/ miércoles 17 de marzo de 2021

El ocaso del sindicalismo charro

La renuncia a su plaza en Pemex del líder petrolero Carlos Romero Deschamps fue anunciada en la mañanera de ayer por el presidente López Obrador, algo inusitado en la historia del sindicalismo nacional por haber sido anunciado por el propio Ejecutivo y las causales que motivaron su salida también resultan extrañas, puesto que “voluntariamente” nadie deja de cobrar cien mil pesos mensuales por estar “comisionado” a hacer nada.

Romero Deschamps, al igual que en otros tiempos lo hicieron líderes sindicales de otros gremios, como el magisterial (cuando estuvo al frente del SNTE el profesor Carlos Jongitud Barrios), atendió el exhorto presidencial para abandonar a sus representados, renunciando a su plaza, apartándose del sindicato y así eludir responsabilidades por su presunto enriquecimiento ilícito y la opacidad en el manejo de las cuentas del sindicato petrolero.

No hay que olvidar que iniciado el gobierno del expresidente Carlos Salinas de Gortari se dijo que tocó al secretario de Gobernación la comisión de entrevistarse con el profesor Jongitud, para aplicarle la máxima invitación para que abandonara la dirigencia del sindicato magisterial, en un “destierro” que lo llevaría al viejo continente para dejar en libertad a su sucesora de asumir el mando sindical correspondiente a más de un millón de maestros militantes del SNTE.

Tampoco hay que pasar por alto que de no aceptar la recomendación de renunciar y alejarse del poder sindical, como ocurrió con don Joaquín Hernández Galicia, “La Quina”, la sanción que hemos visto que se dicta desde el poder consiste en el encierro, llevando a prisión a aquellos que se niegan a renunciar, haciendo uso entonces de la opacidad en la rendición de cuentas.

Don Carlos Romero Deschamps ingresó en el año de 1969 a laborar como trabajador de Petróleos Mexicanos y a medida que participó de manera destacada en la lucha por la conquista de derechos de sus compañeros fue ganando posiciones hasta alcanzar el máximo liderazgo en el año de 1993. Con la llegada de AMLO al Ejecutivo federal, Deschamps solicitó licencia para retirarse de la secretaría del STPRM.

Lo que se espera como resultado de la maniobra política que sepulta el liderazgo de Romero Deschamps es, sin duda, el nombramiento del nuevo líder petrolero, que seguramente ganará la posición con un solo voto.

La renuncia a su plaza en Pemex del líder petrolero Carlos Romero Deschamps fue anunciada en la mañanera de ayer por el presidente López Obrador, algo inusitado en la historia del sindicalismo nacional por haber sido anunciado por el propio Ejecutivo y las causales que motivaron su salida también resultan extrañas, puesto que “voluntariamente” nadie deja de cobrar cien mil pesos mensuales por estar “comisionado” a hacer nada.

Romero Deschamps, al igual que en otros tiempos lo hicieron líderes sindicales de otros gremios, como el magisterial (cuando estuvo al frente del SNTE el profesor Carlos Jongitud Barrios), atendió el exhorto presidencial para abandonar a sus representados, renunciando a su plaza, apartándose del sindicato y así eludir responsabilidades por su presunto enriquecimiento ilícito y la opacidad en el manejo de las cuentas del sindicato petrolero.

No hay que olvidar que iniciado el gobierno del expresidente Carlos Salinas de Gortari se dijo que tocó al secretario de Gobernación la comisión de entrevistarse con el profesor Jongitud, para aplicarle la máxima invitación para que abandonara la dirigencia del sindicato magisterial, en un “destierro” que lo llevaría al viejo continente para dejar en libertad a su sucesora de asumir el mando sindical correspondiente a más de un millón de maestros militantes del SNTE.

Tampoco hay que pasar por alto que de no aceptar la recomendación de renunciar y alejarse del poder sindical, como ocurrió con don Joaquín Hernández Galicia, “La Quina”, la sanción que hemos visto que se dicta desde el poder consiste en el encierro, llevando a prisión a aquellos que se niegan a renunciar, haciendo uso entonces de la opacidad en la rendición de cuentas.

Don Carlos Romero Deschamps ingresó en el año de 1969 a laborar como trabajador de Petróleos Mexicanos y a medida que participó de manera destacada en la lucha por la conquista de derechos de sus compañeros fue ganando posiciones hasta alcanzar el máximo liderazgo en el año de 1993. Con la llegada de AMLO al Ejecutivo federal, Deschamps solicitó licencia para retirarse de la secretaría del STPRM.

Lo que se espera como resultado de la maniobra política que sepulta el liderazgo de Romero Deschamps es, sin duda, el nombramiento del nuevo líder petrolero, que seguramente ganará la posición con un solo voto.