Orizaba, Ver.- El número de desaparecidos tiene un porcentaje alto entre los jóvenes, por diferentes causas; eso es muestra de la crisis de inseguridad que persiste a nivel nacional y estatal, que de repente rebasa los protocolos para la generación de alertas, la investigación y procuración de justicia asevera el padre Helkyn Enríquez Báez, vocero de la Diócesis de Orizaba.
Esto, dijo, genera mayor incertidumbre y preocupación entre las familias, además de sufrimiento entre los padres que buscan después de las horas que prescriben para iniciar las alertas con desesperación a sus hijas e hijos, pues siempre se teme lo peor.
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“De ahí la evidente preocupación que genera a la sociedad el desconcierto que se tiene cuando personas cercanas a las comunidades, incluso parroquiales, vive en esta realidad”.
Subraya que como Iglesia se solidarizan con los padres de familia que han perdido una hija o un hijo y que han manifestado la existencia de esta realidad que algunos niegan.
Refiere que por los memoriales de desaparecidos que se hicieron hace algún par de meses en toda la Diócesis conocen el sufrimiento en las distintas realidades que puede manifestar un problema de este tipo.
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Pide que la investigación y la procuración de justicia se haga de un modo más eficiente, para que las familias que sufren por la desaparición de su ser querido obtengan respuestas.
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“Sabemos que, en este tipo de desapariciones, cuando obedecen al secuestro o a tratar de personas, la atención rápida es muy importante para asegurar la integridad de las personas desaparecidas”.
De acuerdo con el Colectivo Familias de Desaparecidos Orizaba-Córdoba, hay semanas en las que dan acompañamiento a entre cinco y ocho familias que buscan a alguno de sus integrantes, pero hay días en que los reportes de desaparición llegan a cuatro.