/ sábado 12 de marzo de 2022

No son esclavas

Hay una definición más acotada que proporciona el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) que dice que el trabajo doméstico se define como el conjunto de actividades que se realizan dentro de un hogar para proporcionar y proveer bienestar a los miembros de la familia, ya que por poco sueldo o mucho, pero reciben un pago y ahí es donde se encuadra la relación laboral patrón-empleado.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), en México 2.4 millones de trabajadores domésticos, que representan el 4.6% de población ocupada, las mujeres ocupan 88% de los puestos de trabajo en este sector; sobresalen las ocupaciones domésticas que son realizadas por mujeres.

La encuesta nacional sobre la discriminación (ENADIS) 2020 dice que de cada cinco personas, una sufre discriminación, que afecta a grupos vulnerables, entre ellas las trabajadoras domésticas. ENADIS fue elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el Conapred, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), la Universidad Autónoma de México (UAM) y el Conacyt.

Se trata de más de dos millones de personas que de acuerdo al informe legislar sin discriminación, sufren varias violaciones a sus derechos laborales y sociales, pero sobre todo, a sus derechos elementales, como el no maltrato y la humillación. Estas personas que trabajan en el hogar, que por respeto jamás diré como hoy las llaman, tienen grandes jornadas de trabajo, no gozan de prestaciones laborales, como el de la salud, aguinaldo, horas extras, vacaciones, y de acuerdo con la Ley Federal del Trabajo, Artículo 20, Fracción Primera, que a la letra dice: Se entiende por relación de trabajo cualquiera que sea el acto que le de origen la prestación de un trabajo personal subordinado a una persona, mediante el pago de un salario.

Hoy se trata de una labor invisible sin reconocimiento social, como ya lo dije, con trabajos pesados, limpiar, lavar, planchar, hacer comida, cuidar a los niños, ir por los niños a la escuela, coser, y lo peor, como me dice mi fuente, aguantar el estado de ánimo de la patrona, ¡por Dios! La mayoría de estas personas hacen todo el trabajo de limpieza y orden en la casa, son desvaloradas y ocultas, el trabajo de la casa desafortunadamente ni siquiera se considera trabajo, ahí lo vemos con las amas de casa, que nunca terminan con el trabajo del hogar, y es considerado casi como una obligación natural de la mujer, señala el Conapred.

Haciendo un trabajo de campo, platicando con Lupita, que es trabajadora doméstica, me comenta que ella tiene 16 años trabajando en una casa, ella no puede darse el lujo de enfermarse o sufrir un accidente, mucho menos pedir vacaciones. Carece de seguridad social y si falta un día a su empleo, ese día se lo descuentan, y hay veces que tiene hora de entrada pero no de salida. Es lamentable que estas trabajadoras domésticas se enfrenten a la ausencia de los derechos laborales, a pesar de que ya se reformaron las leyes muchas mujeres siguen siendo maltratadas.

El 23 de abril del 2019, por unanimidad aprueban la reforma a la Ley Federal del Trabajo y Seguro Social, que otorga derechos laborales a trabajadoras del hogar, cuyo objetivo es regular el trabajo doméstico y garantizar los derechos de las trabajadoras. ¡Ni esclavas ni sirvientas!, solo trabajadoras del hogar.

Todos somos iguales ante la ley, el Artículo 4 de la Constitución federal dice que nadie debe de humillarte y menos tocar tu dignidad, que es un valor y un derecho de las personas, mismo que es innato, inviolable e intangible, así lo mandata la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

lexfemme.12@hotmail.com

Hay una definición más acotada que proporciona el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) que dice que el trabajo doméstico se define como el conjunto de actividades que se realizan dentro de un hogar para proporcionar y proveer bienestar a los miembros de la familia, ya que por poco sueldo o mucho, pero reciben un pago y ahí es donde se encuadra la relación laboral patrón-empleado.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), en México 2.4 millones de trabajadores domésticos, que representan el 4.6% de población ocupada, las mujeres ocupan 88% de los puestos de trabajo en este sector; sobresalen las ocupaciones domésticas que son realizadas por mujeres.

La encuesta nacional sobre la discriminación (ENADIS) 2020 dice que de cada cinco personas, una sufre discriminación, que afecta a grupos vulnerables, entre ellas las trabajadoras domésticas. ENADIS fue elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el Conapred, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), la Universidad Autónoma de México (UAM) y el Conacyt.

Se trata de más de dos millones de personas que de acuerdo al informe legislar sin discriminación, sufren varias violaciones a sus derechos laborales y sociales, pero sobre todo, a sus derechos elementales, como el no maltrato y la humillación. Estas personas que trabajan en el hogar, que por respeto jamás diré como hoy las llaman, tienen grandes jornadas de trabajo, no gozan de prestaciones laborales, como el de la salud, aguinaldo, horas extras, vacaciones, y de acuerdo con la Ley Federal del Trabajo, Artículo 20, Fracción Primera, que a la letra dice: Se entiende por relación de trabajo cualquiera que sea el acto que le de origen la prestación de un trabajo personal subordinado a una persona, mediante el pago de un salario.

Hoy se trata de una labor invisible sin reconocimiento social, como ya lo dije, con trabajos pesados, limpiar, lavar, planchar, hacer comida, cuidar a los niños, ir por los niños a la escuela, coser, y lo peor, como me dice mi fuente, aguantar el estado de ánimo de la patrona, ¡por Dios! La mayoría de estas personas hacen todo el trabajo de limpieza y orden en la casa, son desvaloradas y ocultas, el trabajo de la casa desafortunadamente ni siquiera se considera trabajo, ahí lo vemos con las amas de casa, que nunca terminan con el trabajo del hogar, y es considerado casi como una obligación natural de la mujer, señala el Conapred.

Haciendo un trabajo de campo, platicando con Lupita, que es trabajadora doméstica, me comenta que ella tiene 16 años trabajando en una casa, ella no puede darse el lujo de enfermarse o sufrir un accidente, mucho menos pedir vacaciones. Carece de seguridad social y si falta un día a su empleo, ese día se lo descuentan, y hay veces que tiene hora de entrada pero no de salida. Es lamentable que estas trabajadoras domésticas se enfrenten a la ausencia de los derechos laborales, a pesar de que ya se reformaron las leyes muchas mujeres siguen siendo maltratadas.

El 23 de abril del 2019, por unanimidad aprueban la reforma a la Ley Federal del Trabajo y Seguro Social, que otorga derechos laborales a trabajadoras del hogar, cuyo objetivo es regular el trabajo doméstico y garantizar los derechos de las trabajadoras. ¡Ni esclavas ni sirvientas!, solo trabajadoras del hogar.

Todos somos iguales ante la ley, el Artículo 4 de la Constitución federal dice que nadie debe de humillarte y menos tocar tu dignidad, que es un valor y un derecho de las personas, mismo que es innato, inviolable e intangible, así lo mandata la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

lexfemme.12@hotmail.com