Orizaba, Ver.- La época de Oro de los albañiles fue después del terremoto de 1973 en Orizaba, cuando los patios de vecindad, donde vivían obreros de las fábricas textiles y cervecería Moctezuma sufrieron daños e inició la reubicación de familias hacia las unidades habitacionales, en el norte de la ciudad. Por la confianza que le tenían, los empresarios otorgaron la construcción de miles de viviendas al sindicato de terraceros de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), que dirigía Pablo Mendizábal Olvera (QEPD).
“Cada 3 de mayo los albañiles acostumbran conmemorar esta fecha y poner una cruz en las construcciones, con el fin de pedirle que no sufran accidentes o caídas durante su trabajo”, recuerda el albañil Eustacio Mendizábal Pérez.
Relata que su padre, de muy joven inició como carpintero, tenía su taller en el barrio del Tepeyac, por la Sur 17 esquina Oriente 4, junto a la peluquería de Panchito; ahí hacía mesas y bancos para la cervecería.
Con el tiempo incursionó en la albañilería. Hombre con carisma fundó el sindicato de albañiles y terraceros. Logró consolidar la organización durante seis décadas, hasta su muerte.
Tras el sismo de 1973, los patios de vecindad quedaron dañados y los obreros de inmediato tramitaron créditos del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit), dando así inicio a la construcción de las unidades habitacionales Trébol, Fidel Velázquez, Pluviosilla, y otras, en municipios circunvecinos, agregó Mendizábal Pérez.
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Don Pablo presumía su profesión entre los políticos, tanto, que logró convertirse en regidor en dos administraciones municipales, durante las que defendió al gremio de los albañiles.