Orizaba, Ver. - Su propia vida, rutina, miedos, problemas, retos diarios son aspectos que los niños hacen notar en sus historias o narrativas cuando de talleres literarios se trata, así lo manifiesta la tallerista literaria originaria de Tlaxcala, Gabriela Conde Moreno.
Dijo que este tipo de actividades sirven para que los menores se den cuenta de las herramientas que poseen y como explotar su imaginación "creo que los jóvenes con la pandemia nos enseñaron a seguir adelante, pues no se detuvo su vida más que la social, mientras que el resto nos quedamos pasmados y eso es la mejor lección que nos dan".
Comenta que la pandemia dejó situaciones emocionales y familiares, sin embargo, ha optado por informarles que su voz es la más importante para enfrentar el mundo, desde las situaciones naturales hasta los aspectos como los enfrentamientos.
En sus 17 años como tallerista recordó que anteriormente los niños manifestaban situaciones fuertes a través de sus cuentos, historias o dibujos, "los niños se abren y te empiezan a contar, en el taller narraron cosas bien gruesas, pero en todas siempre hay un final o hay una lección de seguir".
Afirma que el expresar sus problemas esa forma de darse una solución. Los casos más comunes son maltrato, pero lo más frecuente es que el mundo adulto no los toma enserio dejando de lado su pensamiento y decisiones.
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Cuestionada sobre sí se ha topado casos donde le han dado ganas de recurrir a las autoridades municipales, la entrevistada dijo que si, sin embargo, ella reitera el hecho de demostrarles que deben de tener en su voz el poder de hablar lo que sienten sin tener que expresarlo a través de un papel y lápices de colores.
