/ miércoles 23 de junio de 2021

Responsabilidades públicas, utilidades privadas

En principio se dijo que para deslindar responsabilidades con la tragedia ocurrida en la Línea 12 del Metro capitalino, serían contratados peritos de Noruega, por ser especialistas en ese tipo de dictámenes y que pronto se sabría a quién cargar esa responsabilidad, sus consecuencias y la reparación del daño, incluida la indemnización a deudos y familiares de las víctimas.

Hasta donde se ha filtrado –la primera parte del peritaje– existe responsabilidad, a juicio de los peritos, para la empresa CARSO, propiedad del hombre más rico de México, Carlos Slim Helú, por defectos en el control de calidad de la obra, que con tantas dificultades comenzó a funcionar al finalizar el gobierno de Marcelo Ebrard y al inicio del gobierno del actual senador Miguel Ángel Mancera.

En menos de un año, diversos accidentes e incidencias, como el incendio y el apagón del cerebro electrónico que controla el tráfico de los trenes del Metro, han sido atribuidos por trabajadores y usuarios a la falta de mantenimiento imputable, principalmente a la directora general, Florencia Serranía, quien responde a su jefa inmediata, la doctora Claudia Sheinbaum.

Es por ello que causa inquietud en el círculo de funcionarios públicos cercanos al presidente AMLO que el día de ayer llegaron Carlos Slim y Claudia Sheiunbaum a Palacio Nacional, sin que se sepa de la presencia del canciller Marcelo Ebrard o de la invitación para comparecer a dicha reunión al senador Miguel Ángel Mancera. Resulta extraño que si el jefe de las instituciones nacionales, al destituir a la secretaria de la Función Pública, anunciara que habría más cambios, la reunión de ayer podría arrojar la destitución de más funcionarios. Quien seguramente saldrá bien librado de la reunión es don Carlos Slim Helú, constructor del Tren Maya y de otras obras ordenadas desde Palacio Nacional, pues resulta ser gran amigo y aliado del Presidente.

En principio se dijo que para deslindar responsabilidades con la tragedia ocurrida en la Línea 12 del Metro capitalino, serían contratados peritos de Noruega, por ser especialistas en ese tipo de dictámenes y que pronto se sabría a quién cargar esa responsabilidad, sus consecuencias y la reparación del daño, incluida la indemnización a deudos y familiares de las víctimas.

Hasta donde se ha filtrado –la primera parte del peritaje– existe responsabilidad, a juicio de los peritos, para la empresa CARSO, propiedad del hombre más rico de México, Carlos Slim Helú, por defectos en el control de calidad de la obra, que con tantas dificultades comenzó a funcionar al finalizar el gobierno de Marcelo Ebrard y al inicio del gobierno del actual senador Miguel Ángel Mancera.

En menos de un año, diversos accidentes e incidencias, como el incendio y el apagón del cerebro electrónico que controla el tráfico de los trenes del Metro, han sido atribuidos por trabajadores y usuarios a la falta de mantenimiento imputable, principalmente a la directora general, Florencia Serranía, quien responde a su jefa inmediata, la doctora Claudia Sheinbaum.

Es por ello que causa inquietud en el círculo de funcionarios públicos cercanos al presidente AMLO que el día de ayer llegaron Carlos Slim y Claudia Sheiunbaum a Palacio Nacional, sin que se sepa de la presencia del canciller Marcelo Ebrard o de la invitación para comparecer a dicha reunión al senador Miguel Ángel Mancera. Resulta extraño que si el jefe de las instituciones nacionales, al destituir a la secretaria de la Función Pública, anunciara que habría más cambios, la reunión de ayer podría arrojar la destitución de más funcionarios. Quien seguramente saldrá bien librado de la reunión es don Carlos Slim Helú, constructor del Tren Maya y de otras obras ordenadas desde Palacio Nacional, pues resulta ser gran amigo y aliado del Presidente.