/ domingo 15 de noviembre de 2020

Este año, 22 mil se han incorporado a lista de diabéticos

La pandemia ha recrudecido su condición de vulnerabilidad debido a que su sistema inmune está comprometido luchando con una condición de salud preexistente

Xalapa, Ver.-Con más de 22 mil personas detectadas este año con y un 11.9 por ciento de la población mayor de 20 años viviendo con esta enfermedad, la diabetes se ha convertido en una enfermedad común en Veracruz. Sin embargo, la pandemia ha recrudecido su condición de vulnerabilidad debido a que su sistema inmune está comprometido luchando con una condición de salud preexistente.

“Cuando llegó la pandemia del Covid-19 y al ser nosotros población vulnerable mi primera reacción fue preguntarme ¿yo por qué?”, cuenta Yadira Paredes Ortega, quien desde hace 4 años y medio fue diagnosticada con diabetes tipo 2. “Me dio mucho miedo enfermarme y sigo teniendo muchísimo miedo, así que sigo tratando de resguardarme todo lo que pueda y sólo salir a lo indispensable y con todas las medidas de seguridad porque si me da miedo estar en la población de riesgo”, cuenta.

La mujer reconoce su vulnerabilidad ante un virus que ataca en mayor medida a aquellas personas que viven con una enfermedad cronicodegenerativa como la diabetes o la hipertensión. Y es que, apunta que no sólo se trata de padecer los síntomas relacionados con el Covid-19 sino que las consecuencias de la enfermedad pueden acabar con sus vidas. “Gente que fallece porque le fallaron los riñones que en el caso de nosotros los diabéticos son los primeros que se afectan, gente a la que se le subió el azúcar a 500 y tuvo un choque de glucosa o al contrario se le bajó mucho. No queda más que cuidarse y reforzar las medidas al doble de aquellas personas que no la padecen”.

Sin embargo, la mujer de 42 años reconoce que a pesar de la complejidad del entorno la diabetes es una enfermedad que puede ser controlada y que permite tener una vida normal a quienes la padecen. Para ella, el diagnóstico de la enfermedad llegó tras una prueba de laboratorio que le pidió su médico al advertir algunos síntomas comunes de la enfermedad como las ganas constantes de ir al baño y la disminución de peso sin motivos aparente.

Recuerda que a pesar de que su madre había tenido diabetes y sabía de su predisposición para padecerla, cuando el médico le confirmó que la tenía fue un golpe emocional muy fuerte. “Recuerdo que el médico me dijo que tenía que estar tranquila porque lo peor que le puede pasar a un diabético es deprimirme, porque eso podría complicar mi condición, pero la verdad es que sí llegó la tristeza”.


Yadira cuenta que a partir de que supo de su enfermedad comenzó a tomar medicamentos y que de manera simultanea comenzó también un régimen alimenticio que le ha permitido mantener sus niveles de azúcar bajo control. En ese sentido, reconoce que aunque antes de la enfermedad era bastante ordenada con la confirmación comenzó una dieta de mil 500 calorías que aunque no ha sido difícil, sí exige responsabilidad.

“Yo eso le puedo decir a un diabético, que la dieta no es tan mortal como creemos. No te quitan todo y no tienes que vivir de pan tostado y de agua, además de que es una dieta fácil de hacer y económica, solo se necesita fuerza de voluntad y amor a la vida. Así es como empecé a atenderme”, explica.

A casi 5 años del diagnóstico de diabetes, Yadira cuenta que el amor por su vida y sobre todo la de su hijo es lo que la ha motivado a seguirse cuidando. Ahora el cuidado también se ha extendido a su hijo, quien desde pequeño está entendiendo la importancia de cuidarse y de mantener la salud.

No es una sentencia de muerte

Contrario a lo que se pueda pensar, el ser diagnosticado con diabetes no implica recibir una sentencia de muerte, asegura el nutriólogo Luis Ángel Rivera Rodríguez y añade que incluso tener diabetes ha llevado a muchos pacientes a ser más consientes de su salud y con esto elevar su calidad de vida a pesar de la enfermedad.

En el marco del Día Internacional de la Diabetes, que se conmemora este 14 de noviembre, el especialista xalapeño apunta que con una ingesta correcta de alimentos y con el control adecuado se puede no solo mantenerse en un estado óptimo, sino también evitar a que esta enfermedad aparezca, sobre todo en aquellas personas con antecedentes familiares.

Sin embargo, reconoce que, a diferencia de otros padecimientos, el tratamiento y la atención de la diabetes requiere de un mayor compromiso por parte de los pacientes, ya que su control no se basa solamente en el consumo de medicamentos, sino que requiere de una dieta adecuada, la ingesta correcta de agua y la práctica del ejercicio.

Hay gente que piensa que el medicamento va a erradicar completamente la enfermedad sin detenerse a pensar que se trata de una enfermedad cronicodegenerativa, lo que implica que no se va a eliminar, sino que va a seguir avanzando en nuestro cuerpo y por ello se debe aprender a comer de manera correcta”, explica.

