A veces una persona necesita dar un paseo para desconectar de la ciudad y tener la oportunidad de dar una honda bocanada de aire puro proveniente del ¿océano? Así es, y esto es gracias al fitoplancton.
Yury Okolodkov, investigador del Instituto de Ciencias Marinas y Pesquerías de la Universidad Veracruzana, nos explica que el fitoplancton es un conjunto de microalgas que habitan en agua salina o dulce, como mares o lagunas.
Agrega que estas microalgas son muy importantes para el ecosistema por varias razones, una de ellas es que, como toda planta, realiza la fotosíntesis, lo que la convierte en responsable del 45 a 50% de la producción primaria de energía del planeta, y de la mayor parte del oxígeno que hay en la atmósfera.
Además, algunas microalgas (las cocolitofóridos), a través de la producción de sustancias especiales, causan nubes que son reguladores del clima, y por si fuera poco, señala que el fitoplancton juega un papel importante en los ciclos biogeoquímicos del planeta. ¿Esto qué significa? Que gracias a la fotosíntesis que realizan ayudan a evitar el agotamiento de los recursos naturales que hay en el mundo.
¿Te parece poco? Pues hay mucho más que decir del fitoplancton: Yury Okolodkov comparte que existe una hipótesis que sugiere que los depósitos de petróleo, utilizados en el presente para transporte, industria y mucho más, son el resultado de los eventos de “marea roja” del pasado.
Fitoplancton, ni mucho ni poco, en equilibrio por el bien del planeta
El investigador de la Universidad Veracruzana explica que el fitoplancton está en la base de las cadenas y redes alimenticias del océano, es por eso que a escala mundial las pescaderías dependen en gran medida del fitoplancton.
“Sin microalgas planctónicas no hay alimento para los organismos acuáticos herbívoros, sobre todo, los invertebrados filtradores (como crustáceos o moluscos) y peces”, señala.
También advierte que si hay proliferación masiva de estas microalgas, a lo cual se le suele llamar “marea roja”, esta puede ser dañina tanto para la población humana como para los ecosistemas costeros marinos, de aguas salobres y cuerpos de agua continentales con agua dulce.
La llamada marea roja “también afecta a los animales acuáticos, a varias especies de invertebrados, peces, anfibias, reptiles, aves y mamíferos marinos, esto al cambiar su comportamiento o causando mortandades”.
¿Qué es la marea roja?
Okolodkov, quien lleva 51 años dedicado a la biología marina y ha trabajado en todos los océanos del planeta, explica que a lo que llamamos comúnmente “marea roja” son los florecimientos algales nocivos (FAN), y estos suelen ser tóxicos o no tóxicos, lo que depende mucho de las especies causantes y de las condiciones ambientales.
Los FAN tóxicos causan un espectro amplio de intoxicaciones del ser humano o de los animales
"En el ambiente marino se conocen aproximadamente 200 especies tóxicas de fitoplancton. Entre las intoxicaciones humanas se distinguen la intoxicación amnésica, diarreica, neurotóxica, paralítica y otras”, señala.
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Una de las intoxicaciones más severas—abunda el especialista ruso—para el ser humano es la ciguatera, causada por consumo de peces de las áreas de arrecifes coralinos de las zonas tropicales y subtropicales del mundo.
Agrega que la ciguatera se considera una parte de la problemática de FAN en las costas y origina la muerte de cerca de 50 mil personas en todo el mundo cada año.
Si bien señala que la “marea roja” es un fenómeno natural, para el investigador es necesario darse cuenta que la contaminación que se ocasiona en los mares al verter diversos desechos impacta en que haya más eventos de FAN.
Nos dice que en la actualidad, es casi imposible pronosticar la “marea roja”, lo cual implica un reto para los científicos. “El tema de FAN es muy amplio: se trata del medio ambiente y de la salud humana, entonces, la importancia de la problemática es global”; y de ahí que sea fundamental su estudio “para entender la naturaleza y prever el comportamiento de los organismos vivos y sus conjuntos y su futuro, del cual depende el futuro de la humanidad en general”.
¿Por qué es importante cuidar de los océanos?
Yury Okolodkov nos dice que es necesario recordar como humanidad que la vida terrestre salió del océano y que los mares cubren el 70.8% de la superficie del planeta; la mayor parte de la población humana vive en zona costera, especialmente, en estuarios de los ríos.
“Debemos de tener una idea clara de que todo lo que tiramos a los ríos, finalmente, llega al mar y afecta la vida de sus habitantes y, por consecuencia, a nosotros. Se trata de sustancias tóxicas, microplásticos, plásticos en general, y de otros productos que provienen de las actividades humanas, de las grandes industrias y de cada familia”, advierte el investigador, quien en 2000 fue galardonado con la medalla de servicio en el Antártico por U.S. National Science Foundation.
El ser humano tiende a destruir su propio ambiente a largo plazo sin pensar mucho de las generaciones que vienen y toman la estafeta
Por tanto, tomar conciencia de la contaminación que ejercemos es prioritario, y que incluso, cada persona, desde casa, puede tomar acción al separar la basura cotidiana, llevar las sustancias líquidas y los artículos tóxicos (por ejemplo pilas) a los lugares especiales y organizar contenedores de residuos en la calle, colonia o zona donde vivimos.
Futuro mejor, en manos de la población
Yury Okolodkov, quien además de numerosas expediciones trabajó en laboratorios de Inglaterra, Noruega, Italia, Estados Unidos, Alemania, Polonia, Francia e Irán, reflexiona sobre la importancia de que la población en general sepa qué pasa en los océanos, su estado de salud, los retos que se enfrentan y qué se puede hacer.
“Se dice que saber significa estar armado. El conocimiento de la población humana es un arma colectiva poderosa que nos permitirá vivir en harmonía con la naturaleza y proveer el futuro adecuado para nuestros hijos y las siguientes generaciones”.
Indica en que debemos distinguir entre los procesos naturales del planeta y del universo y el impacto de las acciones humanas que usualmente no permite realizar el desarrollo sustentable.
“Analizando el pasado y preocupándonos del presente, podemos proveer un futuro mejor para la humanidad. La ignorancia de la población humana, sin duda, no nos va a llevar a esta meta. Cada uno de nosotros tenemos que desarrollar la conciencia de que el ambiente mantiene nuestras propias vidas”, finaliza Okolodkov.
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Nota publicada originalmente en Diario de Xalapa