/ lunes 11 de diciembre de 2023

Retrato Hereje | El naufragio de Dante Delgado

Ilustración: Daniel Rey

La agudeza política que pareció distinguir por años al dirigente de Movimiento Ciudadano (MC), Dante Delgado, no le impidió desnudar tempranamente su ánimo de congraciarse con Palacio. La crisis en Nuevo León lo encontró descolocado y lo hizo arrancar una ruta que amenaza con aislarlo dentro de su propia organización y convertirlo en un inútil compañero de viaje del oficialismo.

Delgado -que cumplirá 73 años en la víspera de esta Navidad- busca recoger los restos del naufragio que le significó el derrumbe de la candidatura presidencial del gobernador de Nuevo León, Samuel García, un títere bajo demasiados amos: el Presidente, los empresarios regiomontanos, la dirigencia de su partido, e incluso su padre, el controvertido empresario Samuel Orlando García Mascorro.

En busca de ganar tiempo, Delgado Rannauro optó por diversos actos teatrales, entre ellos anunciar la ruptura con el llamado “bloque de contención” en el Senado al que sólo pertenecía en apariencia, pues en diversas ocasiones ha votado en favor de iniciativas clave de Palacio.

Desde su mañanera, López Obrador intentó un nuevo efecto distractor al asumir que la ya descarada sumisión de MC podría ampliar su mayoría en el Congreso y sacar adelante reformas constitucionales contra el Poder Judicial federal -hasta ahora un eficaz contrapeso ante el Ejecutivo-, y para regresar a la Guardia Nacional bajo control de las Fuerzas Armadas.

El político tabasqueño busca con ello dar algo de oxígeno al maltrecho Delgado, pues nadie o casi nadie en MC quiere ya sumarse al naufragio público del dirigente veracruzano. Sus actos empezaron a encontrar desde la semana pasada resistencias internas, que en los próximos días serán protagonizadas por el gobernador de Jalisco, el emecista Enrique Alfaro, y su equipo, en particular el senador Clemente Castañeda.

Lo mismo ocurrirá por lo que toca a la fórmula presidencial de MC, una posición bajo estatus de apestada que sólo es imaginable pueda caer en las manos del propio Dante Delgado o de alguno de sus incondicionales de escasa estatura, como el diputado federal Jorge Álvarez Máynez. La actual coyuntura descarta a figuras que pudieron ser muy presentables abanderadas, como Ivonne Ortega o Patricia Mercado.

El dirigente de MC le dedicó al menos un año a sembrar rumores en torno a que estaba en negociaciones con dos pesos completos: Ricardo Monreal y Marcelo Ebrard, para convertir a cualquiera de ellos en el candidato que se enfrentaría a la maquinaria gubernamental rumbo a las elecciones de junio de 2024.

Hasta donde existen evidencias, puede decirse que conversaciones sí que las hubo, pero sin mayor progreso. Monreal fue el primero en hacerse a un lado, al resultar evidente que el principal titiritero de Delgado era el propio presidente de la República. El zacatecano parece estar jugando bien sus cartas, y ahora se espera su retorno al Senado para sacar adelante en particular nombramientos de importancia pendientes desde hace más de un año.

La expectativa de que el postulado fuera Marcelo Ebrard es nula pese a los devaneos en que ha incurrido el excanciller, sobre el que ya se ha descartado un eventual rompimiento con Morena. Ebrard será candidato plurinominal al Senado, y podría aspirar a la coordinación parlamentaria de su partido si se apura a tragar el sapo que le supone subordinarse públicamente a Claudia Sheinbaum.

Apuntes: Alfonso Ramírez Cuéllar es ya una pieza relevante en el equipo de Claudia Sheinbaum, quien le he encomendado una compleja operación política con varios sectores, entre ellos los empresarios y los sindicatos. Pero su nueva tarea será estratégica. De acuerdo con fuentes familiarizadas con la conformación del futuro Congreso, Ramírez Cuéllar será candidato plurinominal a la Cámara de Diputados y desde ahí sería proyectado a la coordinación de la bancada de Morena. (rockroberto@gmail.com).

