Arzobisto reaparece después de padecer Dengue

La misa dominical fue presidida por el Arzobispo de Xalapa, Hipólito Reyes Larios, a pesar de que fue internado por dengue la semana pasada

Melissa Hernández | Diario de Xalapa

  · domingo 13 de octubre de 2019

Hipólito Reyes Larios | Foto: David Bello

La misa dominical fue presidida por el Arzobispo de Xalapa, Hipólito Reyes Larios, quien dio la homilía de este domingo, a pesar de que fue internado por dengue la semana pasada.

Se realizó la presentación como nuevo Vicario de Jaime Gutiérrez García a los fieles en la misa.

Aún con problemas de sonido, el arzobispo de Xalapa presidió la misa del domingo, a la cual asistieron los feligreses.

Se dio la bienvenida a los peregrinos provenientes de Queretaro de la Parroquia de San Rafael Guízar y Valencia.

Yo estuve unos días enfermo y quiero ser agradecido, quiero agradecer a todos ustedes su oración, quiero agradecer a los médicos, y a la enfermeras sus atenciones, a los químicos también, quiero agradecer a los familiares, a los sacerdotes, religiosas y muchos laicos que hicieron oraciones por mí

Contó que se ha presentado el episodio de los diez leprosos y preguntó en una escala de 1 al 10 qué se pondrían de calificación sobre qué tanto han sido agradecidos con sus padres familiares y abuelos.

La segunda pregunta es qué tan agradecidos han sido con sus profesores y en esa misma escala que tan agradecidos con la persona que les han hecho el bien a los largo de su vida; y con la virgen María y ante Dios.

Hipólito Reyes Larios | Foto: David Bello

La gratitud es algo muy importante, es el recuerdo del corazón porque nace del corazón ser agradecidos y la palabra de Dios nos habla exactamente de eso”, porque Jesús curó a diez leprosos y solo uno regresó a dar las gracias.

Comentó que al que le hace un favor es el más malagradecido, por eso es importante la gratitud y Jesús bendice al leproso y lo presenta como samaritano pero es un hombre que ha expresado la gratitud del corazón.

Contó que unas personas platicaron que secuestraron y asesinaron a su hija, pero tenían fe que en el cielo iban a encontrarla, a pesar del dolor por la pérdida, vivían tranquilos por esa fe.