Orizaba, Ver.- Más allá del libro de texto, del proyecto educativo, que es bueno que se renueve, es muy importante para la sociedad y para la Iglesia católica tener mucho cuidado en el sentido de la educación en el país, afirmó el Obispo de Orizaba, Eduardo Cervantes Merino.
La educación es un tema de todos no especial de los maestros
En entrevista, el Obispo de Orizaba recordó que esto no solo corresponde al Estado, aunque es el principal gestor de la misma, sino que es ante todo una responsabilidad familiar y todos están llamados a colaborar, pues tampoco es una tarea que dejemos solo a los maestros”.
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Enfatizó que hay que tener mucho cuidado, porque siempre hay la tentación, en todo grupo y estructura política, de pensar que “educar es adoctrinar ideológicamente. Es una tentación que aparece en México y en muchos países, por eso es que al hablar de este tema debemos tener puesta la mirada en el Pacto Educativo Global, en el que el Papa nos anima a educar para la fraternidad”, por eso se debe tener en cuenta la corresponsabilidad que implica que se involucren padres, maestros, Estado y la propia Iglesia.
Señaló que, si bien los libros de texto no son fundamentales, sí son instrumentos que ayudan en el proceso de enseñanza-aprendizaje, pues con el uso adecuado que se les da en el aula, junto con la educación que dan los padres de familia es como se logrará el objetivo deseado.
Refirió que los pedagogos y quiénes están en contacto con los muchachos son los que tienen autoridad para saber ocupar adecuadamente el texto. Existe libertad de cátedra, de la que se puede echar mano cuando se tienen los instrumentos, cuando se domina el tema.
Aunque no emitió su opinión sobre los ejemplares gratuitos que se distribuirán a los estudiantes de primaria y secundaria al comienzo del nuevo ciclo escolar, porque aún no tiene acceso a los mismos, dijo que ha escuchado la opinión de muchos analíticos y críticos que le ponen muchos reparos.
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Recordó que el Pacto Educativo Global propuesto por Su Santidad, anima e insiste sobre los principios en el sistema educativo, que la Iglesia desde mucho tiempo atrás habla: la familia, la escuela el Estado. Habla de la educación integral, el desarrollo de las capacidades espirituales, de la capacidad de relación.
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“Nos insiste en que la educación debe ayudarnos a entendernos y a vivir en fraternidad, a formar personas que sean capaces de tener una relación positiva con los demás, con el medio ambiente y a ser menos replegados en sí mismos, para crear un conjunto de relaciones con las personas que nos rodean”.