A pesar de que en este 2017 se aplicó el incremento a los salarios mínimos más alto de los últimos 17 años, la necesidad de un segundo empleo entre los mexicanos aumenta por el alza que reportan los precios de productos básicos.
De acuerdo a datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en septiembre pasado ascendió a 7.81% el porcentaje de personas ocupadas con necesidad y disponibilidad para trabajar más, el mayor nivel de los últimos 11 meses.
Especialistas advierten que cada vez es más creciente entre la población la urgencia de un segundo o -incluso-, tercer empleo para cubrir sus necesidades básicas, como alimentación y servicios cuyos precios van al alza, como el caso de la gasolina que registra un incremento promedio anual de 20%.
“Básicamente lo que refleja esto es la precarización del mercado laboral en México -expone José Luis de la Cruz, presidente director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC)-, la ocupación que se está generando normalmente es en el segmento de trabajos de entre uno y tres salarios mínimos, lo que implica que la mayor parte de los mexicanos recibe ingresos que van de 2 mil 400 a 7 mil 200 mensuales en su mayor proporción y esto evidentemente es insuficiente para poder generar bienestar a una familia promedio en México, que ronda en alrededor de cuatro personas y esto obliga a buscar otra fuente de ingreso”.
La subocupación
De acuerdo al INEGI, la población subocupada se refiere a aquella que manifiesta tener necesidad y disponibilidad para trabajar más horas que las que su ocupación actual le permite.
En este sentido, la población subocupada (como porcentaje de la ocupada), registró en septiembre los mayores niveles en lo que va de este 2017 e incluso desde octubre de 2016, cuando alcanzó 8.10%.
Cabe mencionar que la necesidad de “dobletear” que tienen los mexicanos ocurre con todo y que en este 2017 entró en vigor un alza de 7 pesos al salario mínimo (equivalente a 9.5%), lo que representó el mayor incremento en pesos de los últimos 17 años. De esta manera, el salario mínimo pasó de 73.04 a 80.04 pesos.
Sin embargo, en los últimos meses, los precios de varios productos y servicios han registrado incrementos importantes y lo cual ha contribuido a que la inflación alcance tasas anuales -de más de 6.30%-, nunca antes vistas desde el año 2001.
Por ello, ante las propuestas que han presentado algunas organizaciones obreras y empresariales, como la Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX), de aprobar un incremento extraordinario de al menos 10 pesos al salario mínimo en los próximos días (al margen del ajuste anual), analistas económicas advierten que eso sólo es un paliativo y puede traducirse en un mayor deterioro del poder adquisitivo de los mexicanos.
“Si el aumento se hace de manera unilateral -advierte Leticia Armenta, directora del Centro de Análisis Económico del Tecnológico de Monterrey-, pues ya vimos lo que provoca, al final de cuentas el trabajador queda peor o igual que antes de haber decretado el aumento al salario”.
José Luis de la Cruz, considera que la solución del precario ingreso y el raquítico mercado laboral va más allá de una medida aislada.
“El problema que enfrenta el mercado laboral mexicano es estructural, es decir, no se solucionaría con un aumento en el salario mínimo, esto es porque en la parte formal, de los más de los 19 millones de mexicanos que tienen una ocupación registrada ante el IMSS, poco menos de 170 mil reciben un salario mínimo, es decir, menos del 1% de la gente que está registrada en el IMSS percibe un salario mínimo, por lo tanto, un potencial incremento beneficiaría solo a una parte de la población”, comentó.
Retos en el mercado laboral
El mercado laboral en México enfrenta varios retos. Uno de ellos es que cada vez son menos los empleos con sueldos dignos y con prestaciones, por el contrario, se generan en mayor medida plazas de nivel bajo.
“Ya no hay ofertas de tiempo completo y eso obliga a buscar otras fuentes de trabajo y también el fenómeno de la informalidad, porque mucha de la ocupación que se está generando es informal, es decir, sin prestaciones y en condiciones más precarias”, expuso José Luis de la Cruz.“Y donde se ha registrado más el daño en los últimos años -agregó el especialista-, es en la parte de los salarios donde se paga mejor; porque si comparamos las cifras de hoy con las de hace 17 años, es decir, de principios del milenio, se han perdido 1.8 millones de empleos que en donde se ganaba más de cinco salarios mínimos, es decir, hoy más mexicanos tienen que disputarse más un empleo que paga mejor”.
Por lo anterior, Leticia Armenta, especialista del Tecnológico de Monterrey, no escatima en sostener que el fenómeno de los bajos salarios y el bajo perfil de los empleos en el país se han constituido en un serio obstáculo para el desarrollo de la economía, generando un círculo vicioso. “Este tema de los salarios está poniendo en realidad poniendo un límite para el crecimiento económico, porque si la población no tiene el poder adquisitivo suficiente, es bastante obvio, pero no va a poder adquirir la cantidad de bienes y servicios que requiere y eso mismo frena a las ventas para que sus crezcan y por lo tanto no hay inversiones”, advirtió.