/ jueves 1 de abril de 2021

Quién informa a AMLO

No lo malinforman, no lo cruzan, él (y nadie más), decide lo que ocurre durante la mañanera.

“Cuando regresa a su oficina, después de la conferencia matutina, de manera muy cuidadosa le decimos lo que no es del todo cierto, lo que podrá ser usado en medios para atacarlo porque es erróneo, es nuestra obligación decírselo, pero suele reírse o insistir en que no le importa, en que tiene razón”.

Fuentes cercanas a AMLO me confirman lo que para nadie es un secreto: no existe planeación o guión alguno que conduzca al máximo foro de expresión presidencial. “Se tiene un listado de temas a presentar por rubro o Secretario, los cuales pueden moverse en caso de que se requiera tapar algún tema álgido surgido el día anterior”.

Cuando menos la mitad de los números o cifras que proporciona AMLO por mes provienen de su memoria, situación que suele meter en problemas a los propios organismos de su gobierno. “Aquí todos sabemos que cuando el Presidente afirma tener otros datos, es momento de avisar a los señalados para que busquen matizar las cosas”.

Y es que aunque suele equivocarse mucho en la información que proporciona, la consigna para todo su equipo de trabajo es que AMLO no puede cometer errores, situación que ha desembocado, (incluso), en la renuncia de algunos cercanos a él. “Gente que aprecia como amigos y fueron sus colaboradores, lo dejaron por temas surgidos en la conferencia matutina”, comentan.

AMLO sabe que se equivoca, sabe que con frecuencia sus datos no son reales, aún así le apetece darlos, porque sabe, (simple y sencillamente), que continuará generando conversación entre los medios e incluso sus adversarios, “pero es algo que le encanta”, me hacen saber quienes charlan con él a diario.

Para el Presidente no hay “evento o consigna” más importante en su agenda que “la mañanera”, porque es ahí, en ese espacio, donde ocurre lo que más disfruta: tener la razón, sí o sí, y a pesar de todo. Por ello podrán cancelarse audiencias o acuerdos con su gente, pero casi nunca sus conferencias matutinas.

Justamente la semana pasada, con semblante relajado y satisfecho, AMLO dijo a su equipo de trabajo que se la podría pasar hablando todo el día en una eterna mañanera. “Y es que ahí está en su elemento: teniendo la razón aunque sus datos siempre sean otros”.

No lo malinforman, no lo cruzan, él (y nadie más), decide lo que ocurre durante la mañanera.

“Cuando regresa a su oficina, después de la conferencia matutina, de manera muy cuidadosa le decimos lo que no es del todo cierto, lo que podrá ser usado en medios para atacarlo porque es erróneo, es nuestra obligación decírselo, pero suele reírse o insistir en que no le importa, en que tiene razón”.

Fuentes cercanas a AMLO me confirman lo que para nadie es un secreto: no existe planeación o guión alguno que conduzca al máximo foro de expresión presidencial. “Se tiene un listado de temas a presentar por rubro o Secretario, los cuales pueden moverse en caso de que se requiera tapar algún tema álgido surgido el día anterior”.

Cuando menos la mitad de los números o cifras que proporciona AMLO por mes provienen de su memoria, situación que suele meter en problemas a los propios organismos de su gobierno. “Aquí todos sabemos que cuando el Presidente afirma tener otros datos, es momento de avisar a los señalados para que busquen matizar las cosas”.

Y es que aunque suele equivocarse mucho en la información que proporciona, la consigna para todo su equipo de trabajo es que AMLO no puede cometer errores, situación que ha desembocado, (incluso), en la renuncia de algunos cercanos a él. “Gente que aprecia como amigos y fueron sus colaboradores, lo dejaron por temas surgidos en la conferencia matutina”, comentan.

AMLO sabe que se equivoca, sabe que con frecuencia sus datos no son reales, aún así le apetece darlos, porque sabe, (simple y sencillamente), que continuará generando conversación entre los medios e incluso sus adversarios, “pero es algo que le encanta”, me hacen saber quienes charlan con él a diario.

Para el Presidente no hay “evento o consigna” más importante en su agenda que “la mañanera”, porque es ahí, en ese espacio, donde ocurre lo que más disfruta: tener la razón, sí o sí, y a pesar de todo. Por ello podrán cancelarse audiencias o acuerdos con su gente, pero casi nunca sus conferencias matutinas.

Justamente la semana pasada, con semblante relajado y satisfecho, AMLO dijo a su equipo de trabajo que se la podría pasar hablando todo el día en una eterna mañanera. “Y es que ahí está en su elemento: teniendo la razón aunque sus datos siempre sean otros”.