzo para recuperarse “al cien” y seguir luchando por una vida digna.

Los mexicanos conscientes del mal gobierno de la 4T, no podemos cruzarnos de brazos y permanecer indiferentes ante quienes pretenden seguir gobernando nuestro país a base de ocurrencias, sin sujeción al Plan Nacional de Desarrollo, que en esta administración ha sido delineado por un solo hombre, que habita en Palacio Nacional, y con ello pretende equipararse al Benemérito de las Américas, Benito Juárez García, conduciendo masivamente a la población a una humillante obediencia, que seguramente nos conducirá a sepultar la voluntad del pueblo y el modelo de República democrática instaurado desde que se logró la Independencia de nuestra Nación.

El fin omnipotente de dominio sobre la humanidad, pretendido por malos gobiernos, no tendrá cabida en este país mientras no abandonemos a nuestros compatriotas más necesitados, hasta que juntos logremos ver la luz al final del túnel.

La situación económica que apresuradamente ha cambiado en el mundo por la crisis ocasionada por la pandemia del Covid-19, principalmente por los múltiples errores y contradicciones de gobernantes y dirigentes políticos, coludidos con los dueños de la riqueza y los líderes de la delincuencia y la criminalidad, se ha estacionado en México y generado una depresión social, que no se ve para cuándo ha de concluir.

Millones de mexicanos que no encuentran solución a sus problemas, afectados principalmente por el desempleo, pobreza, explotación, sumisión y abandono, están seriamente dañados en su “salud mental”, por haber padecido el contagio del coronavirus, sufrir sus secuelas y el confinamiento obligado, que los volvió dependientes de familiares, amigos, médicos y enfermeras de los sectores público y privado de la salud, y quienes tendrán que luchar con denodado esfuerzo para recuperarse “al cien” y seguir luchando por una vida digna.

Los mexicanos conscientes del mal gobierno de la 4T, no podemos cruzarnos de brazos y permanecer indiferentes ante quienes pretenden seguir gobernando nuestro país a base de ocurrencias, sin sujeción al Plan Nacional de Desarrollo, que en esta administración ha sido delineado por un solo hombre, que habita en Palacio Nacional, y con ello pretende equipararse al Benemérito de las Américas, Benito Juárez García, conduciendo masivamente a la población a una humillante obediencia, que seguramente nos conducirá a sepultar la voluntad del pueblo y el modelo de República democrática instaurado desde que se logró la Independencia de nuestra Nación.

El fin omnipotente de dominio sobre la humanidad, pretendido por malos gobiernos, no tendrá cabida en este país mientras no abandonemos a nuestros compatriotas más necesitados, hasta que juntos logremos ver la luz al final del túnel.