/ sábado 7 de mayo de 2022

Veracruz en el Diccionario Universal de Historia y Geografía

Como resultado de una investigación motivada por la doctora Antonia Pi Suñer Solares en el Seminario de Historiografía de México del Siglo XIX, que se imparte en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, Ruth Solís Vicarte, investigadora del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), se abocó a la ardua tarea de rescatar y analizar aquellos artículos dedicados al estado de Veracruz en el Diccionario Universal de Historia y Geografía publicado entre 1853 y 1856.

La investigación de Solís Vicarte fue publicada en el Diccionario Universal de Historia y Geografía por la Secretaría de Educación y Cultura en 1998. El estudio es interesante porque muestra que desde los primeros años de la República, intelectuales y políticos de ese entonces se propusieron mostrar a los nuevos mexicanos la geografía del país, la variedad de los climas, los pueblos y ciudades de cada estado y, lo que era más importante, quisieron dar a conocer el valor de las culturas prehispánicas, la historia del pasado colonial, recatando los nombres de los personajes que con sus obras habían brillado en todos los campos de la cultura, del arte, de la ciencia y de la religión a lo largo del virreinato y, por supuesto, los de aquellos que iniciaron la lucha por la libertad y los que al final habían logrado la consumación de la Independencia de México.

En la obra se hace referencia a cuatro importantes circunstancias que contribuyeron al nacimiento del Diccionario Universal. Primero, "las instituciones que estudiaron la geografía y obtuvieron datos estadísticos de la República y sus costas, desde el gobierno de Valentín Gómez Farías hasta la fundación de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística en 1851. Segunda, el surgimiento de la Academia de Letrán donde se dieron cita hombres de letras y eruditos en general, autores de distinta formación intelectual e ideológica, cuya contribución logró sus objetivos: divulgar lo mexicano […] la fertilidad y belleza de la tierra, la riqueza de la historia de México y en general la cultura”.

Tercer escenario, el papel que jugaron los editores, aquellos que le dieron preferencia a los artículos tomados de periódicos extranjeros en su primera época, como es el caso de Isidro R. Gondra, o bien los nacionalistas que prefirieron los autores mexicanos, en referencia a Ignacio Cumplido y a los que continuaron la obra posteriormente: Rafael y Vila que editó cuatro tomos, José María Andrade y Felipe Escalante que culminaron el trabajo de impresión de los seis volúmenes restantes. Y cuarto escenario, la selección de las fuentes, donde un grupo de treinta y nueve hombres de letras con preparación en diversos campos del conocimiento, incursionó en el Diccionario de Mellado, el Diccionario geográfico-histórico de la Indias occidentales y la Biblioteca Hispanoamericana Septentrional. Ellos consultaron múltiples y diversos manuscritos –Francisco Javier Clavijero y John L. Stephens, entre otros– y ofrecieron su punto de vista sobre cómo vieron y sintieron la historia los problemas generales de México.

Con este marco de referencia Solís Vicarte hace su investigación sobre el estado de Veracruz. El resultado fue 350 artículos, respetó los textos, sin embargo, para hacer más accesible su lectura actualizó la ortografía. Incluyó artículos sobre historia, biografías de hombres destacados, geografía física, flora, geografía política, obras arquitectónicas, además por la relación de tipo económico con la entidad incluyó algunas poblaciones que pertenecen a otros estados. Para que los lectores tengan una mejor idea del contenido de la obra, igualmente destacó veintinueve autores cuyos artículos guardan relación con el Diccionario de Veracruz. Y en especial aquellos de procedencia veracruzana como es el caso de José Bernardo Couto y Pérez, José María Esteva, José Ignacio Iberri, Miguel Lerdo de Tejada, Pablo de la Llave, José María Roa Bárcena, Juan Soto Ramos, todos ellos literatos, periodistas, políticos, militares, con distintas ideologías y actuaciones personales.

En la compilación es interesante observar cómo en la diversidad temática sobresalen algunas aportaciones, ya sea por la extensión dedicada al trabajo de la investigación, el acopio de fuentes o los propósitos personales de los distintos autores. En la obra los departamentos –hoy municipios– que más destacan son Orizaba, Perote, Zomelahuacan –Las Minas–, Jalacingo, Tlapacoyan, Misantla, Xalapa, Tlacotalpan, Tuxtla, Minatitlán. La mayoría de los Departamentos se sitúan en el centro de la entidad, situación que facilitó la información que contiene cada tema.

En la narración que se hace de ellos, hay interés del historiador para que el lector tenga conocimiento pormenorizado de la situación geográfica, hidrológica, límites territoriales, población, educación, comercio, agricultura, comercio, ocupaciones, ganadería, comunicaciones y el papel que cada Departamento desempeñó en el movimiento de Independencia de 1810. Algunas de las biografías donde los autores conceden a la época su propia existencia se incluyen entre otros a Pedro Sainz de Baranda, Anastasio Bustamante. Miguel Santa María, el primero de Campeche, a quien correspondió la capitulación de los españoles en San Juan de Ulúa en 1825. Bustamante por su estancia en Xalapa como vicepresidente del gobierno de Guerrero y su intervención en el plan llamado de Xalapa y Santa María diplomático y escritor veracruzano que participó en la guerra de Colombia al lado de Simón Bolívar. Lugar especial corresponde al tema del comercio exterior que aborda Miguel Lerdo de Tejada.

Esta obra logra una semblanza muy cercana de lo que significó para los autores el terruño –como dijera Luis González– en su afán de rescatar el pasado de México. La incursión en la historia de Veracruz cumple su cometido gracias al detallado acopio de fuentes y análisis que abordó Ruth Solís Vicarte.

