/ viernes 28 de septiembre de 2018

¡Seremos seres acuáticos en el futuro! Conviértete en un pez gracias a la tecnología

En el futuro la humanidad vivirá cerca de entornos acuáticos debido al cambio climático

En estos tiempo en que las películas y los videojuegos imaginan o anticipan un mundo poblado de seres humanos mutantes o dotados de topo tipo de superpoderes, la tecnología podría dotarnos, a corto plazo, de unas capacidades extraordinarias que a la evolución natural le llevaría millones de años conseguir.

Un imaginativo ejemplo de esta tendencia es el diseño de una prenda que se coloca alrededor del cuello y funciona como las branquias de los peces y permite a sus usuarios pasar un lapso prolongado bajo el agua, ayudándoles a adaptarse a un mundo futuro en el que la humanidad viviría cerca de entornos acuáticos debido al cambio climático.

Amphibio se llama este dispositivo impreso en 3D, formado por una mascarilla respiratoria conectada a un fuelle que se coloca sobre el torso. Es el último exponente de las tecnologías que “darán a luz” a un nuevo ser humano, capaz de adaptarse a los cambios o situaciones adversas haciéndoles frente por medio de capacidades inéditas o aumentadas, añadidas a su organismo.


Este dispositivo weareable (ponible) que permitirá respirar bajo el agua de modo similar a los anfibios, ha sido diseñado por Jun Kamei .


Es una innovación para el año 2100, cuando se prevé un aumento de la temperatura de 3.2 grados centígrados, que provocará una elevación del nivel del mar, afectando a un grupo entre medio millón a 3 mil millones de personas, quedando sumergidas algunas mega ciudades situadas en las zonas costeras

Kamei, científico de materiales cuyos diseños de productos se inspiran en la naturaleza


Este experto ha diseñado Amphibio en el Royal College of Art, en Londres, Reino Unido en colaboración con el RCA-IIS Tokyo Design Lab (www.designlab.ac), en Japón, dentro de una iniciativa de cooperación internacional en la que participa también el Instituto de Ciencia Industrial de la Universidad de Tokio, según Kamei.

El sistema está fabricado de un material especial que es a la vez, hidrófobo (que repele los líquidos) y poroso, y que tiene la capacidad de permitir la respiración subacuática al captar o atrapar el oxígeno presente en el agua y, por otra parte, disipar el dióxido de carbono (CO2) que se acumula en el sistema al funcionar.

El siguiente paso que prevé dar Kamei consiste en probar la capacidad de la prenda anfibia de soportar la respiración subacuática a escala humana, para lo cual se requerirá una agalla de mayores dimensiones que la del prototipo actual.

“Para extraer suficiente oxígeno disuelto en el agua como para que respire una persona, haría falta una agalla artificial de al menos 32 metros cuadrados, pero el material de Amphibio se puede mejorar para permitir un intercambio de gases más rápido y lograr un resultado similar con menos superficie”, señala.

Para que este sistema sea operativo también habrá que añadirle una medida de seguridad que controle el nivel de oxígeno y pueda recurrir a un tanque de emergencia más pequeño, si la branquia no proporciona suficiente oxígeno, así como probarlo en un acuario en condiciones controladas científicamente.

Las branquias se colocan como un babero o chaleco alrededor del cuello y se componen de tres collares tubulares huecos y aplanados, impresos en 3D, que tienen múltiples compartimentos que afloran en forma de crestas en su superficie.

Estos collares huecos, flexibles y resistentes al agua, están hechos de un compuesto que combina un material hidrófobo, un elastómero (material no metálico y elástico) y “algunas otras cosas que no pueden divulgarse debido a que su patente está pendiente”, señala Kamei a la revista 3DPI.

“El sistema “se encuentra justo a mitad de camino entre el buceo libre y buceo con equipo, y en un futuro cercano podría permitir que el usuario permanezca bajo el agua más tiempo que lo que le permite el buceo libre, pero llevando un sistema y depósito de respiración m·s pequeños”, concluye el diseñador.

