/ viernes 3 de diciembre de 2021

A pesar de su discapacidad, Iván superó y lucha por los derechos de ciegos y débiles visuales

Expresa que su niñez la pasó con juegos, tropiezos, empujones y zancadillas, pero fue normal, difícil de superar en cuanto a retos, pero no imposible

Orizaba, Ver.- Iván Cortés Gómez nació con atrofia del nervio óptico, su visión es de apenas 5 por ciento, lo que le permite distinguir solamente sombras; sin embargo, esto no fue impedimento para que estudiara y creara una asociación mediante la que ayuda a personas ciegas y con debilidad visual.

"Me llamo Iván, nací ciego. Tengo 39 años. Desde que iba en la primaria sufrí burlas y discriminación. Los compañeros me empujaban y metían zancadillas, pero aprendí a levantarme. Logré terminar la secundaria y el bachillerato. Con esfuerzo y el apoyo de mis padres soy Licenciado en Educación Especial, egresado de una universidad inclusiva del Instituto Atenas", dice. Es, además, luchador social, defensor de injusticias y presidente de la asociación “Mira por mí”.

Recuerda que de niño se rehabilitó en Fundación Roma, del municipio de Córdoba, donde aprendió la sobreponerse a su discapacidad. Se dio cuenta que sí es posible ser autosuficiente y lo hizo, primero, con un bastón y luego con su perro guía por el que en un principio le negaban el acceso, incluso cuando iba a la universidad; pero a partir de él se volvió inclusiva.

Expresa que su niñez la pasó con juegos, tropiezos, empujones y zancadillas, pero fue normal, difícil de superar en cuanto a retos, pero no imposible.

Cursó la educación básica en la escuela primaria “Manuel M. Herrera, donde" los maestros le decían a mi mamá que no tenían la experiencia para atenderme por mi discapacidad visual, e hizo lo necesario para integrarme. El preescolar no lo curse. En tercero y cuarto tuve la misma maestra, mayor de edad, pero no se le cerraron las puertas al enseñarme y se dieron cuenta que la discapacidad que tenía no era impedimento para estudiar y me dieron la oportunidad de incorporarme", relata.

A pesar de su discapacidad, Iván Cortés Gómez superó y lucha por los derechos de ciegos y débiles visuales / Foto: Miguel Castillo | El Sol de Orizaba

Cuando pasó de grado, los maestros no lo quisieron aceptar, decían que sería una carga y una responsabilidad, así que su madre decidió llevarlo a otra primaria, la Ignacio Gómez Izquierdo.

Más adelante ingresó a la secundaria Netzahualcóyotl, ubicada en Palmira, municipio de Mariano Escobedo. Ahí, sus compañeros se burlaban, cuando caminaba por los pasillos le metían el pie. "Aunque unos los hacían jugando, para mi resultaba incómodo, pero vencí esa barrera. Los padres de mis compañeros influían en la convivencia, porque pensaban que la ceguera se les podía contagiar o la discapacidad la interpretaban como una enfermedad", señala.

Continuó sus estudios de bachillerato en el sistema abierto, en el CPO. "Me apoyó el entonces alcalde Martín Cabrera Zavaleta, cobijó e impulsó. Después pase el examen en el Instituto Atenas para estudiar la licenciatura de Educación Especial, ya estaba rehabilitado, con uso del bastón blanco me podía desplazar de un lado a otro. Ya sabía el sistema Braille, el manejo de la computadora y aplicaciones para invidentes".

Recuerda y agrega que, al mismo tiempo hizo la solicitud del primer perro guía “Yesi”, pero la directora se oponía, ahí dijo, no iba a permitir que lo limitaran, era una experiencia que quería vivir. "Pensé, si se oponen voy a estudiar otra carrera, licenciado en derecho. Acudimos a la supervisión de Educación Especial y hablaron de Xalapa para que me recibieran con el perro guía. Al principio los maestros se oponían a que asistiera con el can, sin embargo, terminé la licenciatura en Educación Especial en el Instituto Atenas", recuerda.

Iván llega sin ayuda al Palacio Municipal de Orizaba, a la delegación de Tránsito, viaja a Xalapa en busca de ayuda en oficinas del gobierno estatal, para sus amigos los débiles visuales del Valle de Orizaba.

