/ miércoles 15 de junio de 2022

La oposición y sus escenarios rumbo a 2024

En los comicios de 2018 para gobernador de Veracruz, la suma de los partidos opositores superó el 53 por ciento de los sufragios totales; el abanderado de la coalición “Juntos haremos historia”, Cuitláhuac García, ganó la contienda con un resultado histórico: más de un millón 667 mil votos, 44.02 por ciento.

Dividida, la oposición no tuvo posibilidad alguna y fue derrotada por el efecto López Obrador, que pintó de guinda Veracruz; fue la segunda alternancia en el estado en dos años.

En menos de un lustro, la entidad veracruzana tuvo tres gobernadores de tres partidos diferentes: Javier Duarte, del PRI, Miguel Ángel Yunes, del PAN; y Cuitláhuac García, de Morena.

En la elección anterior, la de 2016, no fue necesaria una gran alianza de fuerzas políticas, dado que Yunes Linares se impuso sin mayores problemas; pero si se sumaran los votos de PAN, PRD, MC y PRI, esos partidos hubieran alcanzado el 65 por ciento; más de dos millones de votos, contando un millón 50 mil del panista; y 930 mil de Héctor Yunes Landa, de la coalición “Para mejorar Veracruz”.

Hoy, los partidos de oposición en Veracruz se encuentran en la disyuntiva de enfrentar separados las elecciones por la sucesión de 2024; o hacerlo en bloque contra Morena.

La decisión, sin embargo, no quedará en manos de las dirigencias estatales de esos partidos, sino que será producto de una negociación nacional. El PRI llegará a esos acuerdos en su peor momento político; la actual dirigencia nacional del partido, con Alejandro Moreno, ha perdido prácticamente todas las posiciones que tenía, salvo el estado de Durango, donde Esteban Villegas triunfó por holgado margen.

Tomando en cuenta los recientes resultados electorales, el PAN, principal fuerza opositora, llevaría mano en la selección del candidato al gobierno estatal; dos cartas azules roban cámara, el ex alcalde de puerto, Fernando Yunes Márquez; y el senador Julen Rementería.

Sin embargo, como parte de una negociación nacional no se podría descartar que sea el Movimiento Ciudadano y no Acción Nacional el partido que postule al abanderado en la entidad; si ello ocurre, el ex gobernador Dante Delgado será una voz determinante.

Otro actor que podría convertirse en protagonista es el diputado José Francisco Yunes, de las pocas cartas rescatables y de proyección estatal que tiene el PRI. Alejado de la polarización y el escándalo, Yunes Zorrilla ha dicho que sin importar si aparece o no en las boletas de 2024, está decidido a participar y sumarse al frente contra Morena.

La oposición en Veracruz llegará disminuida a 2024. En la entidad, una de las cinco más importantes del país en términos demográficos y electorales, Morena inicia la carrera sucesoria con aparente ventaja.

El primer reto de las fuerzas opositoras será establecer una coalición y definir sus términos; si los partidos no logran ponerse de acuerdo, sus posibilidades se diluirán poco a poco, porque sin esa unidad les será muy complicado competir con probabilidades de éxito contra un partido cuya principal fuerza está en Palacio Nacional.

En los comicios de 2018 para gobernador de Veracruz, la suma de los partidos opositores superó el 53 por ciento de los sufragios totales; el abanderado de la coalición “Juntos haremos historia”, Cuitláhuac García, ganó la contienda con un resultado histórico: más de un millón 667 mil votos, 44.02 por ciento.

Dividida, la oposición no tuvo posibilidad alguna y fue derrotada por el efecto López Obrador, que pintó de guinda Veracruz; fue la segunda alternancia en el estado en dos años.

En menos de un lustro, la entidad veracruzana tuvo tres gobernadores de tres partidos diferentes: Javier Duarte, del PRI, Miguel Ángel Yunes, del PAN; y Cuitláhuac García, de Morena.

En la elección anterior, la de 2016, no fue necesaria una gran alianza de fuerzas políticas, dado que Yunes Linares se impuso sin mayores problemas; pero si se sumaran los votos de PAN, PRD, MC y PRI, esos partidos hubieran alcanzado el 65 por ciento; más de dos millones de votos, contando un millón 50 mil del panista; y 930 mil de Héctor Yunes Landa, de la coalición “Para mejorar Veracruz”.

Hoy, los partidos de oposición en Veracruz se encuentran en la disyuntiva de enfrentar separados las elecciones por la sucesión de 2024; o hacerlo en bloque contra Morena.

La decisión, sin embargo, no quedará en manos de las dirigencias estatales de esos partidos, sino que será producto de una negociación nacional. El PRI llegará a esos acuerdos en su peor momento político; la actual dirigencia nacional del partido, con Alejandro Moreno, ha perdido prácticamente todas las posiciones que tenía, salvo el estado de Durango, donde Esteban Villegas triunfó por holgado margen.

Tomando en cuenta los recientes resultados electorales, el PAN, principal fuerza opositora, llevaría mano en la selección del candidato al gobierno estatal; dos cartas azules roban cámara, el ex alcalde de puerto, Fernando Yunes Márquez; y el senador Julen Rementería.

Sin embargo, como parte de una negociación nacional no se podría descartar que sea el Movimiento Ciudadano y no Acción Nacional el partido que postule al abanderado en la entidad; si ello ocurre, el ex gobernador Dante Delgado será una voz determinante.

Otro actor que podría convertirse en protagonista es el diputado José Francisco Yunes, de las pocas cartas rescatables y de proyección estatal que tiene el PRI. Alejado de la polarización y el escándalo, Yunes Zorrilla ha dicho que sin importar si aparece o no en las boletas de 2024, está decidido a participar y sumarse al frente contra Morena.

La oposición en Veracruz llegará disminuida a 2024. En la entidad, una de las cinco más importantes del país en términos demográficos y electorales, Morena inicia la carrera sucesoria con aparente ventaja.

El primer reto de las fuerzas opositoras será establecer una coalición y definir sus términos; si los partidos no logran ponerse de acuerdo, sus posibilidades se diluirán poco a poco, porque sin esa unidad les será muy complicado competir con probabilidades de éxito contra un partido cuya principal fuerza está en Palacio Nacional.