En estos tiempo en que las películas y los videojuegos imaginan o anticipan un mundo poblado de seres humanos mutantes o dotados de topo tipo de superpoderes, la tecnología podría dotarnos, a corto plazo, de unas capacidades extraordinarias que a la evolución natural le llevaría millones de años conseguir.

Un imaginativo ejemplo de esta tendencia es el diseño de una prenda que se coloca alrededor del cuello y funciona como las branquias de los peces y permite a sus usuarios pasar un lapso prolongado bajo el agua, ayudándoles a adaptarse a un mundo futuro en el que la humanidad viviría cerca de entornos acuáticos debido al cambio climático.

Amphibio se llama este dispositivo impreso en 3D, formado por una mascarilla respiratoria conectada a un fuelle que se coloca sobre el torso. Es el último exponente de las tecnologías que “darán a luz” a un nuevo ser humano, capaz de adaptarse a los cambios o situaciones adversas haciéndoles frente por medio de capacidades inéditas o aumentadas, añadidas a su organismo.


Este dispositivo weareable (ponible) que permitirá respirar bajo el agua de modo similar a los anfibios, ha sido diseñado por Jun Kamei .


Es una innovación para el año 2100, cuando se prevé un aumento de la temperatura de 3.2 grados centígrados, que provocará una elevación del nivel del mar, afectando a un grupo entre medio millón a 3 mil millones de personas, quedando sumergidas algunas mega ciudades situadas en las zonas costeras

Kamei, científico de materiales cuyos diseños de productos se inspiran en la naturaleza


Este experto ha diseñado Amphibio en el Royal College of Art, en Londres, Reino Unido en colaboración con el RCA-IIS Tokyo Design Lab (www.designlab.ac), en Japón, dentro de una iniciativa de cooperación internacional en la que participa también el Instituto de Ciencia Industrial de la Universidad de Tokio, según Kamei.

El sistema está fabricado de un material especial que es a la vez, hidrófobo (que repele los líquidos) y poroso, y que tiene la capacidad de permitir la respiración subacuática al captar o atrapar el oxígeno presente en el agua y, por otra parte, disipar el dióxido de carbono (CO2) que se acumula en el sistema al funcionar.

El siguiente paso que prevé dar Kamei consiste en probar la capacidad de la prenda anfibia de soportar la respiración subacuática a escala humana, para lo cual se requerirá una agalla de mayores dimensiones que la del prototipo actual.

“Para extraer suficiente oxígeno disuelto en el agua como para que respire una persona, haría falta una agalla artificial de al menos 32 metros cuadrados, pero el material de Amphibio se puede mejorar para permitir un intercambio de gases más rápido y lograr un resultado similar con menos superficie”, señala.

Para que este sistema sea operativo también habrá que añadirle una medida de seguridad que controle el nivel de oxígeno y pueda recurrir a un tanque de emergencia más pequeño, si la branquia no proporciona suficiente oxígeno, así como probarlo en un acuario en condiciones controladas científicamente.

Las branquias se colocan como un babero o chaleco alrededor del cuello y se componen de tres collares tubulares huecos y aplanados, impresos en 3D, que tienen múltiples compartimentos que afloran en forma de crestas en su superficie.

Estos collares huecos, flexibles y resistentes al agua, están hechos de un compuesto que combina un material hidrófobo, un elastómero (material no metálico y elástico) y “algunas otras cosas que no pueden divulgarse debido a que su patente está pendiente”, señala Kamei a la revista 3DPI.

“El sistema “se encuentra justo a mitad de camino entre el buceo libre y buceo con equipo, y en un futuro cercano podría permitir que el usuario permanezca bajo el agua más tiempo que lo que le permite el buceo libre, pero llevando un sistema y depósito de respiración m·s pequeños”, concluye el diseñador.

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