Rivera Rodríguez asegura que una vez que un paciente tiene la confirmación del diagnóstico de diabetes lo primero que tiene que hacer es acudir a un médico general o internista para que puedan comenzar con el cuadro de medicamentos más apropiado.

El siguiente paso, explica el profesionista, es acudir con un nutriólogo para que le explique el problema de la diabetes desde el punto de vista nutricional, a fin de que el paciente sepa cuáles son los alimentos que se recomiendan y cuáles deben evitar. “En base a eso van a trabajar porque no es una sentencia de muerte, sino que se puede tener una buena calidad de vida siempre y cuando se aprenda a manejar bien la enfermedad”, apunta.

El nutriólogo también explica que el padecer diabetes no implica que se dejan de consumir totalmente los carbohidratos, también llamados hidratos de carbono, ya que son muy necesarios para el cuerpo, sin embargo, se debe ser muy cuidadosos con la ingesta diaria. También reconoce que, dependiendo del nivel de control que se tenga, se pueden consumir azucares, bebidas azucaradas o incluso algunos postres siempre y cuando este sea mínimo.

Los síntomas


De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), la diabetes tiene dos tipos y se caracterizan por lo siguiente:

Diabetes de tipo 1

Anteriormente se denominó diabetes sacarina dependiente de la insulina. Se caracteriza por hipoglucemia causada por una carencia absoluta de insulina, hormona producida por el páncreas. Estos enfermos necesitan inyecciones de insulina durante toda la vida.

Se presenta por lo común en niños y adolescentes, aunque puede aparecer en etapa posterior de la vida.

A veces se manifiesta por signos y síntomas graves, como estado de coma o cetoacidosis.

Estos enfermos no suelen ser obesos, pero la obesidad no es incompatible con este diagnóstico. Estos enfermos tienen un riesgo aumentado de padecer complicaciones micro y macrovasculares.

Diabetes de tipo 2

Se conoció anteriormente como diabetes sacarina no dependiente de la insulina.

Se caracteriza por hiperglucemia causada por un defecto en la secreción de insulina, por lo común acompañado de resistencia a esta hormona.

De ordinario los enfermos no necesitan insulina de por vida y pueden controlar la glucemia con dieta y ejercicio solamente, o en combinación con medicamentos orales o insulina suplementaria. Por lo general, aparece en la edad adulta, aunque está aumentando en niños y adolescentes.

Está relacionada con la obesidad, la inactividad física y la alimentación malsana.

Al igual de lo que sucede con la diabetes de tipo 1, estos enfermos tienen un riesgo aumentado de padecer complicaciones micro y macrovasculares.

Xalapa, Ver.-Con más de 22 mil personas detectadas este año con y un 11.9 por ciento de la población mayor de 20 años viviendo con esta enfermedad, la diabetes se ha convertido en una enfermedad común en Veracruz. Sin embargo, la pandemia ha recrudecido su condición de vulnerabilidad debido a que su sistema inmune está comprometido luchando con una condición de salud preexistente.

“Cuando llegó la pandemia del Covid-19 y al ser nosotros población vulnerable mi primera reacción fue preguntarme ¿yo por qué?”, cuenta Yadira Paredes Ortega, quien desde hace 4 años y medio fue diagnosticada con diabetes tipo 2. “Me dio mucho miedo enfermarme y sigo teniendo muchísimo miedo, así que sigo tratando de resguardarme todo lo que pueda y sólo salir a lo indispensable y con todas las medidas de seguridad porque si me da miedo estar en la población de riesgo”, cuenta.

La mujer reconoce su vulnerabilidad ante un virus que ataca en mayor medida a aquellas personas que viven con una enfermedad cronicodegenerativa como la diabetes o la hipertensión. Y es que, apunta que no sólo se trata de padecer los síntomas relacionados con el Covid-19 sino que las consecuencias de la enfermedad pueden acabar con sus vidas. “Gente que fallece porque le fallaron los riñones que en el caso de nosotros los diabéticos son los primeros que se afectan, gente a la que se le subió el azúcar a 500 y tuvo un choque de glucosa o al contrario se le bajó mucho. No queda más que cuidarse y reforzar las medidas al doble de aquellas personas que no la padecen”.

Sin embargo, la mujer de 42 años reconoce que a pesar de la complejidad del entorno la diabetes es una enfermedad que puede ser controlada y que permite tener una vida normal a quienes la padecen. Para ella, el diagnóstico de la enfermedad llegó tras una prueba de laboratorio que le pidió su médico al advertir algunos síntomas comunes de la enfermedad como las ganas constantes de ir al baño y la disminución de peso sin motivos aparente.

Recuerda que a pesar de que su madre había tenido diabetes y sabía de su predisposición para padecerla, cuando el médico le confirmó que la tenía fue un golpe emocional muy fuerte. “Recuerdo que el médico me dijo que tenía que estar tranquila porque lo peor que le puede pasar a un diabético es deprimirme, porque eso podría complicar mi condición, pero la verdad es que sí llegó la tristeza”.


