/ lunes 7 de marzo de 2022

Los abusos que hay en el café que saborea

En un gran número de tazas de café que usted ha saboreado desde hace años y ahora sigue disfrutando en las mañanas o lo largo del día hay un origen de abusos a pequeños productores del grano.

Miles de cafetaleros, siempre, han recibido una mala paga. Cuando los precios internacionales son buenos, los castigan y cuando son bajos, les va peor.

¿Quiénes son los que ganan esté el precio como esté? Los llamados “coyotes”, los que hacen lo mismo que los “coyotes” pero amparados en bodegas bien instaladas y la gran industria del ramo que gana por doble partida al pagar menos y vender un producto que no es 100% café.

Y ni antes ni ahora los caficultores han recibido apoyo por parte de los organismos gubernamentales que, por razones que pueden intuirse, acaban por ponerse del lado de los almacenadores o industriales.

En la actual cosecha lo vemos directamente en Veracruz con el movimiento cafetalero que tiene lugar en Ixhuatlán del Café, un municipio ubicado en la zona centro de Veracruz rodeado por Huatusco, Tepatlaxco, Atoyac, Córdoba, Fortín y Coscomatepec.

Ahí, pequeños productores hicieron lo que no realizaban desde hace un buen tiempo: protestar masivamente, en este caso bloqueando la bodega de la empresa Agroindustrias Unidas de México (AMSA).

Sobre todo en los ochenta los cafetaleros fueron muy aguerridos. Había un ente del gobierno conocido como Inmecafé (Instituto Mexicano del Café), el cual fue desconcentrado a Xalapa, así que pudieron verse en vivo y en directo las constantes tomas de las oficinas y los bloqueos de la carretera federal Xalapa-Veracruz.

Las demandas de los cafetaleros actualmente son muy parecidas a las de hace cuatro décadas, lo que hace ver que los abusos siguen siendo los mismos y uno de esos reclamos consiste en que haya un pago justo por el producto que entregan.

En la actual cosecha los precios internacionales han sido altos, generados por afectaciones en otros países, así que el kilo de café cereza (tal y como se corta en las fincas, sin ningún proceso) llegó a pagarse hasta 16 pesos, en las zonas en donde hay mejor comunicación, como la de Coatepec, porque en otras se pagó en 12 o a menos.

Eso es un abuso y los cafetaleros exigen que haya un organismo que regule y vigile la comercialización para que no los castiguen.

De por si los pequeños productores de este grano, que en México son la inmensa mayoría de los dedicados a la caficultura, obtienen ganancias muy bajas, como para ver que cuando hay buenos precios les regateen en los pagos.

Por eso la demanda de crear un organismo como el arriba citado o que se le dé fuerza a la Asociación Mexicana de la Cadena Productiva del Café A.C. (Amecafe) así como la emisión de una ley que obligue a atender de manera integral a los productores.

En la actualidad, los cafetaleros que protestan en Ixhuatlán -pudo haber sido en cualquier otro lado en los que se paga con precios castigados- son atendidos por Santiago Argüello Campos, director general de Fomento a la Agricultura de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), pero las negociaciones no avanzan.

¿Será que no hay avances en las peticiones de los cafetaleros porque Argüello trabajó para AMSA?, es lo que se preguntan productores veracruzanos.

Da tristeza lo que le sucede a los caficultores. Cuando no los golpean las plagas resienten los abusos de las transnacionales y grandes almacenadores.

Sus ganancias al término de cada cosecha son mínimas, de vergüenza, tras descontar gastos para preparar el cultivo y pagarle a los cortadores.

Ya solo falta que un funcionario insensible un día de estos les diga que la culpa la tienen ellos por dedicarse a cultivar café, como aquél que expresó, ante el hecho de casas inundadas en Xalapa, que por qué habían construido en esa zona, que mejor se fueran a otra.

En un gran número de tazas de café que usted ha saboreado desde hace años y ahora sigue disfrutando en las mañanas o lo largo del día hay un origen de abusos a pequeños productores del grano.

Miles de cafetaleros, siempre, han recibido una mala paga. Cuando los precios internacionales son buenos, los castigan y cuando son bajos, les va peor.

¿Quiénes son los que ganan esté el precio como esté? Los llamados “coyotes”, los que hacen lo mismo que los “coyotes” pero amparados en bodegas bien instaladas y la gran industria del ramo que gana por doble partida al pagar menos y vender un producto que no es 100% café.

Y ni antes ni ahora los caficultores han recibido apoyo por parte de los organismos gubernamentales que, por razones que pueden intuirse, acaban por ponerse del lado de los almacenadores o industriales.

En la actual cosecha lo vemos directamente en Veracruz con el movimiento cafetalero que tiene lugar en Ixhuatlán del Café, un municipio ubicado en la zona centro de Veracruz rodeado por Huatusco, Tepatlaxco, Atoyac, Córdoba, Fortín y Coscomatepec.

Ahí, pequeños productores hicieron lo que no realizaban desde hace un buen tiempo: protestar masivamente, en este caso bloqueando la bodega de la empresa Agroindustrias Unidas de México (AMSA).

Sobre todo en los ochenta los cafetaleros fueron muy aguerridos. Había un ente del gobierno conocido como Inmecafé (Instituto Mexicano del Café), el cual fue desconcentrado a Xalapa, así que pudieron verse en vivo y en directo las constantes tomas de las oficinas y los bloqueos de la carretera federal Xalapa-Veracruz.

Las demandas de los cafetaleros actualmente son muy parecidas a las de hace cuatro décadas, lo que hace ver que los abusos siguen siendo los mismos y uno de esos reclamos consiste en que haya un pago justo por el producto que entregan.

En la actual cosecha los precios internacionales han sido altos, generados por afectaciones en otros países, así que el kilo de café cereza (tal y como se corta en las fincas, sin ningún proceso) llegó a pagarse hasta 16 pesos, en las zonas en donde hay mejor comunicación, como la de Coatepec, porque en otras se pagó en 12 o a menos.

Eso es un abuso y los cafetaleros exigen que haya un organismo que regule y vigile la comercialización para que no los castiguen.

De por si los pequeños productores de este grano, que en México son la inmensa mayoría de los dedicados a la caficultura, obtienen ganancias muy bajas, como para ver que cuando hay buenos precios les regateen en los pagos.

Por eso la demanda de crear un organismo como el arriba citado o que se le dé fuerza a la Asociación Mexicana de la Cadena Productiva del Café A.C. (Amecafe) así como la emisión de una ley que obligue a atender de manera integral a los productores.

En la actualidad, los cafetaleros que protestan en Ixhuatlán -pudo haber sido en cualquier otro lado en los que se paga con precios castigados- son atendidos por Santiago Argüello Campos, director general de Fomento a la Agricultura de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), pero las negociaciones no avanzan.

¿Será que no hay avances en las peticiones de los cafetaleros porque Argüello trabajó para AMSA?, es lo que se preguntan productores veracruzanos.

Da tristeza lo que le sucede a los caficultores. Cuando no los golpean las plagas resienten los abusos de las transnacionales y grandes almacenadores.

Sus ganancias al término de cada cosecha son mínimas, de vergüenza, tras descontar gastos para preparar el cultivo y pagarle a los cortadores.

Ya solo falta que un funcionario insensible un día de estos les diga que la culpa la tienen ellos por dedicarse a cultivar café, como aquél que expresó, ante el hecho de casas inundadas en Xalapa, que por qué habían construido en esa zona, que mejor se fueran a otra.