ORIZABA, Ver.- Si bien la pandemia impactó fuerte durante dos años al mundo de las Bellas Artes, principalmente el teatro, la música, el ballet y la danza, a otras expresiones como la pintura, les permitió proyectarse de diferente manera. Adrián Sánchez Oropeza, artista plástico, buscó alternativas que le permitieron abrir canales nuevos para vender su obra, a través de las redes sociales.
“Cambiamos un poco la dinámica de difundir la obra a partir de provocar el mercado para el consumo de la misma. En mi caso tuve mucha participación en galerías virtuales, lo que finalmente se tomó como solución”, dijo y reforzó esto con tandas y rifas de su obra.
El tiempo de encierro lo aprovechó para capacitarse en áreas importantes de su profesión como lo fue un diplomado sobre la Profesionalización sobre la práctica artística, que le permitió acercarse más a posibilidades diferentes a través de trabajo en las redes.
“Mi producción no se detuvo, incluso, el encierro fue un buen pretexto en lo particular para generar nuevas reflexiones en torno a mi obra, reevaluar mi trabajo, replantear lo que estaba haciendo para atraer la mirada del público; en ese sentido me benefició mucho”, destacó.
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Esos canales nuevos de difusión y comercialización de la obra, dijo, ya son parte del sistema que maneja, pues al dejar de tener presencia ante los coleccionistas y compradores potenciales, lo que ocasionó que los encargos de obra disminuyeran, “comencé a hacer mecanismos de sorteo de mi obra, por ejemplo, a través de grupos de redes sociales y tandas de arte con los interesados en mi obra. Hacía lotes de mi obra y a partir de ellos vendía mi trabajo”, apuntó.
Es docente e imparte talleres virtuales
Como docente, dijo, para él funcionan mucho los talleres virtuales, pero hacerlos de esa forma le representó también una fuerte inversión, pues tuvo que adquirir equipo de cómputo y cámaras. “Había que tomar decisiones, o te quedabas de brazos cruzados o implementabas estos mecanismos para generar nuevos ingresos a tu trabajo profesional como artista”, acotó.
Tener un espacio donde compartir su conocimiento se convierte en “la oportunidad de reconocer y entender el mundo en el que vives. Formamos seres humanos, antes de pensar en el artista como estereotipo de ser "especial"; ellos son sencillos, sensibles y auténticos a través de vivir la experiencia de la creación artística”, expresó en sus redes sociales.
Su primer cuadro fue por encargo y fue un retrato del presidente Salinas de Gortari.
Siempre le gustó expresarse mediante el dibujo, comenzó a pintar desde los 10 años y profesionalmente a los 20.
Su primer cuadro fue un retrato de gran formato del Presidente de México, Carlos Salinas de Gortari, en el año 1990. La pintura medía 8 metros de altura por 6 metros de ancho; “ese fue mi primer encargo profesional”, recordó.
Las técnicas que utiliza en su obra van desde el lápiz grafito tradicional sobre papel, la tinta china, el acrílico y óleo sobre tela, hasta las técnicas mixtas donde utiliza texturas y medios arenosos sobre superficies como tela y madera.
Su obra se centra en dos temas: “la figura humana, desde la perspectiva de la poesía erótica y, el paisaje natural que rodea a mi ciudad”, que plasma con mucha viveza.
El trabajo para Adrián Sánchez Oropeza continúa, pues al reactivarse el Carnaval de Veracruz, participará en una Colectiva con motivo del mismo, que se sumará a la actividad que tuvo ya en Xalapa y en la Ciudad de México.
Aparte, está en revisión de carpeta, de dosier, con algunas galerías para empezar a programar las exposiciones del 2023. “Ha ido lento porque todavía hay mucha desconfianza con la enfermedad, aunque el jalón más fuerte fue en diciembre”.
