“Los libros han cobrado voz para reanimar a la gente en la pandemia”, declara el mediador de lectura José Cruz Domínguez, quien igual que sus colegas ha generado actividades de animación y promoción lectora en las plataformas digitales.
Aunque se nota el entusiasmo en su palabras, también revela una verdad en la cual coincide con Jovita Martínez: “Nunca será igual lo virtual; hay una frialdad contra la que poco se puede hacer. No obstante, es lo que por el momento hay y a eso nos aferramos”.
Jovita no forma parte de un programa especial, pero durante 15 años ha acercado a los niños y adolescentes con los libros; ahora les envía lecturas por WhatsApp y está a la espera de que existan las condiciones para abrir las puertas de su casa nuevamente y recibir a los pequeños lectores.
En víspera del Día Internacional del Libro, que se celebra el 23 de abril, opina que durante el confinamiento, los libros han sido los mejores compañeros para abstraerse de la dura realidad: “No importa la edad, a todos nos han ayudado a escaparnos a otros mundos, y a los mediadores nos han obligado a ser más creativos”.
En ese sentido José Cruz, quien ha participado de manera oficial en 20 ediciones de la Feria Nacional del Libro Infantil y Juvenil, en la ciudad de Xalapa, declara: “La figura de un mediador de lectura ha servido en estos momentos para reanimar a la familias, para llegar a través de la virtualidad a los hogares y extendernos en un abrazo a través del libro para alejar un poco los temores que la enfermedad ha traído consigo”.
Con respecto a las ferias de libro en plataformas digitales, opina que las experiencias son totalmente distintas porque la feria presencial permite hacer comunidad, favorece el diálogo y te quedas con recuerdos para toda la vida, en tanto las otras, aunque transmiten conocimiento a través de los dispositivos electrónicos, no despiertan tantas emociones.
Una de las personas que en un principio apostó también por compartir cuentos por mensajería instantánea es Arely León Sánchez, quien recientemente, atendiendo protocolos sanitarios, llegó a la comunidad de Los Conejos a contar historias emanadas de los libros.
Ella afirma que la función social de las bibliotecas va más allá de los edificios, por eso, apoyada por la Biblioteca de la Ciudad 1092, fue a las faldas del Cofre de Perote a reunirse con niños y adolescentes, quienes, asegura, ya ven en los libros a unos acompañantes de vida.
INVITACIÓN
Para conmemorar al libro y el que la pandemia, poco a poco ayude a darle un mejor sitio entre la comunidad, está la invitación para hacer la descarga gratuita de los audiolibros La carta robada, de Edgar Allan Poe; El exilio, de Víctor Hugo, y Lazarillo de Tormes, de autor Anónimo. Las ligas estarán disponibles en Facebook Fomento a la Lectura Veracruz.
También, el 27 de abril se llevará a cabo la mesa de discusión “El papel del libro electrónico en tiempos de pandemia”, en la que participarán las mediadoras de salas de lectura Judit Vergara Monreal y Lourdes Cortés Castillo.
La charla se realizará a través de la plataforma Google Meet, a las 18:00 horas; las personas interesadas en participar podrán acceder mediante el enlace https://meet.google.com/xvt-tgqt-zaj.
Pandemia regresó a las personas a los libros
Durante la pandemia, el uso excesivo de las plataformas digitales de películas y videos ha generado cierto cansancio que beneficia la relación de las personas con los libros, asegura el literato Marduck Obrador Cuesta.
“La venta de libros aumentó. Hay más interesados. Gente que ya estaba muy formada, continuó y hasta creció su necesidad de leer. Hay quienes reconectaron y otros más encontraron en un libro lo que no habían podido descubrir”, expresó en entrevista.
Al observar este panorama, se siente esperanzado y no renuncia al sueño de seguir el resto de su vida rodeado de libros. Y es que en 2021, su librería de viejo “Los Argonautas” cumple una década de funcionamiento en el centro histórico de Xalapa.
Ubicada en Rojano número 20, en esta librería hay desde ediciones raras y antiguas, hasta las descatalogadas, así como libros de ocasión a mejor precio, lo cual ha generado interés en investigadores y académicos, pero también en los jóvenes, quienes son los más asiduos visitantes y compradores.
EL LIBRERO DE VIEJO
El papel de quien está a cargo no es asunto menor. Un librero de viejo, explica el humanista, va más allá de solo querer vender: “Es gente que rescata libros y también quien cumple la función de ser un dique ante la obsolescencia de todos los objetos que hay en la actual modernidad”.
