/ lunes 1 de julio de 2019

Renovar el poder Judicial

Buen día apreciado lector:

Para lo que se avecina dentro de seis meses, el Presidente de la República Andrés Manuel López Obrador llegará a su primer año, obsesionado con la buena intención de que, (tal vez por decreto metafísico) ya se acabó la corrupción en los gobiernos en México.

Aunque, además, con el ojo puesto en el tema de la reelección, que para él es someterse a consulta popular por la continuación o revocación en el mandato.

Insistiendo sobre la corrupción en los gobiernos, la semana pasada le cuestionaron sobre un supuesto descontrol en los actos de algunas autoridades y desequilibrio entre los poderes, al grado que el reportero que preguntó resaltó que hay estigmatización del Poder Judicial como un “apestódromo”, en referencia a jueces que favorecen a delincuentes.

Con un largo rollo como los que acostumbra, López Obrador fue muy claro al precisar que “cada poder tiene que llevar a cabo su renovación y tiene que hacerlo por iniciativa propia, porque son poderes autónomos, independientes y sí es aconsejable la renovación de los poderes, sobre todo limpiarlos de corrupción, porque si no, van a perder credibilidad, entre otras cosas.

“Tenemos todos que rendir cuentas a los ciudadanos y no conviene que ningún poder se debilite por falta de autoridad moral, que es la que da la autoridad política, la autoridad moral", expresó.

Y añadió: “Que la corrupción se aplaudía, se toleraba, era ejemplo a seguir, era un tonto el que llegaba a un cargo público y no se aprovechaba y no robaba. Acuérdense de los dichos; aquello que la moral era un árbol que daba moras, dijo una vez un personaje famoso de la picaresca política mexicana. Acuérdense de que ‘el que no transa no avanza’, acuérdense de que ’político pobre, pobre político’.

“Cada vez van a ser más mal vistos los corruptos en México, ahora sí que fuchi, hasta guácala, cuando se tenga conocimiento de un corrupto", explicó el Presidente López.

Pues ora sí que en vez de decir “¡chusma, chusma!” como decía El Kiko, diremos ¡¡fuchi, guácala!!, cuando se mire a un corrupto, aunque le podemos añadir: “si la corrupción fuera tiña…”.

Paz y armonía en su hogar, no olvide cuidar el agua.

gustavocadenamathey@hotmail.com


Buen día apreciado lector:

Para lo que se avecina dentro de seis meses, el Presidente de la República Andrés Manuel López Obrador llegará a su primer año, obsesionado con la buena intención de que, (tal vez por decreto metafísico) ya se acabó la corrupción en los gobiernos en México.

Aunque, además, con el ojo puesto en el tema de la reelección, que para él es someterse a consulta popular por la continuación o revocación en el mandato.

Insistiendo sobre la corrupción en los gobiernos, la semana pasada le cuestionaron sobre un supuesto descontrol en los actos de algunas autoridades y desequilibrio entre los poderes, al grado que el reportero que preguntó resaltó que hay estigmatización del Poder Judicial como un “apestódromo”, en referencia a jueces que favorecen a delincuentes.

Con un largo rollo como los que acostumbra, López Obrador fue muy claro al precisar que “cada poder tiene que llevar a cabo su renovación y tiene que hacerlo por iniciativa propia, porque son poderes autónomos, independientes y sí es aconsejable la renovación de los poderes, sobre todo limpiarlos de corrupción, porque si no, van a perder credibilidad, entre otras cosas.

“Tenemos todos que rendir cuentas a los ciudadanos y no conviene que ningún poder se debilite por falta de autoridad moral, que es la que da la autoridad política, la autoridad moral", expresó.

Y añadió: “Que la corrupción se aplaudía, se toleraba, era ejemplo a seguir, era un tonto el que llegaba a un cargo público y no se aprovechaba y no robaba. Acuérdense de los dichos; aquello que la moral era un árbol que daba moras, dijo una vez un personaje famoso de la picaresca política mexicana. Acuérdense de que ‘el que no transa no avanza’, acuérdense de que ’político pobre, pobre político’.

“Cada vez van a ser más mal vistos los corruptos en México, ahora sí que fuchi, hasta guácala, cuando se tenga conocimiento de un corrupto", explicó el Presidente López.

Pues ora sí que en vez de decir “¡chusma, chusma!” como decía El Kiko, diremos ¡¡fuchi, guácala!!, cuando se mire a un corrupto, aunque le podemos añadir: “si la corrupción fuera tiña…”.

Paz y armonía en su hogar, no olvide cuidar el agua.

gustavocadenamathey@hotmail.com


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