/ jueves 13 de enero de 2022

Está bravo el Covid

No hubiera querido tocar este tema, que está tan trillado, pero ante la nueva ola que se está dando en el país y la necedad de las autoridades sanitarias de empezar a aplicar vacunas a los niños, es importante tomar conciencia del peligro que representa, y más por la imprudencia de algunas personas para vacunarse, que son verdaderas amenazas para todo el mundo.

Empecemos por el serbio Novak Djokovic, multicampeón mundial de tenis que llegará a jugar el abierto de Australia sin tener ninguna vacuna, por lo que fue detenido y aislado al llegar a ese país, donde es una exigencia estar vacunado para ingresar e incluso contar con vacunas aprobadas por ellos, levantando protestas por su país, acusando al gobierno australiano de discriminación y que hasta hoy que escribo, está todavía pendiente su ingreso y participación en el torneo.

Curiosamente a una competidora rusa le impidieron su ingreso al país y a la competencia por estar vacunada con Sputnik, que no está avalada por la OMS ni por el gobierno australiano. De permitirle jugar en pos de una nueva presea, será una señal de debilidad de ese gobierno y una falta de respeto para los demás competidores que sí cumplieron con los requisitos, y más aun para la jugadora rechazada, a pesar de estar vacunada con el biológico ruso.

En el mundo parece ser que Delta ha dejado el paso libre a Ómicron, que es la cepa predominante y que está afectando a personas vacunadas, en especial a jóvenes y niños, estos últimos, si bien en muchos casos sufren una afección similar a un cuadro gripal moderado a severo, en muchos casos se está observando que se complican a un síndrome inflamatorio multiorgánico que los pone en estado grave, puede causarles la muerte o bien dejarles secuelas importantes a nivel neuromuscular y cardiovascular a más de digestivo. Padecimientos que no se curan con paracetamol y vaporub, como dijera el secretario Alcocer en una de sus pocas y pobres participaciones mañaneras.

El crecimiento de casos, si bien no tan fatales como meses antes, sigue poniendo al sistema de salud de cabeza, máxime que los medicamentos siguen escaseando despreocupadamente, además de estar afectando la economía y la movilidad del país. Tan sólo las aerolíneas están suspendiendo vuelos por falta de pilotos y personal por estar enfermos de Covid y como ellos, multitud de trabajadores.

Qué bueno que se revacunarán a los maestros con Moderna, que es una vacuna aprobada, pero es imperativo seguir el ejemplo de muchos países, incluidos latinoamericanos, vacunando a los niños, máxime que han regresado a las clases presenciales y están expuestos a un peligro potencial real.

Jalisco ha tomado la decisión de solicitar certificado de vacunas para asistir a lugares públicos y ya hay muchos países que tienen esa exigencia, debiéndose adoptar dicha medida en todo el país, haciendo la vacuna obligatoria para poder convivir en sociedad, aun cuando además se sigan las medidas de seguridad ya conocidas. Solo así podríamos controlar esta plaga, quizá en un par de años, por lo menos, y por supuesto, vacunar a los niños, que hoy están en alto riesgo.

No hubiera querido tocar este tema, que está tan trillado, pero ante la nueva ola que se está dando en el país y la necedad de las autoridades sanitarias de empezar a aplicar vacunas a los niños, es importante tomar conciencia del peligro que representa, y más por la imprudencia de algunas personas para vacunarse, que son verdaderas amenazas para todo el mundo.

Empecemos por el serbio Novak Djokovic, multicampeón mundial de tenis que llegará a jugar el abierto de Australia sin tener ninguna vacuna, por lo que fue detenido y aislado al llegar a ese país, donde es una exigencia estar vacunado para ingresar e incluso contar con vacunas aprobadas por ellos, levantando protestas por su país, acusando al gobierno australiano de discriminación y que hasta hoy que escribo, está todavía pendiente su ingreso y participación en el torneo.

Curiosamente a una competidora rusa le impidieron su ingreso al país y a la competencia por estar vacunada con Sputnik, que no está avalada por la OMS ni por el gobierno australiano. De permitirle jugar en pos de una nueva presea, será una señal de debilidad de ese gobierno y una falta de respeto para los demás competidores que sí cumplieron con los requisitos, y más aun para la jugadora rechazada, a pesar de estar vacunada con el biológico ruso.

En el mundo parece ser que Delta ha dejado el paso libre a Ómicron, que es la cepa predominante y que está afectando a personas vacunadas, en especial a jóvenes y niños, estos últimos, si bien en muchos casos sufren una afección similar a un cuadro gripal moderado a severo, en muchos casos se está observando que se complican a un síndrome inflamatorio multiorgánico que los pone en estado grave, puede causarles la muerte o bien dejarles secuelas importantes a nivel neuromuscular y cardiovascular a más de digestivo. Padecimientos que no se curan con paracetamol y vaporub, como dijera el secretario Alcocer en una de sus pocas y pobres participaciones mañaneras.

El crecimiento de casos, si bien no tan fatales como meses antes, sigue poniendo al sistema de salud de cabeza, máxime que los medicamentos siguen escaseando despreocupadamente, además de estar afectando la economía y la movilidad del país. Tan sólo las aerolíneas están suspendiendo vuelos por falta de pilotos y personal por estar enfermos de Covid y como ellos, multitud de trabajadores.

Qué bueno que se revacunarán a los maestros con Moderna, que es una vacuna aprobada, pero es imperativo seguir el ejemplo de muchos países, incluidos latinoamericanos, vacunando a los niños, máxime que han regresado a las clases presenciales y están expuestos a un peligro potencial real.

Jalisco ha tomado la decisión de solicitar certificado de vacunas para asistir a lugares públicos y ya hay muchos países que tienen esa exigencia, debiéndose adoptar dicha medida en todo el país, haciendo la vacuna obligatoria para poder convivir en sociedad, aun cuando además se sigan las medidas de seguridad ya conocidas. Solo así podríamos controlar esta plaga, quizá en un par de años, por lo menos, y por supuesto, vacunar a los niños, que hoy están en alto riesgo.