/ domingo 13 de septiembre de 2020

Si AMLO no se aparta, la disputa interna de Morena sepultará a la 4T

La corrupción se ha convertido en el mal endémico que todo lo destruye y el haber prometido a los mexicanos que el día que el presidente López Obrador llegara a Palacio Nacional se acabaría la corrupción en México, fue tan grave que su incumplimiento se ha convertido en una pesada loza que amenaza con sepultar al gobierno de la 4T.

En ningún partido político del mundo han podido coexistir, al mismo tiempo y en la dirección nacional, dos figuras que representen el máximo liderazgo político, a quien los militantes de dicho partido sigan hasta la ignominia. México no es la excepción y frente al presidente Andrés Manuel López Obrador ninguna figura de la izquierda mexicana puede opacarlo o contradecirlo.

Tales son los casos del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y el licenciado Porfirio Muñoz Ledo, por solo citar a dos figuras emblemáticas que iniciaron en 1988 la “Corriente Democrática”, que dio lugar al cambio del sistema político tradicional y que hoy son fríamente desplazados por el actual presidente López Obrador, a quien ellos recibieron en la filas del PRD después de la renuncia de AMLO al PRI de Tabasco.

El entusiasmo y claridad de pensamiento de Porfirio Muñoz Ledo en su aspiración a la presidencia del partido Morena, se ve imposible de cristalizar. El control del partido de la 4T lo tiene indiscutiblemente el presidente AMLO y será él quien decida las candidaturas a las 15 gubernaturas, a los diputados de la Cámara federal y alcaldes de las principales ciudades, a elegir el próximo año.

Entre tanto, el propio Porfirio reconoce que la elección interna de Morena no interesa al PAN ni al PRI, y advierte que será la corrupción en el TEPJF y el INE (donde se ha repartido mucho dinero) la que acabe con la esperanza de la democracia, que hoy por hoy es patrimonio de AMLO.

Resulta claro para todos que el presidente de la República debe cumplirle a la nación, dedicando todo su tiempo a gobernar. Gobernar para todos o dirigir un partido político para sus afiliados es la cuestión que debe decidir el presidente López Obrador, antes de que se acabe su sexenio, de lo contrario en 2024 entregará malas cuentas a los mexicanos y la 4T desaparecerá, sin pena ni gloria.



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La corrupción se ha convertido en el mal endémico que todo lo destruye y el haber prometido a los mexicanos que el día que el presidente López Obrador llegara a Palacio Nacional se acabaría la corrupción en México, fue tan grave que su incumplimiento se ha convertido en una pesada loza que amenaza con sepultar al gobierno de la 4T.

En ningún partido político del mundo han podido coexistir, al mismo tiempo y en la dirección nacional, dos figuras que representen el máximo liderazgo político, a quien los militantes de dicho partido sigan hasta la ignominia. México no es la excepción y frente al presidente Andrés Manuel López Obrador ninguna figura de la izquierda mexicana puede opacarlo o contradecirlo.

Tales son los casos del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y el licenciado Porfirio Muñoz Ledo, por solo citar a dos figuras emblemáticas que iniciaron en 1988 la “Corriente Democrática”, que dio lugar al cambio del sistema político tradicional y que hoy son fríamente desplazados por el actual presidente López Obrador, a quien ellos recibieron en la filas del PRD después de la renuncia de AMLO al PRI de Tabasco.

El entusiasmo y claridad de pensamiento de Porfirio Muñoz Ledo en su aspiración a la presidencia del partido Morena, se ve imposible de cristalizar. El control del partido de la 4T lo tiene indiscutiblemente el presidente AMLO y será él quien decida las candidaturas a las 15 gubernaturas, a los diputados de la Cámara federal y alcaldes de las principales ciudades, a elegir el próximo año.

Entre tanto, el propio Porfirio reconoce que la elección interna de Morena no interesa al PAN ni al PRI, y advierte que será la corrupción en el TEPJF y el INE (donde se ha repartido mucho dinero) la que acabe con la esperanza de la democracia, que hoy por hoy es patrimonio de AMLO.

Resulta claro para todos que el presidente de la República debe cumplirle a la nación, dedicando todo su tiempo a gobernar. Gobernar para todos o dirigir un partido político para sus afiliados es la cuestión que debe decidir el presidente López Obrador, antes de que se acabe su sexenio, de lo contrario en 2024 entregará malas cuentas a los mexicanos y la 4T desaparecerá, sin pena ni gloria.



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