Yadira cuenta que a partir de que supo de su enfermedad comenzó a tomar medicamentos y que de manera simultanea comenzó también un régimen alimenticio que le ha permitido mantener sus niveles de azúcar bajo control. En ese sentido, reconoce que aunque antes de la enfermedad era bastante ordenada con la confirmación comenzó una dieta de mil 500 calorías que aunque no ha sido difícil, sí exige responsabilidad.

“Yo eso le puedo decir a un diabético, que la dieta no es tan mortal como creemos. No te quitan todo y no tienes que vivir de pan tostado y de agua, además de que es una dieta fácil de hacer y económica, solo se necesita fuerza de voluntad y amor a la vida. Así es como empecé a atenderme”, explica.

A casi 5 años del diagnóstico de diabetes, Yadira cuenta que el amor por su vida y sobre todo la de su hijo es lo que la ha motivado a seguirse cuidando. Ahora el cuidado también se ha extendido a su hijo, quien desde pequeño está entendiendo la importancia de cuidarse y de mantener la salud.

No es una sentencia de muerte

Contrario a lo que se pueda pensar, el ser diagnosticado con diabetes no implica recibir una sentencia de muerte, asegura el nutriólogo Luis Ángel Rivera Rodríguez y añade que incluso tener diabetes ha llevado a muchos pacientes a ser más consientes de su salud y con esto elevar su calidad de vida a pesar de la enfermedad.

En el marco del Día Internacional de la Diabetes, que se conmemora este 14 de noviembre, el especialista xalapeño apunta que con una ingesta correcta de alimentos y con el control adecuado se puede no solo mantenerse en un estado óptimo, sino también evitar a que esta enfermedad aparezca, sobre todo en aquellas personas con antecedentes familiares.

Sin embargo, reconoce que, a diferencia de otros padecimientos, el tratamiento y la atención de la diabetes requiere de un mayor compromiso por parte de los pacientes, ya que su control no se basa solamente en el consumo de medicamentos, sino que requiere de una dieta adecuada, la ingesta correcta de agua y la práctica del ejercicio.

Hay gente que piensa que el medicamento va a erradicar completamente la enfermedad sin detenerse a pensar que se trata de una enfermedad cronicodegenerativa, lo que implica que no se va a eliminar, sino que va a seguir avanzando en nuestro cuerpo y por ello se debe aprender a comer de manera correcta”, explica.

Rivera Rodríguez asegura que una vez que un paciente tiene la confirmación del diagnóstico de diabetes lo primero que tiene que hacer es acudir a un médico general o internista para que puedan comenzar con el cuadro de medicamentos más apropiado.

El siguiente paso, explica el profesionista, es acudir con un nutriólogo para que le explique el problema de la diabetes desde el punto de vista nutricional, a fin de que el paciente sepa cuáles son los alimentos que se recomiendan y cuáles deben evitar. “En base a eso van a trabajar porque no es una sentencia de muerte, sino que se puede tener una buena calidad de vida siempre y cuando se aprenda a manejar bien la enfermedad”, apunta.

El nutriólogo también explica que el padecer diabetes no implica que se dejan de consumir totalmente los carbohidratos, también llamados hidratos de carbono, ya que son muy necesarios para el cuerpo, sin embargo, se debe ser muy cuidadosos con la ingesta diaria. También reconoce que, dependiendo del nivel de control que se tenga, se pueden consumir azucares, bebidas azucaradas o incluso algunos postres siempre y cuando este sea mínimo.

Los síntomas


De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), la diabetes tiene dos tipos y se caracterizan por lo siguiente:

Diabetes de tipo 1

Anteriormente se denominó diabetes sacarina dependiente de la insulina. Se caracteriza por hipoglucemia causada por una carencia absoluta de insulina, hormona producida por el páncreas. Estos enfermos necesitan inyecciones de insulina durante toda la vida.

Se presenta por lo común en niños y adolescentes, aunque puede aparecer en etapa posterior de la vida.

A veces se manifiesta por signos y síntomas graves, como estado de coma o cetoacidosis.

Estos enfermos no suelen ser obesos, pero la obesidad no es incompatible con este diagnóstico. Estos enfermos tienen un riesgo aumentado de padecer complicaciones micro y macrovasculares.

Diabetes de tipo 2

Se conoció anteriormente como diabetes sacarina no dependiente de la insulina.

Se caracteriza por hiperglucemia causada por un defecto en la secreción de insulina, por lo común acompañado de resistencia a esta hormona.

De ordinario los enfermos no necesitan insulina de por vida y pueden controlar la glucemia con dieta y ejercicio solamente, o en combinación con medicamentos orales o insulina suplementaria. Por lo general, aparece en la edad adulta, aunque está aumentando en niños y adolescentes.

Está relacionada con la obesidad, la inactividad física y la alimentación malsana.

Al igual de lo que sucede con la diabetes de tipo 1, estos enfermos tienen un riesgo aumentado de padecer complicaciones micro y macrovasculares.

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