Orizaba, Ver.- La comunidad católica de la Diócesis de Orizaba continúa en oración por la justicia y la reconciliación para la Paz, por ello, el Obispo Eduardo Cervantes Merino invitó a los sacerdotes a colocar una bandera blanca en una parte visible de los templos, rectorías y capillas, como signo de que la comunidad quiere vivir en paz. El padre Marcos Palacios recordó a la comunidad que la Paz comienza con las actitudes particulares.
“Ante la situación violenta que se vive en el país es necesario que como Iglesia promovamos signos de paz y, para hacerlo en primer lugar nos dirigimos a Dios para no caer en la autosuficiencia. Nosotros oramos a Dios, que es la fuente de la Paz”, resaltó el vocero diocesano, padre Helkyn Enríquez Báez.
De tal forma, que en parroquias y rectorías se harán horas santas, rosarios, es decir, manifestaciones de devoción, pero también, dijo es necesario que cada cristiano se comprometa a actuar por la paz.
Por eso se disponen para realizar algunas acciones, de acuerdo a la creatividad de las parroquias o a la realidad de las comunidades, “para hacer conciencia de la necesidad de que seamos artesanos de la paz”, apuntó.
Agregó que es necesario ir tejiendo un nuevo entramado social, que se den signos de verdadera fraternidad, de reconciliación, de unidad, para vencer todo lo que contradice los signos de la paz como lo son: la dispersión, la polarización, la violencia.
A partir de este domingo, en cada misa se encomendará especialmente en las intenciones de la misma, a todas las víctimas de la violencia.
Algunos sacerdotes, como el padre Marcos Palacios, párroco de San Isidro Labrador, invitó a la comunidad a colocar también una bandera blanca en la puerta de cada uno de los hogares e incluso en el automóvil.
Así mismo recordó que ese signo de Paz debería estar en la cocina, en la oficina, en el edificio municipal, en la oficina parroquial, para que en todos lados se procure la paz.
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Pero principalmente la bandera blanda debe estar en la mente de los adolescentes, sobre todo los respondones; en la mente de los padres de familia, principalmente “de aquellos que todo lo arreglan mediante gritos y golpes”. Y a toda la comunidad recordó que la Paz comienza con las actitudes particulares.
