En una época donde la igualdad de género es un tema central y urgente, la implementación del Parlamento de Mujeres, establecido en nuestra Ley Orgánica del Poder Legislativo, no solo es necesaria, sino imperativa.
Este Parlamento, diseñado para dar voz y representación a las mujeres en el ámbito legislativo, nunca ha sido llevado a cabo en el Congreso del Estado por ninguna legislatura. Esta falta de acción no solo se debe a la falta de presupuesto, sino que es un reflejo claro de la falta de compromiso, el silencio legislativo y la desatención a los reiterados exhortos que he emitido desde la tribuna para llevar a cabo e impulsar esta acción ciudadana.
El Parlamento de Mujeres es mucho más que una iniciativa legislativa; es una plataforma esencial para la participación política de las mujeres. En un sistema donde las decisiones impactan a toda la población, es vital que las mujeres tengan un espacio significativo y autónomo para influir en la legislación, especialmente en temas críticos como la violencia de género, la igualdad salarial y el acceso a servicios de salud y educación.
El argumento de la falta de presupuesto es inaceptable y revela una alarmante falta de prioridades. En una sociedad que invierte enormes recursos en diversos proyectos y programas, la asignación de fondos para el Parlamento de Mujeres debería ser una prioridad absoluta. La inversión en igualdad de género no es un gasto superfluo; es una inversión en justicia, democracia y desarrollo sostenible.
La ausencia del Parlamento de Mujeres no solo priva a las mujeres de una plataforma crucial para la incidencia política, sino que perpetúa una estructura de poder desigual que continúa marginándolas. La participación política plena de las mujeres no puede ser relegada a un segundo plano bajo pretextos presupuestarios. Es una cuestión de justicia y equidad que no puede esperar.
En el contexto actual, donde las voces femeninas son más fuertes y exigentes que nunca, la implementación del Parlamento de Mujeres es una respuesta necesaria a un clamor social por justicia e igualdad. No se puede seguir postergando una demanda legítima y urgente.
Los responsables de la asignación presupuestaria y los líderes políticos deben reconocer la importancia de este espacio legislativo y actuar de inmediato. La igualdad de género debe reflejarse en todas las esferas de la vida pública, y el Parlamento de Mujeres es una pieza fundamental en este proceso.
Nos quedan solo unos meses de esta legislatura, y seguiré impulsando esta asignatura pendiente con todas mis fuerzas. Esperamos concretarla de tal manera que se lleve a cabo antes de que termine este periodo. Tenemos la voluntad política y el apoyo de la ciudadanía para lograrlo.
La falta de implementación del Parlamento de Mujeres por ninguna legislatura en Veracruz, debido no solo a la falta de presupuesto, sino también a la falta de compromiso y el silencio legislativo, es una deuda impostergable que debe ser saldada con urgencia. Es imperativo que, como sociedad y como representantes públicos, exijamos la realización de este espacio. No podemos permitir que la igualdad de género sea solo una promesa vacía; debe ser una realidad tangible y efectiva en nuestras instituciones y en nuestra vida diaria. Es hora de actuar y cumplir con nuestro compromiso con la igualdad y la justicia para todas las mujeres.