/ miércoles 1 de diciembre de 2021

El escenario panista y la contienda del 2024

Con Tito Delfín guardado en la sombra, el proceso por la dirigencia panista veracruzana terminó por enrarecerse; sólo dos aspirantes se registraron y a uno de ellos le dictaron seis meses de prisión preventiva por el presunto delito de fraude por 35 millones de pesos.

Desde la Fiscalía General del Estado, el grupo del exgobernador Yunes recibió un misil, cuando a su aliado en el proceso interno le ejecutaron una orden de aprehensión; ello encendió los focos rojos del yunismo, dado que el comité estatal del blanquiazul es una posición estratégica para llegar a 2024 con posibilidades de competir.

Si el grupo Boca del Río no logra sobreponerse a este golpe, se le desvanecerían las posibilidades para buscar en 2024 la gubernatura del estado.

La duda en el proceso interno de Acción Nacional tiene que ver con la decisión de la cúpula del partido.

Una de las opciones que se ha manejado, que parece más probable, tiene que ver con la sustitución de la fórmula; otra, que Joaquín Guzmán sea ratificado en el comité estatal –o al menos prolongar su periodo–; y una más, que desde el CEN se nombre a un delegado con funciones de presidente. Como sea, a Yunes y compañía se le complicaría el escenario político, con dos importantes aliados en prisión, el perredista Rogelio Franco y el panista Tito Delfín.

La carrera por la gubernatura de Veracruz está en marcha y con un priismo desdibujado; con un perredismo inexistente y entregado; y con un panismo fracturado, resquebrajado, se observa poco probable que en 2024 la oposición esté en condiciones de competir electoralmente con Morena, de tal manera que todo apunta a que dicho partido se mantendrá en el Palacio de Gobierno, al menos hasta 2030.

En el marco de la carrera al 2024, en Morena parece que todo está definido, con la inminente candidatura de la secretaria de Energía del Gobierno Federal, Rocío Nahle García; aun así, dos posiciones importantes están en juego: las postulaciones de primera y segunda fórmula al Senado, aunque uno de esos espacios estaría reservado para un representante del Partido Verde.

En cuanto a los partidos opositores, es evidente que el PRD carece de cuadros competitivos; en el PRI destacan las figuras del diputado José Francisco Yunes y el alcalde electo de Orizaba, Juan Manuel Diez Francos; y en el PAN, si los Yunes azules no logran sobreponerse al golpe que representa la detención de Tito Delfín y quedan fuera de la contienda por la dirigencia estatal del partido, podrían ser excluidos de la sucesión, situación que favorecería al grupo de Julen Rementería-Joaquín Guzmán.

En el contexto de la sucesión en Veracruz, por cierto, el ex gobernador Dante Delgado Rannauro podría convertirse en protagonista de la articulación de un gran frente opositor, con la participación del PAN, PRI, MC y PRD.

A sus 70 años, ser el artífice de una alianza de esa naturaleza podría ser para para Dante Delgado algo así como La última carcajada de la cumbancha.

Sin embargo, de la elección interna panista y de los nombres que se ubiquen en las dirigencias del PRD y PRI depende que dicho frente se consolide en Veracruz.

Con Tito Delfín guardado en la sombra, el proceso por la dirigencia panista veracruzana terminó por enrarecerse; sólo dos aspirantes se registraron y a uno de ellos le dictaron seis meses de prisión preventiva por el presunto delito de fraude por 35 millones de pesos.

Desde la Fiscalía General del Estado, el grupo del exgobernador Yunes recibió un misil, cuando a su aliado en el proceso interno le ejecutaron una orden de aprehensión; ello encendió los focos rojos del yunismo, dado que el comité estatal del blanquiazul es una posición estratégica para llegar a 2024 con posibilidades de competir.

Si el grupo Boca del Río no logra sobreponerse a este golpe, se le desvanecerían las posibilidades para buscar en 2024 la gubernatura del estado.

La duda en el proceso interno de Acción Nacional tiene que ver con la decisión de la cúpula del partido.

Una de las opciones que se ha manejado, que parece más probable, tiene que ver con la sustitución de la fórmula; otra, que Joaquín Guzmán sea ratificado en el comité estatal –o al menos prolongar su periodo–; y una más, que desde el CEN se nombre a un delegado con funciones de presidente. Como sea, a Yunes y compañía se le complicaría el escenario político, con dos importantes aliados en prisión, el perredista Rogelio Franco y el panista Tito Delfín.

La carrera por la gubernatura de Veracruz está en marcha y con un priismo desdibujado; con un perredismo inexistente y entregado; y con un panismo fracturado, resquebrajado, se observa poco probable que en 2024 la oposición esté en condiciones de competir electoralmente con Morena, de tal manera que todo apunta a que dicho partido se mantendrá en el Palacio de Gobierno, al menos hasta 2030.

En el marco de la carrera al 2024, en Morena parece que todo está definido, con la inminente candidatura de la secretaria de Energía del Gobierno Federal, Rocío Nahle García; aun así, dos posiciones importantes están en juego: las postulaciones de primera y segunda fórmula al Senado, aunque uno de esos espacios estaría reservado para un representante del Partido Verde.

En cuanto a los partidos opositores, es evidente que el PRD carece de cuadros competitivos; en el PRI destacan las figuras del diputado José Francisco Yunes y el alcalde electo de Orizaba, Juan Manuel Diez Francos; y en el PAN, si los Yunes azules no logran sobreponerse al golpe que representa la detención de Tito Delfín y quedan fuera de la contienda por la dirigencia estatal del partido, podrían ser excluidos de la sucesión, situación que favorecería al grupo de Julen Rementería-Joaquín Guzmán.

En el contexto de la sucesión en Veracruz, por cierto, el ex gobernador Dante Delgado Rannauro podría convertirse en protagonista de la articulación de un gran frente opositor, con la participación del PAN, PRI, MC y PRD.

A sus 70 años, ser el artífice de una alianza de esa naturaleza podría ser para para Dante Delgado algo así como La última carcajada de la cumbancha.

Sin embargo, de la elección interna panista y de los nombres que se ubiquen en las dirigencias del PRD y PRI depende que dicho frente se consolide en Veracruz.