/ martes 20 de octubre de 2020

El Ejército mexicano no se lo merece

Terrible noticia, un golpe directo a la cabeza de una de las instituciones más sólidas y con credibilidad con que cuenta el Estado mexicano. La detención del general Salvador Cienfuegos, exsecretario de la Defensa Nacional, un hombre que atravesó varias generaciones institucionales para llegar a obtener las águilas y las estrellas que portó orgullosamente durante muchos años de trabajo militar, y de una disciplina sin igual, que le permitió construir en su entorno un profundo respeto en su ámbito de actuación, ha convulsionado a México.

Su carrera militar corresponde a la historia castrense de la mayoría, con una clara y definida vocación de servicio; con un paso firme en el heroico Colegio Militar, pasando una vida difícil y muy dura, con grandes periodos de tiempo alejado de la familia, un jefe militar mexicano formado completamente en nuestro Ejército, que llegó a ocupar la más alta posición en la Defensa Nacional, un hombre conocido por la tropa y por todos y cada uno de quienes ocupan los niveles jerárquicos en la estructura orgánico-funcional de tan importante dependencia. En un país en donde el primer mandatario es también el comandante supremo de las fuerzas armadas.

Desde cualquier ángulo que se le vea, es una terrible noticia. Toda la trayectoria y hoja de servicios del general Cienfuegos está documentada desde hace 50 años; su larga trayectoria, su tiempo como jefe militar durante tantos años, sin duda le generó enemigos dentro y fuera de la Sedena, pues fue jefe militar directa e indirectamente de todos y cada uno de quienes ocupan una posición en la estructura organizacional actual de la Sedena. Por la interacción que seguramente tuvo el General con los mandos que ocupaban los niveles jerárquicos superiores, bajo su mando, esto resulta inverosímil e inaceptable, pues en el ámbito militar, más que en cualquier otro, los jefes se manejan en una caja de cristal.

Tengo muchas dudas acerca de que el general Cienfuegos sea lo que dicen que es, y aún más respecto a que haya estado rodeado de delincuentes; habrá un juicio y por lo tanto habrá que esperar a su definición.

Estoy consciente de que la detención del general Cienfuegos va a dar mucho de qué hablar y desde luego, habrá quienes aprovecharán para ligar este tema a situaciones de corrupción y de vergüenza nacional. Otros versarán sobre la descomposición que ha privado en nuestro país, quizá lo correcto hubiera sido que nuestro mandatario, como jefe del Estado mexicano, hubiera exigido primero información de los motivos de la detención y no llevar el tema, con sus declaraciones, al terreno político al decir que “todos los que estén involucrados con el general Cienfuegos van a ser removidos de las fuerzas armadas”.

Se perdió de vista que el enjuiciamiento va a ser también contra el Estado mexicano.

¿Tendrá algo que ver en esto Donald Trump? Los tiempos políticos en Estados Unidos están a la orden del día. Donald Trump quiere reelegirse y se ha pasado estas últimas semanas llenándose la boca de que el muro fronterizo será pagado por los mexicanos, y no he escuchado una sola mención mañanera respecto a ello, es decir, Donald Trump dice y hace lo que quiere, sin problema alguno. Es muy posible que en su lucha por el poder pretenda mostrarse como el policía bueno, el policía más eficiente que encarcela a todos los delincuentes malos de otros países, sin importar que las acusaciones provengan de delincuentes consumados, testigos protegidos, sin escrúpulos ni conciencia alguna, al servicio del mejor postor.

La imagen de nuestro país y de sus instituciones ha quedado muy deteriorada, habrá que esperar el desarrollo del juicio que se le siga al general Cienfuegos.

Por mi parte, sigo creyendo que el Ejército mexicano no se lo merece.

Diputado federal del PAN

Terrible noticia, un golpe directo a la cabeza de una de las instituciones más sólidas y con credibilidad con que cuenta el Estado mexicano. La detención del general Salvador Cienfuegos, exsecretario de la Defensa Nacional, un hombre que atravesó varias generaciones institucionales para llegar a obtener las águilas y las estrellas que portó orgullosamente durante muchos años de trabajo militar, y de una disciplina sin igual, que le permitió construir en su entorno un profundo respeto en su ámbito de actuación, ha convulsionado a México.

Su carrera militar corresponde a la historia castrense de la mayoría, con una clara y definida vocación de servicio; con un paso firme en el heroico Colegio Militar, pasando una vida difícil y muy dura, con grandes periodos de tiempo alejado de la familia, un jefe militar mexicano formado completamente en nuestro Ejército, que llegó a ocupar la más alta posición en la Defensa Nacional, un hombre conocido por la tropa y por todos y cada uno de quienes ocupan los niveles jerárquicos en la estructura orgánico-funcional de tan importante dependencia. En un país en donde el primer mandatario es también el comandante supremo de las fuerzas armadas.

Desde cualquier ángulo que se le vea, es una terrible noticia. Toda la trayectoria y hoja de servicios del general Cienfuegos está documentada desde hace 50 años; su larga trayectoria, su tiempo como jefe militar durante tantos años, sin duda le generó enemigos dentro y fuera de la Sedena, pues fue jefe militar directa e indirectamente de todos y cada uno de quienes ocupan una posición en la estructura organizacional actual de la Sedena. Por la interacción que seguramente tuvo el General con los mandos que ocupaban los niveles jerárquicos superiores, bajo su mando, esto resulta inverosímil e inaceptable, pues en el ámbito militar, más que en cualquier otro, los jefes se manejan en una caja de cristal.

Tengo muchas dudas acerca de que el general Cienfuegos sea lo que dicen que es, y aún más respecto a que haya estado rodeado de delincuentes; habrá un juicio y por lo tanto habrá que esperar a su definición.

Estoy consciente de que la detención del general Cienfuegos va a dar mucho de qué hablar y desde luego, habrá quienes aprovecharán para ligar este tema a situaciones de corrupción y de vergüenza nacional. Otros versarán sobre la descomposición que ha privado en nuestro país, quizá lo correcto hubiera sido que nuestro mandatario, como jefe del Estado mexicano, hubiera exigido primero información de los motivos de la detención y no llevar el tema, con sus declaraciones, al terreno político al decir que “todos los que estén involucrados con el general Cienfuegos van a ser removidos de las fuerzas armadas”.

Se perdió de vista que el enjuiciamiento va a ser también contra el Estado mexicano.

¿Tendrá algo que ver en esto Donald Trump? Los tiempos políticos en Estados Unidos están a la orden del día. Donald Trump quiere reelegirse y se ha pasado estas últimas semanas llenándose la boca de que el muro fronterizo será pagado por los mexicanos, y no he escuchado una sola mención mañanera respecto a ello, es decir, Donald Trump dice y hace lo que quiere, sin problema alguno. Es muy posible que en su lucha por el poder pretenda mostrarse como el policía bueno, el policía más eficiente que encarcela a todos los delincuentes malos de otros países, sin importar que las acusaciones provengan de delincuentes consumados, testigos protegidos, sin escrúpulos ni conciencia alguna, al servicio del mejor postor.

La imagen de nuestro país y de sus instituciones ha quedado muy deteriorada, habrá que esperar el desarrollo del juicio que se le siga al general Cienfuegos.

Por mi parte, sigo creyendo que el Ejército mexicano no se lo merece.

Diputado federal del PAN

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