A pesar de su discapacidad, Iván Cortés Gómez superó y lucha por los derechos de ciegos y débiles visuales / Foto: Miguel Castillo | El Sol de Orizaba


Sabe ir en autobús y taxi, pero prefiere caminar con su perro guía. Ya pronto llegará a los 40 años de edad. Es así como pasa la mitad de su día usualmente. Tocando puertas, ya gestionó dos locales en Circunvalación Norte para que ahí vendan alimentos sus compañeros de lucha, que agradecen tener un empleo. Y siempre hablan a las demás personas, de las capacidades que tiene Iván, y que ser un discapacitado no lo limita. Él da más de lo que muchas personas con todas sus facultades pueden hacer.

Cada día siente que poco a poco las personas de esta ciudad se van acostumbrando a tratarlos como gente con un problema visual y no mental. Es un orizabeño especial, con licenciatura, experto en el uso de nuevas tecnologías y cibernauta.

La calle pone a prueba su temple todos los días, con los múltiples obstáculos al caminar o cruzar la calle y por ciertas reacciones de algunos transeúntes.

Muchas veces, los discapacitados tratamos de demostrarle a la sociedad que podemos, para que dejen de discriminarnos; yo superé eso, no necesito demostrarle a nadie que puedo, yo sé que puedo y eso es suficiente

“Cuando se quiere se puede, por ello, empezamos a unirnos las personas con alguna discapacidad y gestionamos ante instancias de gobierno demandas de los invidentes, por ejemplo, Orizaba es la primera en instalar semáforos sonoros cuando en Córdoba existe la Fundación Roma para ciegos, y ahí no hacen nada en beneficio de este sector vulnerable”, señala.

Foto: Jaime Ramírez | El Sol de Córdoba

Mi padre comenta que mientras viva no me va a faltar nada, pero mi madre dice que no saben cuánto tiempo van a vivir y debía de darme las herramientas para valerme por mi mismo y que no dependiera de mis hermanos, que tarde que temprano harían su vida e iba a ser una carga para ellos”.

Te puede interesar: Invidentes piden más semáforos sonoros en Orizaba

El mensaje a los padres con hijos que tienen alguna discapacidad es que acepten, como familia, al que enfrenta la discapacidad, tal y como es, ver sus fortalezas y debilidades, para buscar la forma de ayudarlo e impulsarlo para integrarlo. "Si nos damos cuenta salieron más personas con discapacidad a la calle, porque el presidente de México prometió una ayuda y había familias que tenían encerrada a una persona con discapacidad, pero, ahora, como les van a dar un apoyo los presentan para que el gobierno se dé cuenta que existen.

Orizaba, Ver.- Iván Cortés Gómez nació con atrofia del nervio óptico, su visión es de apenas 5 por ciento, lo que le permite distinguir solamente sombras; sin embargo, esto no fue impedimento para que estudiara y creara una asociación mediante la que ayuda a personas ciegas y con debilidad visual.

"Me llamo Iván, nací ciego. Tengo 39 años. Desde que iba en la primaria sufrí burlas y discriminación. Los compañeros me empujaban y metían zancadillas, pero aprendí a levantarme. Logré terminar la secundaria y el bachillerato. Con esfuerzo y el apoyo de mis padres soy Licenciado en Educación Especial, egresado de una universidad inclusiva del Instituto Atenas", dice. Es, además, luchador social, defensor de injusticias y presidente de la asociación “Mira por mí”.

Recuerda que de niño se rehabilitó en Fundación Roma, del municipio de Córdoba, donde aprendió la sobreponerse a su discapacidad. Se dio cuenta que sí es posible ser autosuficiente y lo hizo, primero, con un bastón y luego con su perro guía por el que en un principio le negaban el acceso, incluso cuando iba a la universidad; pero a partir de él se volvió inclusiva.

Expresa que su niñez la pasó con juegos, tropiezos, empujones y zancadillas, pero fue normal, difícil de superar en cuanto a retos, pero no imposible.

Cursó la educación básica en la escuela primaria “Manuel M. Herrera, donde" los maestros le decían a mi mamá que no tenían la experiencia para atenderme por mi discapacidad visual, e hizo lo necesario para integrarme. El preescolar no lo curse. En tercero y cuarto tuve la misma maestra, mayor de edad, pero no se le cerraron las puertas al enseñarme y se dieron cuenta que la discapacidad que tenía no era impedimento para estudiar y me dieron la oportunidad de incorporarme", relata.

A pesar de su discapacidad, Iván Cortés Gómez superó y lucha por los derechos de ciegos y débiles visuales / Foto: Miguel Castillo | El Sol de Orizaba

Cuando pasó de grado, los maestros no lo quisieron aceptar, decían que sería una carga y una responsabilidad, así que su madre decidió llevarlo a otra primaria, la Ignacio Gómez Izquierdo.

