/ jueves 18 de noviembre de 2021

Tener a quién culpar

¿Es cierto que no había alguien mejor que Hugo López-Gatell para representar a México ante los gobiernos de EU y Canadá sobre el tema Covid?

¿No es ofensivo para los muchos (y auténticos) expertos en salud pública que existen en nuestro país?, ¿qué siente usted de saber que un personaje (a todas luces errático en el manejo de la pandemia), lleve nuestra voz a foros internacionales?

Se cansó de repetir que no era necesario utilizar el cubrebocas, quitándole valor a su uso, cuando prácticamente el mundo entero lo aprobaba; falló por casi medio millón su estimación de mexicanos muertos por Covid; erró de manera alarmante sobre las curvas de contagio, y agredió a los padres que pedían medicamentos para sus hijos, llamándoles “golpistas”.

Hugo López-Gatell se negó a vacunar a menores de edad, y así, con mezcolanzas retóricas argumentó cuantas veces pudo que no era necesario hacerlo. De esa manera, incongruente como siempre, de un día para otro, el Subsecretario tuvo que decir “ahora sí”. Todo indica que sus decisiones se han conducido por la política más que por la salud pública, o al menos eso parece.

Pero aquel que para muchos merecía ser cesado desde hace varios meses, es (y continuará siendo), la cara de México ante el mundo en los temas de Covid. ¿Se siente usted bien representado por López-Gatell ante los gobiernos de EU y Canadá?, ¿es lo mejor que México puede mandar ante países que se han distinguido por un avanzado manejo pandémico?

El asunto es que prácticamente nadie en el gabinete de AMLO cree en el trabajo de López-Gatell, pero tampoco hay alguien que quiera heredar el terrible trabajo que ha efectuado. Me hacen saber que tanto Estados Unidos como Canadá no aprueban las decisiones que en nuestro país se tomaron en el tema, y conocen, de sobra, al Subsecretario con sus discursos.

He revelado, de manera puntual y concisa en esta columna, que López-Gatell presentó en tres ocasiones su carta-renuncia y en ese mismo número de ocasiones la rechazó el Presidente. “Te quedas conmigo hasta que acabe el sexenio, a menos que recibas alguna invitación internacional que te permita salir a lo grande”, dijo en alguna ocasión el tabasqueño.

De esta manera, México parece estar destinado a continuar con los servicios, (y discursos), de López-Gatell hasta que la pandemia baje por mera inercia mundial, y no debido a una adecuada estrategia nacional. “Las retóricas o palabras rebuscadas no sirven para los gringos y canadienses. Nosotros tenemos a nuestro Hugo para que cargue con las culpas”, me comenta una fuente en Palacio Nacional.

¿Es cierto que no había alguien mejor que Hugo López-Gatell para representar a México ante los gobiernos de EU y Canadá sobre el tema Covid?

¿No es ofensivo para los muchos (y auténticos) expertos en salud pública que existen en nuestro país?, ¿qué siente usted de saber que un personaje (a todas luces errático en el manejo de la pandemia), lleve nuestra voz a foros internacionales?

Se cansó de repetir que no era necesario utilizar el cubrebocas, quitándole valor a su uso, cuando prácticamente el mundo entero lo aprobaba; falló por casi medio millón su estimación de mexicanos muertos por Covid; erró de manera alarmante sobre las curvas de contagio, y agredió a los padres que pedían medicamentos para sus hijos, llamándoles “golpistas”.

Hugo López-Gatell se negó a vacunar a menores de edad, y así, con mezcolanzas retóricas argumentó cuantas veces pudo que no era necesario hacerlo. De esa manera, incongruente como siempre, de un día para otro, el Subsecretario tuvo que decir “ahora sí”. Todo indica que sus decisiones se han conducido por la política más que por la salud pública, o al menos eso parece.

Pero aquel que para muchos merecía ser cesado desde hace varios meses, es (y continuará siendo), la cara de México ante el mundo en los temas de Covid. ¿Se siente usted bien representado por López-Gatell ante los gobiernos de EU y Canadá?, ¿es lo mejor que México puede mandar ante países que se han distinguido por un avanzado manejo pandémico?

El asunto es que prácticamente nadie en el gabinete de AMLO cree en el trabajo de López-Gatell, pero tampoco hay alguien que quiera heredar el terrible trabajo que ha efectuado. Me hacen saber que tanto Estados Unidos como Canadá no aprueban las decisiones que en nuestro país se tomaron en el tema, y conocen, de sobra, al Subsecretario con sus discursos.

He revelado, de manera puntual y concisa en esta columna, que López-Gatell presentó en tres ocasiones su carta-renuncia y en ese mismo número de ocasiones la rechazó el Presidente. “Te quedas conmigo hasta que acabe el sexenio, a menos que recibas alguna invitación internacional que te permita salir a lo grande”, dijo en alguna ocasión el tabasqueño.

De esta manera, México parece estar destinado a continuar con los servicios, (y discursos), de López-Gatell hasta que la pandemia baje por mera inercia mundial, y no debido a una adecuada estrategia nacional. “Las retóricas o palabras rebuscadas no sirven para los gringos y canadienses. Nosotros tenemos a nuestro Hugo para que cargue con las culpas”, me comenta una fuente en Palacio Nacional.