Orizaba, Ver.- El pasatiempo de volar cometas en el valle de Orizaba desaparece irremediablemente, debido a las nuevas tecnologías como los drones, el celular y los juegos electrónicos, que llegaron a suplir las salidas al campo para disfrutar “empinar” el papalote, que muchas veces hacían con sus propias manos.
Stephanía Carrera Rosas, artista plástica recuerda que hace muchos años al Rincón de las Doncellas, en Nogales, llegaba una camioneta con papalotes y cometas que vendían rápidamente entre los niños y adolescentes, que corrían después al campo para hacerlos volar.
“A la alameda también iban a volar cometas, ahora lo que más se ve son los carritos eléctricos, chicos en patines; ya no veo que haya ni globos grandes que brincaban”, recuerda.
Hace por lo menos una década, de mayo y hasta agosto, que se caracterizan por los fuertes vientos, se observaba en el campo o áreas verdes grandes, a niños y adolescentes que corrían empinando un papalote o cometa multicolor; ahora el panorama cambió, ya no los hay.
“La afición por volar cometas disminuyó. Antes los papás enseñaban a sus hijos a elaborar las cometas que después harían volar; ahora, no. Hacer papalotes o cometas era un pasatiempo, era muy divertido hacerlas usando engrudo, papel de china, de colores; varillas de carrizo, tela para hacer la cola e hilo; ahora las cometas ya no colorean el cielo del valle”, señala.
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La artista plástica sugiere a quienes aún las hacen, promover la elaboración de las mismas mediante talleres, para así rescatar una de las tradiciones, que como muchas se van perdiendo al reemplazarlas por la tecnología.