Más adelante ingresó a la secundaria Netzahualcóyotl, ubicada en Palmira, municipio de Mariano Escobedo. Ahí, sus compañeros se burlaban, cuando caminaba por los pasillos le metían el pie. "Aunque unos los hacían jugando, para mi resultaba incómodo, pero vencí esa barrera. Los padres de mis compañeros influían en la convivencia, porque pensaban que la ceguera se les podía contagiar o la discapacidad la interpretaban como una enfermedad", señala.

Continuó sus estudios de bachillerato en el sistema abierto, en el CPO. "Me apoyó el entonces alcalde Martín Cabrera Zavaleta, cobijó e impulsó. Después pase el examen en el Instituto Atenas para estudiar la licenciatura de Educación Especial, ya estaba rehabilitado, con uso del bastón blanco me podía desplazar de un lado a otro. Ya sabía el sistema Braille, el manejo de la computadora y aplicaciones para invidentes".

Recuerda y agrega que, al mismo tiempo hizo la solicitud del primer perro guía “Yesi”, pero la directora se oponía, ahí dijo, no iba a permitir que lo limitaran, era una experiencia que quería vivir. "Pensé, si se oponen voy a estudiar otra carrera, licenciado en derecho. Acudimos a la supervisión de Educación Especial y hablaron de Xalapa para que me recibieran con el perro guía. Al principio los maestros se oponían a que asistiera con el can, sin embargo, terminé la licenciatura en Educación Especial en el Instituto Atenas", recuerda.

Iván llega sin ayuda al Palacio Municipal de Orizaba, a la delegación de Tránsito, viaja a Xalapa en busca de ayuda en oficinas del gobierno estatal, para sus amigos los débiles visuales del Valle de Orizaba.

A pesar de su discapacidad, Iván Cortés Gómez superó y lucha por los derechos de ciegos y débiles visuales / Foto: Miguel Castillo | El Sol de Orizaba


Sabe ir en autobús y taxi, pero prefiere caminar con su perro guía. Ya pronto llegará a los 40 años de edad. Es así como pasa la mitad de su día usualmente. Tocando puertas, ya gestionó dos locales en Circunvalación Norte para que ahí vendan alimentos sus compañeros de lucha, que agradecen tener un empleo. Y siempre hablan a las demás personas, de las capacidades que tiene Iván, y que ser un discapacitado no lo limita. Él da más de lo que muchas personas con todas sus facultades pueden hacer.

Cada día siente que poco a poco las personas de esta ciudad se van acostumbrando a tratarlos como gente con un problema visual y no mental. Es un orizabeño especial, con licenciatura, experto en el uso de nuevas tecnologías y cibernauta.

La calle pone a prueba su temple todos los días, con los múltiples obstáculos al caminar o cruzar la calle y por ciertas reacciones de algunos transeúntes.

Muchas veces, los discapacitados tratamos de demostrarle a la sociedad que podemos, para que dejen de discriminarnos; yo superé eso, no necesito demostrarle a nadie que puedo, yo sé que puedo y eso es suficiente

“Cuando se quiere se puede, por ello, empezamos a unirnos las personas con alguna discapacidad y gestionamos ante instancias de gobierno demandas de los invidentes, por ejemplo, Orizaba es la primera en instalar semáforos sonoros cuando en Córdoba existe la Fundación Roma para ciegos, y ahí no hacen nada en beneficio de este sector vulnerable”, señala.

Foto: Jaime Ramírez | El Sol de Córdoba

Mi padre comenta que mientras viva no me va a faltar nada, pero mi madre dice que no saben cuánto tiempo van a vivir y debía de darme las herramientas para valerme por mi mismo y que no dependiera de mis hermanos, que tarde que temprano harían su vida e iba a ser una carga para ellos”.

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El mensaje a los padres con hijos que tienen alguna discapacidad es que acepten, como familia, al que enfrenta la discapacidad, tal y como es, ver sus fortalezas y debilidades, para buscar la forma de ayudarlo e impulsarlo para integrarlo. "Si nos damos cuenta salieron más personas con discapacidad a la calle, porque el presidente de México prometió una ayuda y había familias que tenían encerrada a una persona con discapacidad, pero, ahora, como les van a dar un apoyo los presentan para que el gobierno se dé cuenta que existen.

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