/ miércoles 2 de diciembre de 2020

No corregir el rumbo garantiza la revocación de mandato

El informe del presidente Andrés Manuel López Obrador, según el artículo 69 constitucional, debe ser por escrito y presentarse en la apertura de sesiones ordinarias del Congreso de la Unión.

El documento debe contener “el estado general que guarda la administración pública” del país, de tal manera que los mexicanos puedan contar con la información oficial del acontecer gubernamental de 12 meses de gestión, que para la 4T representa un año más de “ensayo y error”, dada la inexperiencia y la actitud pendenciera, caprichosa y corrupta de la mayoría de quienes integran el gabinete y los órganos desconcentrados.

AMLO no pudo informar resultados favorables para controlar la pandemia, menos pudo vanagloriarse de las malas decisiones sobre la economía y las finanzas públicas, que por segundo año han lastimado a los mexicanos que menos tienen, aumentando el número de personas en extrema pobreza y desapareciendo la clase media.

El descontento popular crece día tras día, a tal grado que hasta quienes votaron por el presidente López Obrador hoy se atreven a expresar que se vieron engañados por aquellos compromisos incumplidos, contenidos en el juramento de “no mentir, no robar y no traicionar al pueblo”.

El rompimiento interno de los afiliados al partido Morena, después del triunfo de AMLO, ha contribuido notablemente a un divisionismo de quienes se rasgaban las vestiduras para gritar a voz en cuello “es un honor estar con Obrador”. El reproche de la mayoría de la gente en las calles ha obligado a los “4tes” a aceptar que estábamos mejor cuando estábamos peor.

Para el segundo informe de gobierno, el presidente debe reconocer que falló en el compromiso de acabar con la inseguridad, criminalidad, los secuestros, desapariciones forzadas, homicidios dolosos y feminicidios; falló también en regresar al Ejército a sus cuarteles y no emplear a sus elementos en tareas de vigilancia en las calles.

No bajó el precio de la gasolina y la industria petrolera sigue costando al país. El error de construir la última refinería en Dos Bocas (obsoleta para nuestros tiempos) lo pagarán nuestras futuras generaciones, que tampoco tienen oportunidades de educación, salud y empleo para su desarrollo personal.

De un panorama gris y desolador resultó el segundo año de gobierno. Habrá que esperar la respuesta del pueblo cuando se le consulte sobre la revocación de mandato.

El reproche de la mayoría de la gente en las calles ha obligado a los “4tes” a aceptar que estábamos mejor cuando estábamos peor.

El informe del presidente Andrés Manuel López Obrador, según el artículo 69 constitucional, debe ser por escrito y presentarse en la apertura de sesiones ordinarias del Congreso de la Unión.

El documento debe contener “el estado general que guarda la administración pública” del país, de tal manera que los mexicanos puedan contar con la información oficial del acontecer gubernamental de 12 meses de gestión, que para la 4T representa un año más de “ensayo y error”, dada la inexperiencia y la actitud pendenciera, caprichosa y corrupta de la mayoría de quienes integran el gabinete y los órganos desconcentrados.

AMLO no pudo informar resultados favorables para controlar la pandemia, menos pudo vanagloriarse de las malas decisiones sobre la economía y las finanzas públicas, que por segundo año han lastimado a los mexicanos que menos tienen, aumentando el número de personas en extrema pobreza y desapareciendo la clase media.

El descontento popular crece día tras día, a tal grado que hasta quienes votaron por el presidente López Obrador hoy se atreven a expresar que se vieron engañados por aquellos compromisos incumplidos, contenidos en el juramento de “no mentir, no robar y no traicionar al pueblo”.

El rompimiento interno de los afiliados al partido Morena, después del triunfo de AMLO, ha contribuido notablemente a un divisionismo de quienes se rasgaban las vestiduras para gritar a voz en cuello “es un honor estar con Obrador”. El reproche de la mayoría de la gente en las calles ha obligado a los “4tes” a aceptar que estábamos mejor cuando estábamos peor.

Para el segundo informe de gobierno, el presidente debe reconocer que falló en el compromiso de acabar con la inseguridad, criminalidad, los secuestros, desapariciones forzadas, homicidios dolosos y feminicidios; falló también en regresar al Ejército a sus cuarteles y no emplear a sus elementos en tareas de vigilancia en las calles.

No bajó el precio de la gasolina y la industria petrolera sigue costando al país. El error de construir la última refinería en Dos Bocas (obsoleta para nuestros tiempos) lo pagarán nuestras futuras generaciones, que tampoco tienen oportunidades de educación, salud y empleo para su desarrollo personal.

De un panorama gris y desolador resultó el segundo año de gobierno. Habrá que esperar la respuesta del pueblo cuando se le consulte sobre la revocación de mandato.

El reproche de la mayoría de la gente en las calles ha obligado a los “4tes” a aceptar que estábamos mejor cuando estábamos peor.