/ viernes 23 de septiembre de 2022

Mi independencia y libertad

La independencia personal nos hace actuar por cuenta propia, en vez de entregarle a otro el control de nuestra vida. Es actuar con voluntad, libertad y autonomía.

En mi opinión, la libertad es la capacidad efectiva de elegir aquello que contribuya al desarrollo personal; es una posibilidad de que el ser humano alcance la felicidad y la capacidad del individuo para controlar las opciones de acción a futuro, valorando cada oportunidad.

Cuando una persona tiene el control de sus acciones, esta es libre, aun cuando las opciones elegidas impliquen grandes sacrificios, pues la elección no ha sido impuesta, ha sido electa con pleno uso de las facultades. Este pensamiento es, para mí, lo más cercano a la libertad, según mi saber.

Darle valor a los sacrificios es un riesgo que no cualquiera puede tomar, sin embargo, en la vida se deben tomar decisiones no obligadas por nada, por circunstancias, ni mucho menos por la manipulación de nadie. Es necesario reflexionar las consecuencias y las implicaciones que deriven de ellas, acción que también se acerca a la libertad.

Tomar el control y la previsión de las posibilidades al actuar es crucial para alcanzar parte de la felicidad. Veamos, ¿qué deseas en la vida?, ¿cuáles son tus objetivos y metas? Vamos hacia adelante, empujados por la fuerza de la razón, y caminemos con la luz sin perder la fe en lo que se pretende alcanzar.

Se puede ser independiente, sin ser libre, sin embargo, es imposible ser libre sin ser independiente; empecemos por ser independientes, ese es el primer paso para ser libres. La independencia personal es circunstancial y la libertad es esencial, es decir, que no se debe prescindir de ella, ya que es fundamental en el desarrollo de la vida del ser humano.

Cuando un individuo es capaz de valerse por sí mismo, de tomar sus propias decisiones y poseer cierto grado de independencia económica, se puede decir que es independiente; pero cuando se dice “yo quiero mi independencia”, nos referimos a abandonar el apoyo de los padres en términos de vivienda, alimentación y techo.

Para dar el grito de independencia personal y alcanzar la libertad es indispensable cumplir con las obligaciones que se demandan: cuidar de uno mismo y de los demás. Ello, en respuesta a la confianza que las personas depositan en nosotros. Cuando somos responsables expresamos el sentido de comunidad y compromiso que asumimos con los demás, no así la idea egoísta de hacer lo que me place porque es mi vida: un individualismo narcisista mal entendido.

Esta responsabilidad impacta en todos los ámbitos, en la vida familiar, académica, laboral y ciudadana. Cuando alguien no es responsable no solo afecta su propio crecimiento, también perjudica a los demás, haciendo a un lado el “grito de independencia y libertad”.

Nuestra vocación es la libertad, no me refiero a hacer lo que se me pegue la gana dejándome llevar por los deseos que se manifiestan en los desordenados de la sexualidad, la comida y la bebida, sino al amor por el que nos hacemos servidores de los demás con alegría, acción que provoca la paz interior y el dominio de uno mismo; es así como podremos decir “¡soy independiente y libre!”.

ruan-62@hotmail.com

La independencia personal nos hace actuar por cuenta propia, en vez de entregarle a otro el control de nuestra vida. Es actuar con voluntad, libertad y autonomía.

En mi opinión, la libertad es la capacidad efectiva de elegir aquello que contribuya al desarrollo personal; es una posibilidad de que el ser humano alcance la felicidad y la capacidad del individuo para controlar las opciones de acción a futuro, valorando cada oportunidad.

Cuando una persona tiene el control de sus acciones, esta es libre, aun cuando las opciones elegidas impliquen grandes sacrificios, pues la elección no ha sido impuesta, ha sido electa con pleno uso de las facultades. Este pensamiento es, para mí, lo más cercano a la libertad, según mi saber.

Darle valor a los sacrificios es un riesgo que no cualquiera puede tomar, sin embargo, en la vida se deben tomar decisiones no obligadas por nada, por circunstancias, ni mucho menos por la manipulación de nadie. Es necesario reflexionar las consecuencias y las implicaciones que deriven de ellas, acción que también se acerca a la libertad.

Tomar el control y la previsión de las posibilidades al actuar es crucial para alcanzar parte de la felicidad. Veamos, ¿qué deseas en la vida?, ¿cuáles son tus objetivos y metas? Vamos hacia adelante, empujados por la fuerza de la razón, y caminemos con la luz sin perder la fe en lo que se pretende alcanzar.

Se puede ser independiente, sin ser libre, sin embargo, es imposible ser libre sin ser independiente; empecemos por ser independientes, ese es el primer paso para ser libres. La independencia personal es circunstancial y la libertad es esencial, es decir, que no se debe prescindir de ella, ya que es fundamental en el desarrollo de la vida del ser humano.

Cuando un individuo es capaz de valerse por sí mismo, de tomar sus propias decisiones y poseer cierto grado de independencia económica, se puede decir que es independiente; pero cuando se dice “yo quiero mi independencia”, nos referimos a abandonar el apoyo de los padres en términos de vivienda, alimentación y techo.

Para dar el grito de independencia personal y alcanzar la libertad es indispensable cumplir con las obligaciones que se demandan: cuidar de uno mismo y de los demás. Ello, en respuesta a la confianza que las personas depositan en nosotros. Cuando somos responsables expresamos el sentido de comunidad y compromiso que asumimos con los demás, no así la idea egoísta de hacer lo que me place porque es mi vida: un individualismo narcisista mal entendido.

Esta responsabilidad impacta en todos los ámbitos, en la vida familiar, académica, laboral y ciudadana. Cuando alguien no es responsable no solo afecta su propio crecimiento, también perjudica a los demás, haciendo a un lado el “grito de independencia y libertad”.

Nuestra vocación es la libertad, no me refiero a hacer lo que se me pegue la gana dejándome llevar por los deseos que se manifiestan en los desordenados de la sexualidad, la comida y la bebida, sino al amor por el que nos hacemos servidores de los demás con alegría, acción que provoca la paz interior y el dominio de uno mismo; es así como podremos decir “¡soy independiente y libre!”.

ruan-62@hotmail.com