/ viernes 16 de octubre de 2020

La 4T se perdió en el cambio climático

No se ve para cuándo llegará a consolidarse en beneficio de la especie humana el sistema climático del mundo, sin que los gobiernos del orbe tomen las medidas más estrictas contra la contaminación producida, más por la corrupción que por la ignorancia de la gente.

Las causas naturales como la temperatura, la lluvia, el deshielo y las mareas altas de las zonas marítimas y sus costas, difícilmente se pueden cambiar, pero el calentamiento global que produce la desertificación y erosión de grandes extensiones de tierra, cuyo cambio de uso tradicional es producto de la mano del hombre, si se puede regular y llegando a un extremo prohibir con el uso de la fuerza pública, para evitar los extremosos calores y fríos, así como las inundaciones y sequías.

Entre las causas que inciden en el calentamiento global y propician un cambio climático que atenta contra la vida de las personas, el transporte público y privado es uno de los principales factores, cuya responsabilidad recae en las autoridades de tránsito y transporte público del gobierno.

La demagogia del sistema político alcanza su máxima expresión en el gobierno de la 4T, puesto que no hay compromisos asumidos por AMLO y sus colaboradores en el Plan Nacional de Desarrollo, donde se tendrían que establecer las evaluaciones desde donde partimos en 2018 hasta la meta a lograr en el 2024.

Lo mismo sucede en los otros órdenes de gobierno, porque las dependencias oficiales no aplican con rigor la supervisión, vigilancia y detección de la chatarra que circula por todo el país, excepcionalmente en algunos lugares donde se anuncia un programa de “deschatarrizacion” para apoyar al transporte público en beneficio de los destinatarios del medio ambiente, son unos cuantos “vivillos” los que se quedan con la mejor parte, ya que ellos son los que reparten las rebanadas de pastel de la nueva corrupción.

Otro rubro olvidado por el gobierno de AMLO, en pro del medio ambiente, es la recolección, clasificación y destino final de la basura, pues todo desecho que genera la sociedad termina en un “tiradero de basura a cielo abierto”, generando un clima insalubre.

Desde la primera conferencia mundial sobre el clima, en 1979, a la fecha han transcurrido 41 años, sin que se alcancen los acuerdos firmados en París. Tocó el cambio de estafeta al gobierno de AMLO y con certeza se afirma que llegará a su fin sin resultados en pro del medio ambiente, como todo lo prometido en campaña.

No se ve para cuándo llegará a consolidarse en beneficio de la especie humana el sistema climático del mundo, sin que los gobiernos del orbe tomen las medidas más estrictas contra la contaminación producida, más por la corrupción que por la ignorancia de la gente.

Las causas naturales como la temperatura, la lluvia, el deshielo y las mareas altas de las zonas marítimas y sus costas, difícilmente se pueden cambiar, pero el calentamiento global que produce la desertificación y erosión de grandes extensiones de tierra, cuyo cambio de uso tradicional es producto de la mano del hombre, si se puede regular y llegando a un extremo prohibir con el uso de la fuerza pública, para evitar los extremosos calores y fríos, así como las inundaciones y sequías.

Entre las causas que inciden en el calentamiento global y propician un cambio climático que atenta contra la vida de las personas, el transporte público y privado es uno de los principales factores, cuya responsabilidad recae en las autoridades de tránsito y transporte público del gobierno.

La demagogia del sistema político alcanza su máxima expresión en el gobierno de la 4T, puesto que no hay compromisos asumidos por AMLO y sus colaboradores en el Plan Nacional de Desarrollo, donde se tendrían que establecer las evaluaciones desde donde partimos en 2018 hasta la meta a lograr en el 2024.

Lo mismo sucede en los otros órdenes de gobierno, porque las dependencias oficiales no aplican con rigor la supervisión, vigilancia y detección de la chatarra que circula por todo el país, excepcionalmente en algunos lugares donde se anuncia un programa de “deschatarrizacion” para apoyar al transporte público en beneficio de los destinatarios del medio ambiente, son unos cuantos “vivillos” los que se quedan con la mejor parte, ya que ellos son los que reparten las rebanadas de pastel de la nueva corrupción.

Otro rubro olvidado por el gobierno de AMLO, en pro del medio ambiente, es la recolección, clasificación y destino final de la basura, pues todo desecho que genera la sociedad termina en un “tiradero de basura a cielo abierto”, generando un clima insalubre.

Desde la primera conferencia mundial sobre el clima, en 1979, a la fecha han transcurrido 41 años, sin que se alcancen los acuerdos firmados en París. Tocó el cambio de estafeta al gobierno de AMLO y con certeza se afirma que llegará a su fin sin resultados en pro del medio ambiente, como todo lo prometido en campaña.