Ilustración: Daniel Rey

La agudeza política que pareció distinguir por años al dirigente de Movimiento Ciudadano (MC), Dante Delgado, no le impidió desnudar tempranamente su ánimo de congraciarse con Palacio. La crisis en Nuevo León lo encontró descolocado y lo hizo arrancar una ruta que amenaza con aislarlo dentro de su propia organización y convertirlo en un inútil compañero de viaje del oficialismo.

Delgado -que cumplirá 73 años en la víspera de esta Navidad- busca recoger los restos del naufragio que le significó el derrumbe de la candidatura presidencial del gobernador de Nuevo León, Samuel García, un títere bajo demasiados amos: el Presidente, los empresarios regiomontanos, la dirigencia de su partido, e incluso su padre, el controvertido empresario Samuel Orlando García Mascorro.

En busca de ganar tiempo, Delgado Rannauro optó por diversos actos teatrales, entre ellos anunciar la ruptura con el llamado “bloque de contención” en el Senado al que sólo pertenecía en apariencia, pues en diversas ocasiones ha votado en favor de iniciativas clave de Palacio.

Desde su mañanera, López Obrador intentó un nuevo efecto distractor al asumir que la ya descarada sumisión de MC podría ampliar su mayoría en el Congreso y sacar adelante reformas constitucionales contra el Poder Judicial federal -hasta ahora un eficaz contrapeso ante el Ejecutivo-, y para regresar a la Guardia Nacional bajo control de las Fuerzas Armadas.

El político tabasqueño busca con ello dar algo de oxígeno al maltrecho Delgado, pues nadie o casi nadie en MC quiere ya sumarse al naufragio público del dirigente veracruzano. Sus actos empezaron a encontrar desde la semana pasada resistencias internas, que en los próximos días serán protagonizadas por el gobernador de Jalisco, el emecista Enrique Alfaro, y su equipo, en particular el senador Clemente Castañeda.

Lo mismo ocurrirá por lo que toca a la fórmula presidencial de MC, una posición bajo estatus de apestada que sólo es imaginable pueda caer en las manos del propio Dante Delgado o de alguno de sus incondicionales de escasa estatura, como el diputado federal Jorge Álvarez Máynez. La actual coyuntura descarta a figuras que pudieron ser muy presentables abanderadas, como Ivonne Ortega o Patricia Mercado.

El dirigente de MC le dedicó al menos un año a sembrar rumores en torno a que estaba en negociaciones con dos pesos completos: Ricardo Monreal y Marcelo Ebrard, para convertir a cualquiera de ellos en el candidato que se enfrentaría a la maquinaria gubernamental rumbo a las elecciones de junio de 2024.

Hasta donde existen evidencias, puede decirse que conversaciones sí que las hubo, pero sin mayor progreso. Monreal fue el primero en hacerse a un lado, al resultar evidente que el principal titiritero de Delgado era el propio presidente de la República. El zacatecano parece estar jugando bien sus cartas, y ahora se espera su retorno al Senado para sacar adelante en particular nombramientos de importancia pendientes desde hace más de un año.

La expectativa de que el postulado fuera Marcelo Ebrard es nula pese a los devaneos en que ha incurrido el excanciller, sobre el que ya se ha descartado un eventual rompimiento con Morena. Ebrard será candidato plurinominal al Senado, y podría aspirar a la coordinación parlamentaria de su partido si se apura a tragar el sapo que le supone subordinarse públicamente a Claudia Sheinbaum.

Apuntes: Alfonso Ramírez Cuéllar es ya una pieza relevante en el equipo de Claudia Sheinbaum, quien le he encomendado una compleja operación política con varios sectores, entre ellos los empresarios y los sindicatos. Pero su nueva tarea será estratégica. De acuerdo con fuentes familiarizadas con la conformación del futuro Congreso, Ramírez Cuéllar será candidato plurinominal a la Cámara de Diputados y desde ahí sería proyectado a la coordinación de la bancada de Morena. (rockroberto@gmail.com).

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