Orizaba. Ver.- La zona centro del estado registró entre julio, agosto y septiembre al menos unos 11 suicidios, menciona Lizbeth Rusil Saucedo, quien es participante del Grupo Help.
Ella es sobreviviente de suicidio. A sus 24 años sufrió trastornos de ansiedad, ataques de pánico, depresión y otros síntomas que estuvieron a punto de llevarla a atentar en contra de su vida; al grado de que su madre tenía que vestirla para llevarla al hospital para ser atendida por un ataque de pánico, un ataque de ansiedad. “Y aun cuando los médicos te dicen que estas bien, no es así, en el interior hay una voz gritando por ayuda, y eso se repetía día tras día”.
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Lizbeth dice que su situación se agravó durante la pandemia del Covid-19, al encontrarse sola, refiere que al verse en el espejo, ella asegura que no era capaz de reconocerse a sí misma, y que el reflejo que veía le daba "vergüenza, pena, tristeza", así lo expresa.
“El suicidio es la última puerta que la gente toca, y es porque ya viene mal y es a lo último que se llega, que pasa en la mente… y no es lo que pasa en la mente, es más bien lo que no tienes en el alma”, dice la entrevistada.
“Tenemos un alma y hay un hueco especial que si no lo llenas con lo que debe ser llenado, nada te va a satisfacer”, indica. “Pero el problema no es de afuera hacia adentro, sino de adentro hacia fuera”, agrega
La joven sobreviviente señala que por su mente le pasó de todo cuando estaban en momentos de ansiedad y fue entonces que Lizbeth conoció el Grupo Help.
“El coordinador me dice, por ti somos capaces de ir al infierno para traerte de vuelta y que estés bien; fue algo que me hizo sentir muy bien porque me hicieron sentir que le importaba, me sentí querida”.
Liz le dio entonces una nueva oportunidad a su vida: “Dije qué puedo perder si ya le había perdido el amor a la vida, a mí misma, no tengo nada que perder, todo era para ganar, sino lo intentaba aquí qué más daba”.
Recuerda que le dolió mucho ver a su madre sumergida en la preocupación, pidiéndole que dejará de decir que ya no quería vivir, y eso fue otro motivo por el cual cambió.
“Toqué la puerta de la medicina y no me hizo, toque la puerta de las terapias y tampoco, las cosas materiales y el lado económico, pero tampoco me hicieron nada, nada me llenaba, ni los viajes”, expone Lizbeth.
“Ese gran vacío lo llené cuando conocí el grupo Help, ahí aprendía a no sentirme sola, me enseñaron diferentes dinámicas, podía llamar a cualquier hora si me sentía mal, pero sobretodo me enseñaron a creer en mi fe, a confiar y a creer en mí y en Dios”, destaca.
¿Se puede prevenir un suicidio?
La declarante reconoce que no se puede prevenir un suicidio por que no se puede entrar a la mente de una persona.
“Puedes ver a una persona caminando tranquilamente por la calle, pero no sabes si tuvo un mal día, si perdió el trabajo o si tiene algún problema que lo va a llevar a tomar una decisión equivocada”.
Lizbeth señala que lo mismo es una persona adulta o un niño, y esto lo tienen documentado por las charlas que llevan a cabo en escuelas y se les acercan a pedirles ayuda.
La joven sobreviviente del suicidio pidió a los padres a estar más al pendiente de sus hijos, porque no por verles la carita sonriente quiere decir que están bien, un adolescente que dice estar triste, no es porque viene llamando la atención.
“El suicidio es la ausencia de Dios en el alma, prevenirlo es buscando a Dios”, termina la entrevista la joven sobreviviente.
El grupo Help tiene sus redes sociales en Facebook, Tiktok e Instagram y el número de emergencias, disponible todos los días, las 24 horas, es el 5555743266, en donde cualquier persona de cualquier edad puede ser atendida y evitar un final amargo.