Ciudad del Vaticano.- El Papa Francisco dedicará una especial vigilia, prevista para el próximo jueves 23 de noviembre en la Basílica de San Pedro, a Sudán del Sur y República Democrática del Congo, países africanos ensangrentados por violentos conflictos.
De acuerdo al Vaticano, el momento de oración se llevará a cabo en el Altar de la Cátedra de la Basílica Vaticano a partir de las 17:30 hora local (16:30 GMT).
En varias ocasiones, el Papa manifestó públicamente su preocupación por Sudán y el Congo, llegó incluso a planear una visita apostólica por el primero de estos países, acompañado por el líder anglicano Justin Welby, pero luego se vio obligado a cancelarlo.
En las últimas semanas, el líder católico dispuso la donación de 25 mil euros (29 mil 600 dólares) para financiar material para el cultivo de hortalizas en Sudán del Sur, ante el empeoramiento de la situación de seguridad alimentaria en ese territorio.
Unas cinco mil familias, equivalentes a 30 mil personas, de la localidad de Yei, en la región de Equatoria Central, fueron beneficiadas con la contribución papal enviada a través de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Los fondos se están usando para suministrar semillas para el cultivo de hortalizas y aperos agrícolas en una zona donde los medios de vida, entre ellos la agricultura, han sido devastados por los combates, informó el organismo.
“Antes de la guerra vivíamos bien y podíamos comer lo suficiente, ahora solo algo en el desayuno y la cena. Mi hijo llora todavía porque tiene hambre. Las cebollas y los tomates pueden venderse en el mercado”, señaló Suzan Night, de 22 años, una de las beneficiarias, según declaraciones recogidas por la FAO.
Las semillas entregadas corresponden a siete variedades de hortalizas de crecimiento rápido, con el objetivo de aumentar el acceso de las familias a alimentos nutritivos y cerrar la brecha alimentaria que se produce entre dos cosechas de cereales.
Se calcula que unas 145 mil personas en Equatoria Central se enfrentan a niveles de emergencia de inseguridad alimentaria, lo que supone tan solo un escalón por debajo de la hambruna en la clasificación usada a nivel internacional.
La magnitud del hambre se repite con frecuencia en otras comunidades en todo Sudán del Sur, ya que los enfrentamientos han destruido los medios de vida y limitado el acceso de organismos humanitarios, y porque la hiperinflación ha puesto el precio de los alimentos fuera del alcance de muchas personas.
“Estamos muy agradecidos. La población en Sudán del Sur está realmente sufriendo y suspirando por la paz. Si el Papa Francisco pudiera vernos ahora, se sentiría triste, porque ningún ser humano debería vivir así”, subrayó Jeremiah Taban, pastor de la Iglesia Episcopal de Yei.
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