Orizaba, Ver.- La violencia en el estado es generalizada y alcanza a todos los sectores de la población, afirmó Hipólito Reyes Larios, arzobispo de Xalapa. Consideró que a las autoridades de los tres niveles les falta mayor conocimiento y organización para actuar el materia de seguridad.
“Mientras estén con ambigüedades, no se puede; dejan crecer mucho a la gente que está del otro lado haciendo en mal y la autoridad es muy permisiva”, aseveró.
Señaló que tanto periodistas como sacerdotes también han resentido la violencia. “Ustedes lo han pagado, ¿cuántos periodistas han asesinado y cuántos sacerdotes igual?, aquí en el estado llevamos cinco, en Xalapa un ministro un sacristán nos han matado mucha gente, es generalizado”, acotó.
Agregó que la violencia es un problema de toda la sociedad, “a lo mejor también nosotros no nos hemos puesto las pilas, pensando en que la autoridad va a hacer todo. Lo que a cada quien le corresponde, ustedes lo están haciendo bien, están manifestando esto; sé que no es tampoco del agrado, pero es su misión y es su tarea y lo tienen que hacer”, subrayó.
Reconoció que también es parte de su ministerio a través de la Pastoral Social o de la caridad y tienen que estar atentos y también decir lo que está pasando para buscar el remedio, no solo como una constatación.
Sobre si los programas sociales que se llevan a cabo funcionan, el prelado dijo que es complicado decirlo porque a pesar de que ya existían con todas sus cuestiones chuecas y recovecos de alguna manera llegaban a la gente.
“Yo veía con eso del Prospera, que era una fiesta cuando llegaban a los pueblos. Yo he visitado muchos pueblos y se daba uno cuenta de que la gente estaba contenta y le llegaba. Ahorita el problema es que les falta aún más organización, falta ser claros en los objetivos de lo que están haciendo. Están creando muchas esperanzas que no se han cumplido”, acotó.
Al cuestionarle si son suficientes los sacerdotes en la Arquidiócesis de Xalapa reconoció que son pocos. “Al menos en Xalapa somos como 170, las demás diócesis tienen entre 100 u 80 y tenemos una población de más de 8 millones de personas, el Inegi calcula 8 millones y medio para este año en esta encuesta que viene, entonces no nos damos abasto y hay pocas vocaciones”, señaló.
Mencionó que aunque en las diócesis hay una Pastoral Vocacional, la familia es la que debe promover la vocación sacerdotal y “hay veces que muchas familias no quieren que sus hijos se consagren y ahí tenemos los resultados en la inseguridad”, concluyó.