ORIZABA, Ver.- Vecinos de las faldas del cerro del Borrego manifestaron su preocupación ante la posibilidad de que más rocas puedan desprenderse de esa montaña y afectar más viviendas. María Esther, una de las damnificadas mencionó que personal de Protección Civil no se ha acercado a revisar el lugar.
Relató que, en ese predio que está muy cerca de la montaña, viven 17 personas, entre ellos dos niños de 4 y 5 años, algunos más en edad escolar, y adultos, todos son familiares, pero vive cada quien en su casa.
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Recordó que, en los primeros minutos del miércoles 22, mientras algunos ya dormían y ella se retiraba de la cocina disponiéndose a dormir, escucharon un ruido muy fuerte que los alertó. “Yo acababa de salir de la cocina cuando cayó la piedra, gracias a Dios no nos pasó nada”, señaló.
El miércoles, por la mañana, personal de Obras Públicas llegó y retiró con maquinaria pesada la piedra que quedó a mitad del patio, luego de destruir las viviendas.
Aunque les comentaron que les ayudarían a terminar de derribar lo que aún quedaba en pie, no se presentaron, por lo que el jueves, los adultos que trabajan pidieron permiso, y comenzaron a remover ellos mismos los escombros.
El temor en ellos persiste, pues continuarán las lluvias y con ellas el riesgo de que se reblandezca la tierra y se suelten más rocas.
Mencionó que, aunque ha llegado personal de Protección Civil a supervisar, unos dicen una cosa y otros, otra diferente; provocando únicamente inquietud en las familias.
Llegó también personal de la Comisión Nacional Forestal a revisar el lugar y dijeron a las familias que sí hay rocas a punto de caer. “Mi cuñado y un profesor que vive junto, desde hace dos años y le dieron un permiso de construcción, subieron al cerro y vieron que tres o cuatro piedras están a punto de desprenderse”, dijo.
Buscaron el apoyo del presidente municipal, pues son personas de muy bajos recursos económicos. Quien se acercó a ellos, apuntó, fue el secretario del presidente del DIF, Hugo Chahín Kuri, para conocer su situación y ver cómo ayudarlos para reconstruir sus viviendas.
Señaló que tienen más de 30 años de vivir en ese lugar, descartando con ello que fueran paracaidistas, pues cuentan con la escritura de la propiedad. Recordó que ésta es la primera ocasión que se desprende una roca de gran tamaño y cae sobre sus viviendas.
Los antecedentes en la zona
Hace algunos años, agregó, cayeron piedras, pero fueron de menor tamaño. “Hace dos años a un vecino que vive a dos casas de nosotros se le metió una piedra grande que se desprendió, aquí cayó sobre las casas y destruyó toda la vivienda”.
María Esther y su cuñada, que también perdió su vivienda y pertenencias, se refugian con una hermana y sobrina que viven hasta adelante, en ese mismo predio.
Dijo que desconoce si la autoridad municipal pueda ayudarles a reconstruir sus viviendas, pues las familias carecen de los recursos económicos para hacerlo por ellas mismas; pero mantienen el ánimo y la esperanza de recuperar poco a poco lo que perdieron.