El puerto de Veracruz ha sido uno de los espacios más importantes de nuestro país, pues es uno de los accesos esenciales para el comercio internacional, además, ha sido testigo de varios hechos históricos.
Entre estos hechos destaca Zentla, municipio ubicado sobre la zona centro del estado de Veracruz, el cual, ha tenido gran influencia europea.
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De acuerdo al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), a finales del siglo XIX, Zentla fue uno de los destinos a los que arribaron diversas personas de países como España o Italia. Prueba de su gran influencia fue la creada “Colonia Manuel González”, la cual, durante 1882 fue poblada por varios italianos.
Tras dichos acontecimientos, este municipio de Veracruz es uno de los más representativos al guardar una gran historia, además de compartir costumbres como la de comer la famosa mortadela, uno de los platillos más icónicos de la gastronomía italiana.
¿Por qué se acostumbra a comer mortadela en Zentla?
Se trata de un alimento en forma cilíndrica, proveniente de la familia del salami y el reconocido pepperoni.
La llegada de los italianos a México, a finales del siglo XIX (años 1800-1899), representó uno de los intercambios culturales y gastronómicos más importantes, pues con ellos trajeron este platillo representativo de toda Italia, en especial de la ciudad de Bolonia (Bologna en italiano).
La variada gastronomía de Veracruz creó una de las más particulares e icónicas en este municipio, pues entre estas tradiciones se acostumbra a comer la mortadela, siendo incluso preparada por los mismos pobladores, aunque en su gran mayoría, adquirida en algunos comercios de la zona como carnicerías.
La característica de la mortadela radica en que es preparada únicamente con carne de cerdo. Aunque con el paso de los años su preparación ha ido cambiando, algunos ingredientes que usan comúnmente son pimienta molida, ajo, sal, clavos, pierna de cerdo e incluso tripas del mismo animal.
En su preparación se suele triturar la carne hasta formar una pasta de fina consistencia. Otras preparaciones más tradicionales incluyen agregar algunos cubos de grasa. Una vez agregados, la mezcla se envasa en un tubo, se cuece en hornos y posteriormente se enfría a alta velocidad.
Pasado este proceso, la mortadela se corta en distintas presentaciones y tamaños, desde las pequeñas que suelen exhibir en aparadores (de las más consumidas por las familias), hasta aquellas grandes piezas exhibidas en carnicerías.
Usualmente, la mortadela la consumen con algunas rebanadas de pan, como si de una especie de torta se tratara, sin embargo, no lleva ningún ingrediente extra.
También se consume en forma de rollitos rellena de queso o simplemente en rodajas como un aperitivo.