Los tiraderos a cielo abierto, problema en Veracruz

Veracruz está dentro de las cinco entidades que más generan basura, detrás del Estado de México, la CDMX y Jalisco

Maribel Sánchez | Diario de Xalapa

  · viernes 25 de septiembre de 2020

Foto: Miguel Castillo | El Sol de Orizaba

De acuerdo con datos oficiales de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales, emitidos en mayo de 2020, Veracruz produce 7 mil 813 toneladas diarias de residuos sólidos urbanos y está dentro de las cinco entidades que más los generan, detrás del Estado de México, la Ciudad de México y Jalisco. Ante este panorama, la ecologista Alejandra Ramos hace un llamado al trabajo conjunto entre gobierno, iniciativa privada y población.

La fundadora del movimiento “La solución soy yo” declaró en entrevista telefónica que la educación, información y conciencia ambiental son claves para exigir políticas efectivas. Y es que afirma: “Las iniciativas terminan siendo políticas mediáticas que buscan aplausos rápidos y votos, pero no nos traen beneficios ambientales reales”.

Puntualizó que el problema no es de un estado ni de alguna administración en particular, sino una problemática que prevalece a lo largo y ancho del país, por lo cual es momento de actuar.

En el caso específico de Veracruz, expuso los datos del último censo del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), los cuales indican que “en el estado hay 112 tiraderos a cielo abierto, ocho controlados y solo 18 rellenos sanitarios, por otra parte, existen 14 municipios sin servicio de recolección de residuos”.

A nivel nacional y de acuerdo con la misma fuente, en México, el 87 por ciento de los tiraderos de basura son a cielo abierto y únicamente el 13 por ciento son rellenos sanitarios.

Con respecto a cuál considera debe ser la función de las autoridades, la embajadora de la Fundación para la Educación Económica expresó que éstas, además de erradicar los tiraderos a cielo abierto, deben aplicar las sanciones pertinentes y cumplir sus propias normas ambientales, también, señaló, deberían ser capaces de permitir la innovación, la inversión y la tecnología para mejorar el tratamiento de los residuos.

Foto: Cortesía | Ayuntamiento de Maltrata

Lamentó el mercado de los residuos esté acaparado por el gobierno. Un gobierno que, dijo, muchas veces se ve rebasado en cuestiones presupuestales o de experiencia eficiente en el tema.

Se debe permitir la creación de mercados formales e innovar, como se hace en muchos países, donde ya se avanza hacia el reciclaje, el compostaje y el aprovechamiento energético de los mismos residuos. Si los ayuntamientos están rebasados, deben acercarse a la iniciativa privada”, apuntó.

PLÁSTICOS

En cuanto a la prohibición del uso de plástico, aseguró no ha traído beneficios y representa un ecocidio: “Es el material más ecológico y económico en comparación con el cartón o las telas; además, su prohibición nos distrae del problema real de la mala gestión, reciclaje y reaprovechamiento de residuos en México”.

En ese sentido, dijo que los ciudadanos debemos exigir el cumplimiento de las normas ambientales y el establecimiento de un mejor marco institucional que prevenga la contaminación, y abandonar la visión polarizada que etiqueta al plástico como algo malo, mientras etiqueta a los sustitutos como algo bueno.

A través del movimiento “La solución soy yo” difunde que el problema de la contaminación en los mares, océanos y las calles es resultado de una mala administración y manejo de la basura en todo el país, aún más, sucede no solo por la mala disposición de botellas o bolsas de plástico, sino también por pañales, baterías, desechos electrónicos y metálicos.

También, que detrás de las restricciones a los plásticos no existió un análisis económico-ambiental considerando que el material es la mejor alternativa ecológica, ya que en su fabricación se utilizan menos recursos naturales, en comparación con las bolsas y empaques de cartón y tela.

Algunos de los datos que comparte “La solución soy yo” son los siguientes: una bolsa de papel debe ser utilizada al menos siete veces para ahorrar el impacto ambiental de su fabricación con respecto a una bolsa plástica; mientras una bolsa de tela debe ser utilizada más de 350 veces para compensar el impacto ambiental.

Foto: Cortesía | Ayuntamiento de Maltrata

Asimismo, el plástico ayuda a reducir en cinco veces el uso de agua; en dos veces, fuentes de energía no renovable; en tres veces, la emisión de gases de efecto invernadero. Además, las bolsas de plástico requieren un 70 por ciento menos de energía para fabricarse y consumen un 96 por ciento menos de agua que las que se usan para fabricar bolsas de papel.

LAS OPCIONES

Se necesitarían 7.5 años de uso de la misma bolsa de algodón antes de que sea una mejor opción que una bolsa de plástico reutilizada en tres ocasiones; las bolsas de algodón reutilizables estándar deben reutilizarse al menos 131 veces para garantizar que tengan un potencial de calentamiento global menor que una bolsa de plástico utilizada solo una vez; las bolsas de algodón orgánico deben ser reutilizadas 20 mil veces para tener el mismo rendimiento ambiental de una bolsa de plástico reutilizada una vez.

El movimiento nacional apunta que la campaña en contra de los plásticos llevó a la población a olvidar algunas características y beneficios: “Es un material maleable, higiénico, resistente y de bajo costo que no requiere de la tala de árboles. Ha sido un material importantísimo para prevenir contagios durante la pandemia por Covid-19”.

Foto: Cortesía | Ayuntamiento de Orizaba

Alejandra Ramos evidencia que se está prohibiendo el artículo más utilizado por los mexicanos. “Según el Inegi, el 68 por ciento de los hogares empleaba las bolsas del supermercado como bolsas de basura, entonces lo que se está haciendo es encarecer y, sobre todo, para las personas más vulnerables económicamente hablando, se obstaculiza y entorpece el disponer de sus residuos de una manara higiénica y correcta.

Debemos separarlos para poderlos capitalizar y que puedan llegar a convertirse en composta, reciclado, etc., pero todo empieza desde la separación, que se está volviendo más costosa”, indicó.

Para concientizar sobre cómo terminan nuestros residuos, la ecologista planea un documental o reportaje para generar conciencia y llamar la atención de las autoridades e iniciativa privada.Todos podemos ser parte de la solución, pero se requiere el trabajo conjunto”, declaró.