Como resultado de una investigación motivada por la doctora Antonia Pi Suñer Solares en el Seminario de Historiografía de México del Siglo XIX, que se imparte en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, Ruth Solís Vicarte, investigadora del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), se abocó a la ardua tarea de rescatar y analizar aquellos artículos dedicados al estado de Veracruz en el Diccionario Universal de Historia y Geografía publicado entre 1853 y 1856.

La investigación de Solís Vicarte fue publicada en el Diccionario Universal de Historia y Geografía por la Secretaría de Educación y Cultura en 1998. El estudio es interesante porque muestra que desde los primeros años de la República, intelectuales y políticos de ese entonces se propusieron mostrar a los nuevos mexicanos la geografía del país, la variedad de los climas, los pueblos y ciudades de cada estado y, lo que era más importante, quisieron dar a conocer el valor de las culturas prehispánicas, la historia del pasado colonial, recatando los nombres de los personajes que con sus obras habían brillado en todos los campos de la cultura, del arte, de la ciencia y de la religión a lo largo del virreinato y, por supuesto, los de aquellos que iniciaron la lucha por la libertad y los que al final habían logrado la consumación de la Independencia de México.

En la obra se hace referencia a cuatro importantes circunstancias que contribuyeron al nacimiento del Diccionario Universal. Primero, "las instituciones que estudiaron la geografía y obtuvieron datos estadísticos de la República y sus costas, desde el gobierno de Valentín Gómez Farías hasta la fundación de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística en 1851. Segunda, el surgimiento de la Academia de Letrán donde se dieron cita hombres de letras y eruditos en general, autores de distinta formación intelectual e ideológica, cuya contribución logró sus objetivos: divulgar lo mexicano […] la fertilidad y belleza de la tierra, la riqueza de la historia de México y en general la cultura”.

Tercer escenario, el papel que jugaron los editores, aquellos que le dieron preferencia a los artículos tomados de periódicos extranjeros en su primera época, como es el caso de Isidro R. Gondra, o bien los nacionalistas que prefirieron los autores mexicanos, en referencia a Ignacio Cumplido y a los que continuaron la obra posteriormente: Rafael y Vila que editó cuatro tomos, José María Andrade y Felipe Escalante que culminaron el trabajo de impresión de los seis volúmenes restantes. Y cuarto escenario, la selección de las fuentes, donde un grupo de treinta y nueve hombres de letras con preparación en diversos campos del conocimiento, incursionó en el Diccionario de Mellado, el Diccionario geográfico-histórico de la Indias occidentales y la Biblioteca Hispanoamericana Septentrional. Ellos consultaron múltiples y diversos manuscritos –Francisco Javier Clavijero y John L. Stephens, entre otros– y ofrecieron su punto de vista sobre cómo vieron y sintieron la historia los problemas generales de México.

Con este marco de referencia Solís Vicarte hace su investigación sobre el estado de Veracruz. El resultado fue 350 artículos, respetó los textos, sin embargo, para hacer más accesible su lectura actualizó la ortografía. Incluyó artículos sobre historia, biografías de hombres destacados, geografía física, flora, geografía política, obras arquitectónicas, además por la relación de tipo económico con la entidad incluyó algunas poblaciones que pertenecen a otros estados. Para que los lectores tengan una mejor idea del contenido de la obra, igualmente destacó veintinueve autores cuyos artículos guardan relación con el Diccionario de Veracruz. Y en especial aquellos de procedencia veracruzana como es el caso de José Bernardo Couto y Pérez, José María Esteva, José Ignacio Iberri, Miguel Lerdo de Tejada, Pablo de la Llave, José María Roa Bárcena, Juan Soto Ramos, todos ellos literatos, periodistas, políticos, militares, con distintas ideologías y actuaciones personales.

En la compilación es interesante observar cómo en la diversidad temática sobresalen algunas aportaciones, ya sea por la extensión dedicada al trabajo de la investigación, el acopio de fuentes o los propósitos personales de los distintos autores. En la obra los departamentos –hoy municipios– que más destacan son Orizaba, Perote, Zomelahuacan –Las Minas–, Jalacingo, Tlapacoyan, Misantla, Xalapa, Tlacotalpan, Tuxtla, Minatitlán. La mayoría de los Departamentos se sitúan en el centro de la entidad, situación que facilitó la información que contiene cada tema.

En la narración que se hace de ellos, hay interés del historiador para que el lector tenga conocimiento pormenorizado de la situación geográfica, hidrológica, límites territoriales, población, educación, comercio, agricultura, comercio, ocupaciones, ganadería, comunicaciones y el papel que cada Departamento desempeñó en el movimiento de Independencia de 1810. Algunas de las biografías donde los autores conceden a la época su propia existencia se incluyen entre otros a Pedro Sainz de Baranda, Anastasio Bustamante. Miguel Santa María, el primero de Campeche, a quien correspondió la capitulación de los españoles en San Juan de Ulúa en 1825. Bustamante por su estancia en Xalapa como vicepresidente del gobierno de Guerrero y su intervención en el plan llamado de Xalapa y Santa María diplomático y escritor veracruzano que participó en la guerra de Colombia al lado de Simón Bolívar. Lugar especial corresponde al tema del comercio exterior que aborda Miguel Lerdo de Tejada.

Esta obra logra una semblanza muy cercana de lo que significó para los autores el terruño –como dijera Luis González– en su afán de rescatar el pasado de México. La incursión en la historia de Veracruz cumple su cometido gracias al detallado acopio de fuentes y análisis que abordó Ruth Solís Vicarte.