Orizaba, Ver.- El alpinista Layo Aguilar, quien cuidó y protegió a Citla, perrito al que nombró “el guardián de la montaña”, pues vivía en el Pico de Orizaba, convocó a quienes comparten el gusto por el montañismo y lo conocieron, para que se unan y lleguen este domingo 25 hasta el sitio donde lo sepultaron -4 mil 100 metros sobre el nivel del mar- junto a su piedra favorita; donde cada mañana esperaba a los montañistas a quienes acompañaba en sus expediciones. Citla murió el 27 de septiembre hace cinco años.
El alpinista de Chalchicomula de Sesma, quien lo conoció y adoptó apenas vio que estaba enfermo y cuidó hasta sus últimos días, invitó en sus redes sociales a quienes lo conocieron a visitar la tumba del perrito. Varios de ellos ya confirmaron.
- Puedes leer también: Desde niña Michel alzó la voz por los afromexicanos; representará a Córdoba en asamblea de la ONU
Explicó que se puede llegar en auto hasta el Valle del encuentro y de ahí caminar alrededor de 20 minutos. En un vehículo 4x4 se llega hasta el lugar donde está su tumba.
La intención, explica, es recordarlo. “Escucharemos historias verdaderas de este increíble angelito, de sus amigos, compartimos los alimentos y disfrutaremos de hermosos paisajes, una linda caminata en el bosque más alto del mundo, conoceremos la hierba Nahuapatle e historias de montaña”, dijo.
El lugar de reunión será el Valle del encuentro a las 10 am aproximadamente. A quienes gusten asistir pidió llevar ropa de abrigo e impermeable, bloqueador solar, y gafas UV, su alimento y agua.
Historias sobre Citla
Historias sobre este perrito que se convirtió en todo un personaje hay muchas, pues acompañaba a quienes subían la montaña más alta de México, los cuidaba y también alertaba de los riesgos, era su ángel guardián. Este 2022 Citla cumpliría 16 años.
Cuentan que nació hace 16 años, cerca de la pluma del Gran Telescopio Milimétrico y vivió sólo en el Pico de Orizaba. Sobrevivió con la comida que le regalaban algunos escaladores. Lo nombraron el “Perro de las nieves” y dicen que salvó a muchos alpinistas, pues él los guiaba de nuevo al camino –cuando se perdían- y también los alejaba del peligro.
Otra historia que recuerdan es que, en el año 2012, una familia escaló la montaña, pero una tormenta de nieve cubrió los senderos y les fue imposible continuar el ascenso, pero también regresar por donde habían subido.
Fue Citla el que con sus ladridos llamó la atención de los excursionistas, que al verlo caminaron hacia él, que los esperó para guiarlos hasta el refugio. A pesar de que buscaron a su dueño para agradecerle porque el perro los salvó, nunca lo encontraron.
Se le conocía como “El guardián de la montaña” y fue considerado como uno de los guías de alpinismo más experimentados del mundo. Como buen can tenía bien desarrollado el olfato, por lo que conocía las tres rutas de ascenso de la cara Sur del Pico de Orizaba y a veces subía a la cumbre -a 5,630 metros sobre el nivel del mar- siempre acompañaba a los alpinistas y percibía cuando sufrían del “mal de montaña”, por lo que no se les separaba hasta que estaban en un lugar seguro.