Orizaba, Ver. - Matrimonios y jóvenes reciben en lavado de pies por parte del Obispo de la Diócesis de Orizaba, Eduardo Cervantes Merino, quien oficio la misa de jueves santo.
Entrando al templo en túnica blanca bordada con la imagen de la última cena, Cervantes Merino camino por el pasillo de la Catedral de San Miguel Arcángel de Orizaba, para tomar su lugar y dar inicio con la celebración eucarística.
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La misa siguió de forma habitual hasta la mitad de la misma, que fue cuando se hizo el lavado de pies a jóvenes y matrimonios recién unidos, quienes de camisa blanca y pantalón negro llegaron hasta el altar mayor, donde sentados presenciaron la misa hasta el momento del lavado de pies.
¿Qué representa el lavado de pies?
Descubriéndose el pie derecho, el Obispo Eduardo Cervantes Merino realizó el lavado de pies qué representa un acto ritual qué simboliza la hospitalidad en Oriente proporcionando agua para la limpieza y bienestar de los viajeros después de un largo camino.
Luego la celebración religiosa continuó, con el saludo de paz hecho a la distancia y recibir el cuerpo de Cristo en la mano derecha para luego consumirlo.
Así finalizó la misa, no sin antes realizar un recorrido con el Cuerpo de Cristo convertido en hostia qué salió en manos del Obispo y recorrió el pasillo de la Catedral hasta volver al altar mayor donde había un arco dorado con flores y pan, resguardando así la urna color plata hasta la media noche.
Se hizo la invitación a los feligreses a rezar durante el tiempo que resta a la hora marcada, acompañando así a Cristo en este jueves santo.
¿Por quienes se pidió durante el lavado de pies?
Este año, la juventud es importante para la iglesia, por ello las peticiones hechas por quienes lavaron sus pies, por los estudiantes, por los jóvenes trabajadores, por los jóvenes que defienden su fe, por aquellos que emigran de sus países, por los que sufren de adicciones y por los jóvenes desaparecidos.
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Durante su discurso, Cervantes Merino habla sobre aquellos jóvenes que toman malas decisiones en sus vidas llevándolos a la cárcel o la muerte, pidiendo a Dios por aquellos que siguen estos pasos o piensan en hacerlo alejándolos del mal.
Aquellos jóvenes estudiantes y trabajadores qué todas las mañanas salen de sus casas con la esperanza de por la tarde noche llegar a su hogar y ver a su familia.
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Al finalizar, poco a poco, la Catedral empezó a vaciarse para pasar al atrio y en familia disfrutar de un elote, hotcakes, un pan de feria, fruta, esquites, papas y plátanos fritos.