A pesar de su optimismo, Marduck Obrador sí expone la falta de mayor apoyo a las editoriales independientes y a los libreros de viejo, porque la constante es ir contracorriente.
En su caso, inició con 600 libros de rescate y se vio obligado a aprender el desapego; empezó a desprenderse de su biblioteca particular, pero a cambio vino la satisfacción de constatar la alegría en quienes llevaban mucho tiempo buscando algunos títulos.
Otro punto importante, afirma, es mantenerse como un ser sensible, pues habrá quienes tengan que deshacerse de sus bibliotecas personales por alguna circunstancia especial.
“Toca entonces hacer un trabajo muy serio, comprometido y profesional, pues esos libros van a adquirir nuevo significado en las manos de sus nuevos propietarios”.
Aunque en principio el librero confiesa haber vivido días y noches de angustia por no contar con un gran acervo, actualmente tiene disponibles 17 mil, más siete mil en bodega.
“Cuando los visitantes descubren que no has incorporado nuevas viejas novedades, se te van. Son muy especiales porque tienen un ojo educado. Saben qué tienes porque son asiduos. Ese era un reto fundamental, pero gracias a recomendaciones y un trabajo comprometido, la situación ha mejorado”.
EL LIBRO, MÁS QUE UN OBJETO
Orgulloso de pertenecer al grupo de quienes propician el acercamiento con los libros en la capital del estado, Marduck Obrador destaca la función de estos volúmenes. Opina que más allá de ser objetos con contenidos específicos, son capaces de generar nuevas historias y nuevas investigaciones.
También, añade, propician relacionarse con los demás, pese a la acentuación actual del individualismo.
PROYECTOS
A sus 46 años, Marduck Obrador, en cuyo árbol genealógico aparece el escritor veracruzano Jorge Cuesta, dice estar agradecido con la gente que ha creído y apoyado su iniciativa.
El profesional en Lengua y Literatura Hispánicas no desiste de sus propósito de continuar su labor a favor del libro, del cual, puntualiza, no se debe olvidar que es un bien cultural.
Amante de las letras, mantiene una relación con los xalapeños pero también con gente de todo el país a través de la “Fanpage” Bibliofilia Apasionada. Además, adelanta que pronto tendrá en exhibición el primer libro mexicano plenamente hecho de grabados, autoría de José María Montes de Oca. Se trata de Vida de San Felipe de Jesús. Protomártir del Japón y Patrón de su Patria, México, editado en 1801.
Entre otros planes, quiere echar a andar un duplicador risográfico adquirido en 2019, con el cual pretende hacer un taller de autonomía editorial y generar rescate de libros que estén libres de derechos y valga la pena reeditar, sin que ello signifique estar cerrado a propuestas editoriales jóvenes.
3,7 libros por persona durante pandemia
De febrero de 2020 a febrero de 2021, que coincide con la pandemia, el promedio de libros que leyeron los mexicanos adultos lectores fue de 3.7 ejemplares, cifra que no se alcanzaba desde 2017, revela el Módulo sobre Lectura (Molec) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Los resultados obtenidos también indican que a nivel nacional son las mujeres quienes declaran haber leído más ejemplares que los hombres (3.9 y 3.5, respectivamente).
Otros de los resultados expuestos evidencian que entre 2016 y 2021, el porcentaje de población lectora de libros en formato digital se triplicó, pues pasó de 6.8 a 21.5 por ciento; los lectores de revistas aumentaron de 2.6 a 21.6 por ciento y los de periódicos digitales, de 5.6 a 21.3 por ciento.
En cuanto a los dos motivos principales para no leer, se trata de falta de tiempo y falta de interés, motivación o gusto por la lectura.
Por otra parte, la mayor parte de la población adulta lectora de libros (42.6 por ciento) declaró que el motivo principal para leer es por entretenimiento. Le siguen las razones de trabajo o estudio y por cultura general.
Los lectores de libros prefirieron los de literatura con 36.1 por ciento, seguidos de aquellos de alguna materia o profesión, de texto o uso universitario, con 30.8 por ciento.
El Inegi puntualizó que esta información es un reflejo de la población que reside en México de 18 y más años de edad en 32 áreas de 100 mil y más habitantes. El Molec considera distintos materiales, como libros, revistas, periódicos e historietas.
Precisó que para el estudio fueron consideradas las publicaciones tanto en soporte digital como impreso, además, incluye la lectura que se realiza en medios electrónicos de páginas de Internet o blogs.
Te recomendamos el podcast ⬇️
