Como un alma amable y un músico capaz de dotar a The Smiths de un sonido de bajo alegre, es como se recuerda a Andy Rourke, quien falleció este viernes a los 59 años de edad, víctima de un cáncer de páncreas.
Nacido en 1964 en Manchester, Inglaterra, Andy despertó su amor por la música a los siete años de edad, cuando sus papás le obsequiaron una guitarra. Tras aprender a tocarla, comenzó a experimentar con el bajo.
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Así continuó su formación musical, hasta que en 1975 conoció en la escuela a Johnny Marr, con quien más adelante colaboraría en la banda The Smiths. Ambos formaron el grupo Freaks Party, y más tarde se unieron al cantante Morrissey para tocar en el grupo que lo inmortalizó.
El autor y periodista musical Luis Carrillo, explicó a El Sol de México que el haber crecido en una época en la que se estaba abriendo la puerta para que los jóvenes alzaran la voz, permitió que Andy Rourke desarrollara el estilo vibrante y alegre que lo caracterizó.
“Estaban en la eclosión de muchas propuestas post punk, en algunos casos new wave, de lo que era Manchester en ese momento. De una ciudad que muchos consideran grisácea, pero que en ese entonces, incluso yo diría que hasta por una cuestión económica, provocó que muchos ingleses se acercaran a la música, y buscando nuevas formas de expresión”.
Rourke se sumó a The Smiths tras su segundo concierto, en 1982, y permaneció con ellos hasta la disolución de la banda en 1987 (aunque un año antes se alejó durante un tiempo debido a los problemas de drogas que enfrentaba, y afectaban su desempeño como artista).
Junto con ellos lanzó los primeros cuatro discos, considerados lo más relevante de su producción: The Smiths (1984), Meat Is Murder (1985), el cual causó mucha controversia por fijar una postura en favor del vegetarianismo, el súper clásico The Queen Is Dead (1986) y Strangeways, Here We Come (1987).
“Es el típico caso de un moderador del grupo. Si bien no es el bajista fundador, pero está en los cuatro grandes álbumes, no es incidental. Es parte de la maquinaria de esos cuatro materiales en los ochenta, y por otro lado el equilibrio a nivel banda, con los egos de Johnny Marr y Morrissey”, señaló Luis Carrillo.
Si bien no opacaron su desarrollo musical, los problemas personales entre los miembros de la agrupación, marcaron también el final de un proyecto que sentó las bases del llamado brit pop, e incluso llevó a Rourke a demandar a Johnny Marr y Morrissey por a una distribución inequitativa de las regalías de la banda.
El especialista precisó que su carácter pacífico también fue parte de los aportes que brindó a The Smiths, pues provocó que su labor como mediador fuera más allá del aspecto musical.
“Traía alegría en un grupo relativamente inestable. Funge como ese calibrador, ese moderador, no sólo a nivel del bajo, sino también lo toma en un aspecto de ser un conciliador. En los años de gloria logra ser una amalgama del grupo, o una especie de colchón entre las vanidades de los otros dos”.
Tras su paso por esta agrupación, colaboró también en Freebass, donde compartió el escenario con figuras como Peter Hook (de New Order) y Mani (de Stone Roses). Asimismo grabó con Sinead O'Connor, The Pretenders e Ian Brown.
De acuerdo con Darío Espinosa, bajista de la agrupación mexicana Panteón Rococó, Andy dedicó su trabajo a desarrollar un estilo propio, como otros bajistas de la época, pero logró acordes fáciles de identificar como suyos, especialmente en los temas The Boy With The Thorn In His Side y How Soon Is Now.
“En ésta última el bajo no hace grandes figuras, va marcando junto con la batería la base, pero es tal su fuerza y su intensidad, que en ningún momento pierde potencia la canción. Se mantienen en un estado hipnótico total”, contó al respecto.
“Él lograba hacer unas figuras muy singulares. Muchas veces el bajo te puede seguir por una sola nota todo el tiempo, luego cambiar a otra, y seguir con un solo tono o una sola nota, y quedarte todo el tiempo así. Sin embargo él hacía figuras muy reconocibles, melódicas y muy bonitas”, agregó.
“A todos los que amamos la música y sobre todo el bajo, las líneas, las melodías, esa intención por mover un instrumento que se podría pensar más estático, Andy Rourke nos enseñó que el bajo podía hacer mucho más que marcar una nota, o un tono, así que su legado es inmenso, es variado, multicolor, es un músico que ha dejado huella, legado, y una escuela, siempre lo llevamos en nuestro corazón y lo vamos a seguir llevando a él y sobre todo a su genialidad como músico”, agregó Gonzalo López, bajista del grupo chileno Los Bunkers.
Sus colegas lo despiden
El propio Johnny Marr fue quien dio la noticia del fallecimiento del músico, a través de sus redes sociales, donde compartió un mensaje recordando cómo fue su relación con Rourke.
“Estuve presente en cada una de las tomas de bajo de Andy, en cada sesión de Smiths. A veces yo estaba allí como productor y a veces sólo como su orgulloso compañero y animador”, se lee en parte de su mensaje.
“Verlo tocar esas deslumbrantes líneas de bajo fue un privilegio absoluto y realmente algo digno de contemplar. Pero un momento que siempre me viene a la mente fue cuando me senté junto a él en la mesa de mezclas y lo vi tocar el bajo en la canción The Queen Is Dead. Fue tan impresionante que me dije a mí mismo: ‘Nunca olvidaré este momento’”, agregó.
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Por su parte, Morrissey le dedicó una despedida en su página web. Aunque confesó no sentirse listo para despedir a su ex compañero, aseguró que mientras su música siga sonando, él no morirá.
“Él no era consciente de su propio poder y nada de lo que tocaba había sido tocado antes por otra persona. También era muy divertido y alegre. Después de The Smiths mantuvo una identidad estable, nunca realizó ningún movimiento que parezca forzado. Supongo que, al final de cuentas, lo que todos queremos es habernos sentido valorados. Andy no necesita preocuparse por eso", escribió el cantante.