Heredia.- Justo cuando parecía que Tigres se llevaría un triunfo cómodo y contundente de la cancha de Herediano en la Concachampions, tres minutos de pesadilla propiciaron que dejaran ir una ventaja de dos goles y se quedaran con un empate con sabor a derrota por las circunstancias del duelo.
Meza y Zelarayán parecían encaminar con sus goles a un triunfo tranquilo, pero una mano de “Kolo” en la agonía del juego y una pésima salida de Nahuel Guzmán en el agregado, tuvieron como consecuencia que la ventaja se esfumara y los felinos pasaran del gozo al pozo en un abrir y cerrar de ojos. Resultado final: 2-2.
La serie está en el aire y con ligera ventaja para los regios por el gol de visitante, pero será su obligación hacer valer su jerarquía durante los 90 minutos que faltan en San Nicolás.
EL JUEGO
De inicio, el equipo florense hizo el intento por ser agresivo, pero se encontró con el tradicional orden del cuadro de Ricardo Ferretti, que conforme avanzaron los minutos se apoderó de las acciones, al grado de maniatar a su rival y empezar a tener las ocasiones más peligrosas del encuentro.
Primero fue Ismael Sosa, quien se escurrió de los zagueros y recibió un servicio cargado hacia la derecha que le permitió ingresar al área y meter un potente disparo que apenas peinó el travesaño. El primer aviso estaba dado.
El dominio felino se vio reflejado pronto en el marcador. Tiro de esquina por derecha, peinada a segundo poste y cierre de Francisco Meza que hizo estallar a la gente que desde Nuevo León hizo el viaje para acompañar a los auriazules.
Sin que la visita pudiera incrementar la ventaja, tuvieron que irse al descanso con la mínima a su favor, pero el daño estaba hecho.
La historia de la primera parte se volvió a repetir como si fuera una calca. Tigres le bajó los decibeles a Herediano hasta reducirlo a su mínima expresión y monopolizar la tenencia del esférico.
La superioridad de los regios volvería a ir directo al electrónico cuando Jürgen Damm hizo gala de su velocidad por la banda derecha para llegar a línea de fondo y poner un servicio a segundo poste para que Zelarayán cerrara la pinza oportunamente.
A Herediano no se le puede acusar de no intentarlo; Landín hizo su esfuerzo y remató un par de ocasiones a gol.
Para la causa de Tigres, el cierre de juego se volvió una auténtica pesadilla hasta el grado de que se les desdibujara la sonrisa del rostro y todo terminara en lamentos.
Primero, Meza tuvo que salir del juego por una jugada en la que él mismo se lastimó, teniendo una afectación en la rodilla que no le dejó seguir. Después, en la agonía del juego, Herediano se encontró con un penalti a favor debido a la marcación de una mano de “Kolo” que Yendrick Ruiz convirtió correctamente para encender la caldera del Rosabal Cordero, que en el cierre se metió a apoyar con todo a los rojiamarillos.
La desconcentración era total, que terminarían de derrumbar lo construido en la última jugada del juego, cuando en una pelota parada, Nahuel Guzmán salió de muy mala manera a cortar un balón por aire, lo cual no consiguió y desencadenó que Arrieta hiciera entrar la bola para poner el 2-2 definitivo.