En el mundo existe una infinidad de bebidas y alimentos dedicados principalmente para obtener algunos beneficios específicos en la salud. Ya sea que estén elaborados con productos naturales, dedicados para tratar alguna fiebre, los infaltables preparados con frutas para mejorar el metabolismo o incluso un sencillo té son algunas bebidas de las más populares y tradicionales.
Sin embargo, en los últimos años ha destacado la presencia de un té conocido como “Kombucha”, una bebida a la que se le han atribuido varios beneficios al ser una fusión fermentada, ¿habías escuchado hablar sobre ella?
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¿De qué se compone la kombucha y cuáles son algunos de sus beneficios?
La Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo comparte en uno de sus artículos de la revista ‘Saber Más’ algunos curiosos detalles de la kombucha.
Sus orígenes se remontan hasta el año 220 antes de Cristo en China y básicamente se trata de un té, principalmente negro o verde, que cuenta con un “sabor a vinagre dulce y afrutado” gracias a su posterior fermentación.
Una característica que ha dado un poco de inquietud es que para la preparación de la bebida se necesita una colonia de microorganismos que contribuyen a su fermentación y es fácil de identificar, ya que consiste en una gruesa capa que se sitúa en el exterior de la bebida.
Se le conoce como SCOBY (Symbiotic Culture Of Bacteria and Yeast) o Cultivo Simbiótico de Bacterias y Levaduras y es lo más parecido a la nata que se puede encontrar en bebidas como la leche. Es un gel transparente y para el proceso de fermentación “los microorganismos consumen el azúcar del té y produce la celulosa como una especie de red para que puedan quedar suspendidos en la superficie formando capas”.
Para su fermentación se requiere de 7 a 10 días aproximadamente.
La kombucha también es conocida como “hongo de té” y suele tener un sabor dulce o afrutado, ya que también se le pueden agregar otros ingredientes, sin embargo, la receta casera original incluye azúcar, un té simplemente endulzado.
Aunque no existe un origen específico, la bebida es atribuida principalmente a una dinastía China, donde un monje de nombre “Kombu” fue quien la elaboró y la regaló a su emperador. El éxito de la preparación provocó que ganara popularidad y se extendiera por años posteriores alrededor de Asía, Europa y más zonas, hasta convertirse en una bebida muy popular en gran parte del mundo.
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Entre los beneficios estimulantes y curativos que se le atribuyen se encuentran su capacidad de reducir el riesgo de enfermedades cardiacas, ser una buena fuente de antioxidantes, una bebida probiótica al ayudar a la flora intestinal por sus microorganismos, funcionar como exfoliante, desintoxicar el cuerpo, capacidad de controlar el colesterol, prevenir la diabetes, entre otros.
Se puede encontrar principalmente en supermercados, ya que muchas empresas han creado sus propias marcas con algunas variaciones al presentarla en distintos sabores como el clásico té verde, manzana, pepino, fresa, limón o menta.
¿Realmente es efectiva?
Aunque su popularidad se ha extendido en gran parte del mundo, algunos expertos señalan que se debe analizar más a profundidad las propiedades, así como las atribuciones de la misma, ya que se ha encontrado, sobre todo en marcas comerciales, que existe un exceso de azúcares, siendo contraproducente.
Por otra parte, también han expuesto que muchas de estas preparaciones comerciales, incluso la casera, se le atribuyeron valores como las populares bebidas “mágicas”, únicamente elaboradas para ser un producto más sin beneficio alguno, por lo que se debe ser cuidadoso en su consumo en exceso.
Debido a esto se han estudiado también algunas dosis recomendadas para su correcto consumo y evitar efectos secundarios al ser una bebida probiótica.
Te compartimos su preparación casera en el siguiente video:
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