Entre los puestos del mercado“Melchor Ocampo”, el obispo Eduardo Cervantes Merino realizóparte de su visita pastoral. Buscó el encuentro con los fieles quecompran y con aquellos que tienen ahí su forma de vida al venderproductos diversos. Convivió con muchos de ellos, les preguntócómo van sus vidas, qué con las ventas, y hasta escuchó unamelodía del hombre que busca ganarse el sustento tocando unviolín por los pasillos de este zoco.
Después de las 11:30 horas, elprelado arribó a este mercado en donde fue recibido por loslocatarios. Después se dio a la tarea de ir visitando los puestosen cada pasillo de este sitio.
“¿Qué tal el caldito, me lorecomienda? ¿Cómo va la venta del pollo? ¿Se ha vendido lafruta? porque luego vengo a comprar, hoy solo vengo a visitarlos ybendecirlos, ¿Cómo va la venta de ropa?”, fueron algunas de lasexpresiones que los locatarios oyeron de su pastor, quien estuvomás cerca de ellos, que de costumbre.
Dejando que fluyera el lado humano yla característica de quien guía espiritualmente a la greycatólica, el obispo no tuvo limitaciones para ir platicando con lagente que estaba en este sitio; el tiempo no fue obstáculo, ahílo que importaba era poder estar cerca de la gente y conocer susentir.
El comerciante de pollo, el quevende frutas, verduras, ropa, dulces, aguas frescas, pidieron aCervantes Merino que les bendijera sus negocios. Muchos leofrecían de sus productos y él con gusto aceptaba lo que la gentecon amor le daba.
Durante el recorrido por este zoco,se presentó ante él, un varón quien tocando melodías en elviolín busca ganar un poco de dinero, que se convierta en susustento. El obispo se dio el tiempo para escuchar toda la piezamusical, para después bendecirlo y regalarle un par de manzanas;esta vez le tocó a él compartir con uno de sus fieles.
Y casi al finalizar su visita a estezoco, los locatarios lo invitaron a acudir a la pequeña cabina desonido en la parte alta, en donde tomó el micrófono y dirigió unmensaje a todos los que estaban o circulaban en estelugar.
Previo a esta actividad, a las 10:00horas, el prelado fue recibido en la Catedral San Miguel Arcángelpor el párroco Antolín Bernardi Castelán, quien estabaacompañado de los sacerdotes Helkyn Enríquez Báez, MarcosPalacios Cárdenas, Carlos Reséndiz, seminaristas y laicos, aquienes conminó a buscar a Dios en todo tiempo y dar testimonio deen quién han creído.