A los bancos en México les ha ido muy bien con el gobierno, del que se ha declarado enemigo público número uno del neoliberalismo. El año pasado acumularon una ganancia de 271 mil 802 millones de pesos, más del 10% de las que recibieron en 2022, que alcanzaron los 246 mil 987 millones de pesos.
El sistema bancario se identifica plenamente con el capitalismo, porque es éste la organización económica en que el sector privado captura utilidades, en un sistema con amplia libertad de precios, donde los dueños del capital obtienen ganancias en función de la riqueza que han arriesgado y asumen al mismo tiempo las pérdidas de sus malas decisiones, con excepción de México, donde un presidente neoliberal les permitió a los banqueros privatizar las ganancias y les socializó las pérdidas y robos que hicieron (Fobaproa).
El contexto lo expongo ante la confesión que don Andrés Manuel López Obrador hizo al clausurar la convención nacional bancaria en Acapulco, la noche del pasado viernes, ante los dueños de los 50 bancos que operan en territorio mexicano. “Me han tratado muy bien, con respeto, y han sido correspondidos, y he cumplido los compromisos que (les) hice desde el inicio de mi gobierno”, les dijo en un centro de convenciones colmado de empresarios, industriales, analistas financieros, políticos y, desde luego, banqueros, que se pusieron de pie aplaudiendo a rabiar al hombre que ha afirmado varias veces que acabo con el neoliberalismo en México, que no es otra cosa que el modelo capitalista en su fase superior, el capitalismo voraz, el capitalismo salvaje.
Y vaya que les cumplió. Si no nada más vuelvan a leer las ganancias que durante su gobierno han tenido los banqueros en México señaladas en el primer párrafo. Les permitió seguir enriqueciéndose a costa de la gente buena, del dinero de los pobres >incluyendo a su hoy enemigo Ricardo Salinas Pliego, que cobran inmisericordes tasas de interés por todo, a más de las comisiones por solicitud, por manejo de cuenta, cargos por mora, cargos por uso de tarjeta de crédito, por retraso de pago (por un solo día), por transferencias de tu propio dinero, por cobrarte los servicios gubernamentales, y todo con tasas de interés estratosféricas, sin que los gobiernos neoliberales (incluyendo el de AMLO) les pongan freno alguno.
Por eso el aplauso de pie, por eso la ovación a don Andrés (el que afirma que ya se va a su rancho en septiembre y no va a dirigir a Claudia Sheinbaum si gana) de los hombres del dinero en México y del extranjero, porque sigue respetando las normas del capitalismo que les permite acumular riqueza, exprimiendo a los que menos tienen.
Vaya que les cumplió, el que afirma que “por el bien de México, primero los pobres”, aunque solo sea un estribillo para ganar simpatía, popularidad y votos para su causa, porque en la realidad AMLO es un capitalista recalcitrante. Las estadísticas, los aplausos, las ovaciones, los apapachos, los reconocimientos de los hombres y las mujeres del dinero, los más enriquecidos, no mienten.
Sí, claro que sí. Les cumplió a los banqueros porque nunca los metió en cintura y porque les permitió que siguieran explotando a las masas sociales, a quienes les exige que utilicen los bancos para todo, dado que restringe la Secretaría de Hacienda cada vez más el uso de efectivo.
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