Nogales, Ver.- El nuevo atractivo turístico en las zona serrana de este municipio es la basura inorgánica que dejan visitantes en los senderos hacia lugares atractivos como el Pico del Águila, ubicado en la comunidad del Nicho. Juan, agricultor del Encinar, se encarga de recolectar la basura que la gente abandona en los sembradíos.
Seguramente muchas personas han ido a caminar por el monte y encontrar basura en la ruta o en los alrededores, que gente que ya estuvo antes en esos sitios, sin respeto por la naturaleza tiró envoltorios de los alimentos que ha consumió.
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El campesino participó en una campaña de reforestación en las congregaciones de Palo Verde y El Nicho, de ahí trasportaron los pinos hacia las faldas del cerro para plantarlos porque ya está muy deforestada esa zona.
En la misma bolsa en la que trasladó los arbolitos para que gente de la comunidad de El Nicho los sembrara, de regreso empezó a recolectar basura y botellas de plástico abandonadas por los visitantes.
Juan comenta que ya tiene tiempo de realizar limpieza en los cerros, de donde retira desechos que la gente deja en los campos agrícolas.
¿Por qué los visitantes no respetan el medio ambiente?
Opinó que cuanta menos filosofía montañera tienen esas personas, más basura dejan; “no digo que no haya montañeros que lo hagan, pero en los sitios en los que he podido palparlo ha sido en sitios llamados turísticos”, señaló.
Sin ser experto, agregó, al descomponerse el plástico libera una variedad de sustancias químicas que tienen un impacto negativo en los organismos y ecosistemas.
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Cuando los plásticos más comunes se ven expuestos a los rayos del sol, emiten al descomponerse dos gases de efecto invernadero: metano y etileno, por lo que los plásticos se convierten en una fuente no registrada de contaminantes que atrapan el calor.